Solo Un Deseo

Dos días después, mientras Brooke estaba en la Universidad, yo me encontraba solo en su habitación, sentado junto a la ventana, comunicándome con Lynne. Era la única forma de mantenerme informado sobre lo que sucedía en mi mundo y buscar respuestas a la creciente lista de incógnitas que rodeaban mi situación.

La cara de Lynne apareció en el comunicador con una expresión seria, como siempre que tenía noticias importantes.

—Dashiell, la situación es más complicada de lo que pensábamos.

Suspiré, intentando mantener la calma.

—¿Qué dijo el maestro Serhan?

—Después de enterarse de tu situación, el maestro ha estado encerrado estudiando los libros antiguos. Pero eso no es lo más grave. Fue directamente a ver a nuestro Monarca.

Me enderecé de inmediato, alarmado.

—¿Al Monarca? ¿Por qué? ¿Qué le dijo?

Lynne asintió lentamente antes de continuar.

—Fue a confirmar si la orden que recibimos para buscar el Cetro realmente provenía de él. Y, Dashiell... el Monarca le confirmó que nunca dio esa orden. Alguien se hizo pasar por él.

La noticia me dejó sin palabras. ¿Cómo era posible? ¿Quién podría tener el poder o la osadía de suplantar a nuestro Monarca? Esto no solo complicaba mi situación, sino que abría una puerta a un misterio mucho mayor.

—Además, —continuó— el maestro le habló al Monarca sobre tu estado actual en el mundo humano. El Monarca, aunque sorprendido, entendió el problema. Por eso le dio instrucciones claras: debía revisar los pergaminos antiguos para encontrar una solución definitiva a tu caso. También ordenó que se investigara quién fue el responsable de dar esa falsa orden.

Intenté procesar todo lo que me estaba diciendo. Era demasiada información en poco tiempo, pero había algo más que aún no entendía.

—¿Y encontraron algo en la cueva? —pregunté. ¿Alguna pista del Cetro o del responsable de todo esto?

Lynne negó con la cabeza.

—Nada. Ni el maestro ni yo encontramos absolutamente nada en esa cueva. Era como si nunca hubiera habido algo allí.

Solté un gruñido frustrado. Todo esto parecía una trampa, un juego creado para empujarme al mundo humano. Pero, ¿por qué? ¿Y con qué propósito? ¿Y quién?

—Entonces, ¿qué debo hacer? ¿Cómo regreso a nuestro mundo?

Lynne tomó una pausa antes de darme la respuesta, lo cual solo aumentó mi ansiedad.

—El Monarca dijo que la única manera en la que podrías regresar es durante la noche en que la Luna se convierta en Carmesí. Es un evento raro, pero ese será el momento exacto en el que nuestro maná será más fuerte en el mundo humano.

Mi mente comenzó a trabajar rápidamente, tratando de recordar si alguna vez había oído hablar de ese evento. La Luna Carmesí era una leyenda en nuestro mundo, pero rara vez se hablaba de ella con precisión.

—¿Cuándo será eso?

—Dentro de poco, estás de suerte. Esa será tu única oportunidad, Dashiell. Debes estar preparado. El Monarca ha dejado claro que, si no lo logras, podrías quedar atrapado en el mundo humano para siempre.

—¿Cuándo? —pregunté impaciente.

Lynne consultó lo que parecía ser un pergamino antiguo, donde probablemente estaba registrado todo lo relacionado con este evento.

—A partir de ahora, quedan exactamente un Vyrmec…

Me giré hacia una esquina de la habitación de Brooke, donde había un calendario colgado de la pared. Me acerqué y comencé a contar los días, haciendo la conversión adecuada. Lynne tenía razón, era un Vyrmec. ¡En exactamente veinte días, el fenómeno ocurriría! Y justo caía en lo que los humanos llaman… “Noche Buena”.

Solté un suspiro, consciente de la presión que tenía encima. Esto no solo significaba que tenía que prepararme para ese día, sino también asegurarme de que todo saliera a la perfección. No podía permitirme errores.

—Bien. Te avisaré si necesito algo más.

Me despedí de ella porque sabía que Brooke regresaría pronto de sus clases, y no quiero que me vea en esta situación. Como era su día libre, no iría al trabajo y vendría directamente a casa. Y, como siempre, me llevaría a dar un paseo después de un largo día de clases.

El reloj corría, y cada segundo que pasaba me acercaba al momento decisivo de marcharme. La conversación con Lynne me dejó con más preguntas que respuestas, pero una cosa era segura: mi tiempo en el mundo humano estaba limitado, y la cuenta regresiva había comenzado.

Sé que recibir esta noticia debería alegrarme, debería llenar mi pecho de alivio… pero no lo hacía. En su lugar, algo incómodo y molesto se instaló en mi interior, como si una sombra pesada y persistente me oprimiera el pecho. Esto significaba que mi tiempo en este mundo tenía un límite, que pronto podría regresar a donde pertenezco, a mi vida, a mi lugar. Y, claro, eso es lo que quiero… ¿Verdad? Eso es lo que he deseado desde el primer instante en que quedé atrapado aquí. Pero entonces, sin querer, mi mente me traicionó y… apareció Brooke.

«¿Por qué pienso en ella? ¡Esto no tiene sentido! Yo no pertenezco a este lugar, ni a su vida. No puedo. Pero... ¿Dejarla? ¿Así de fácil? ¿Simplemente desaparecer, como si nunca hubiera existido? ¿Cómo lo tomaría ella? ¿Y por qué me importa? Brooke es fuerte, independiente; no me necesita… creo. Entonces, ¿por qué estas dudas no dejan de perseguirme?».

Maldición, esto es ridículo. Siempre he sabido lo que quiero, siempre he tenido mis prioridades claras. No hay nada ni nadie en el mundo humano que deba detenerme. No debería haber ninguna razón para sentirme atado a este lugar insignificante. Y, sin embargo, aquí estoy, cuestionándome como un tonto. ¿Por qué? ¿Por qué esta decisión, que debería ser tan simple, me parece de pronto tan complicada?

«¿Por qué dudo? ¿Por qué esta indecisión absurda me consume?».

Cuando su madre abra los ojos, Brooke ya no estará sola. Su tía y esa insoportable prima dejarán de ser una carga insoportable para ella. Brooke tendrá alguien a su lado, alguien de su propia sangre, que podrá protegerla y apoyarla de formas en las que yo jamás podría. Y además… tiene a esa loca como amiga. Sí, aunque me cueste admitirlo, Shannon parece una amiga genuina. Aunque su forma de ser sea una total pesadilla para mí, hay algo en la forma en que cuida a Brooke que me da una especie de… tranquilidad.

Brooke estará bien, incluso sin mí. No tengo razones para quedarme. No tengo por qué preocuparme por ella. Entonces, ¿por qué esta sensación de vacío cada vez que pienso en dejarla? No debería ser así. Mi lugar está en mi mundo, no aquí. No en este caos humano. No con ella. ¡Soy un demonio! ¡No un humano!

Y aun así… la idea de irme, de desaparecer de su vida como si nunca hubiera existido, me pesa más de lo que me atrevo a admitir. No puedo permitirme sentir esto. No puedo. No es mi problema, no es mi lugar. Ella estará bien… sí, estará bien… sin mí. No tengo por qué dudar, no tengo por qué pensarlo tanto. Todo está claro. Todo debería estar claro…

Entonces, ¿por qué duele?

Muevo mi cola con irritación, intentando acallar el torbellino en mi mente. Estoy seguro de una cosa: sea lo que sea esto, no tiene poder sobre mí. No debería tenerlo. Y, sin embargo… la sensación persiste, como una espina que no puedo arrancar.