Ivin quiere lo mejor para su familia y por eso esconde un secreto: por las noches es dama de compañía. Durante una noche de trabajo, se reencuentra con su crush de toda la vida. ¿Qué podría pasar cuando tu primer amor te confiesa estar enamorado de ti, pero tú estás en alquiler para otros hombres? ¿Por qué el amor es difícil a veces? ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué el amor no siempre nos salva?
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TU HABITACIÓN
La noche era tranquila. El reloj marcaba las diez en punto y yo estaba aquí, intentando soportar a este cliente.
Pase al bar donde Alán trabaja, regularmente siempre suelo traer a mis clientes a ese lugar porque me resulta tranquilo y con buen ambiente. Además de que la aplicación de escort tiene un convenio con este lugar. ¡Como si fuera un prostíbulo, pero no es un prostíbulo! Solo una posada de paso. ¡El hostal de la buena compañía!
—¿Y solo estás para acompañarme esta noche? —La pregunta del sujeto me puso a pensar.
Quizá rondaba entre los treinta y algo, era fornido, vestía elegante y poseía un reloj dorado en la muñeca izquierda.
—Pues solo me contrataste para hacerte compañía. ¿Querías algo más?
Esa era la pregunta que siempre solían hacer y la respuesta nunca aparecía de forma inocente. ¿Por qué? La calentura del cuerpo humano puede ser tan intensa que de forma discreta se puede contagiar y demostrar. ¡Siempre terminaban respondiendo con un impulso! Sexo en exceso. ¡Siempre querían eso!
—No sé, bueno, es que soy nuevo usando esa aplicación. Y la neta si tengo ganas de algo más que simple compañía. ¿Cuánto te tengo que pagar para que tú...?
Sus ojos se habían llenado de deseo, el alcohol le estaba haciendo jugar en inestabilidad y el fuego de su alma era muy evidente. ¡Pero no era inestabilidad! Era un deseo, un corazón que estaba sacando lo que de verdad había en él. ¿Gusto por las mujeres como yo? ¿Sexo ocasional? ¿Placer fugaz? ¿Curiosidad? ¿Orgasmo frágil?
Esta noche solo había ganado mil pesos por estar con este adinerado, al principio, él solo estaba buscando mi compañía y no pasó mucho tiempo para revelar sus verdaderas intenciones. ¡Debía cobrar más por apagar un incendio! ¿Podría aumentar esa cantidad de dinero? Necesitaba pagar una consulta médica y mas medicación para mi padre.
—¿Qué es lo que desea exactamente?
—¡Sexo!
—¿Qué clase de sexo?
¿Tipos de sexo? ¡El mundo aprendió a comerciar con el placer!
—Quiero que...
Chupar la paleta no era parte de mi trabajo. Y en verdad, no entendía cómo es que a muchos hombres les encantaba pedir que les hicieran eso.
—Mil pesos extra a la cuota antes establecida —le dije.
Sus cejas se arquearon, fue un momento de tentación el que este hombre experimentó por mi causa. Bebió más cerveza, sus labios se prendieron de deseo y por debajo de la mesa sentí su zapato rozar mi pierna. ¡Está caliente! Subía y bajaba, lento, se me erizo la piel. ¿Era el momento? ¿La excitación comenzó a despertar el alma completa de mi cliente? ¿Estaba lista para abrir mi cuerpo?
—¿Y si te...?
—Tres mil quinientos por estar adentro de mí —le dije.
Las cuotas eran baratas en comparación con lo que estos maduros solían ganar. ¿Salía con millonarios? Si tú supieras cuantos secretos esconden los que son millonarios, seguro te espantarías. ¡O hasta te excitarías! Pero no, yo no era una escort sexual. ¿Y entonces?
—¿Un trio?
—No hago tríos.
—¿No te gustaría?
—No.
—¿En dónde...?
—Arriba hay habitaciones.
Y es que este lugar se me hacía práctico para los clientes porque no había necesidad de salir a buscar. ¡Todo estaba aquí! Por eso es que había convenio con el establecimiento, yo tenía citas aquí y cuando alguien se calentaba, mi trabajo también implicaba ayudar a ganar dinero por el consumo de alcohol, bebidas y mujeres. ¿Mujeres?
¡Yo no soy la única escort en el mundo!
—¿Sabes cuánto cobran por la habitación?
—No te preocupes por el precio, no es muy caro.
¡Bueno sí! ¡Lo admito! Literalmente caí en las garras de la prostitución. ¡Y no me juzgues! No eres nadie para tratarme de forma cruel. ¡No estoy aquí por puro pasatiempo! ¿La razón? ¡Quizá te parezca increíble! Sexo por dinero para poder sacar adelante a mi familia y así poder cumplir con mis sueños. ¿Qué sueños? Pero en realidad, debo aclarar que yo no soy la chica que cobra por acostarse con hombres. Este establecimiento tiene escorts sexuales, mujeres que si cobran por darles placer a los hombres adinerados.
—Bueno —él sonríe con amplitud—, pues vamos.
Aunque el título escort me hacía creer que esto no era tan grave, una parte de mi corazón sabía que esto no era lo correcto. ¿Estuvo bien lo que decidí hacer con mi vida? Sé que ahora mismo hay muchas cosas que quizá no puedas entender y lo más probable es que me estés juzgando de ser la persona más miserable y asquerosa de la que probablemente hayas leído en un libro. ¡Lo siento! La verdad es que no siempre le vamos a caer bien a todo el mundo y regularmente las opiniones siempre son variadas, hasta que se conoce la verdadera realidad de una persona. ¿Cuál era mi realidad?
Más que un rato de compañía vendida o billetes que servían para alimentar a mi gente; yo creía que la situación en la que me encontraba era solo algo pasajero. ¡Algún día las cosas mejorarán para todos! Yo tenía la plena esperanza de dejar de salir con hombres desconocidos, que algún día podría retomar las riendas de mi estudio y mis padres no tendrían razón de sentirse mal por mí. ¡Yo quería lo mejor para nosotros!
—Entonces llévame a tu habitación. ¡Tengo ganas de ti!
¿Cómo era esa habitación?
