Enséñame A Amar Una Vez Más.

-Madre, Noah y yo solo estamos tratando de mejorar nuestra relación, sabes que siempre hemos jugado así ¿No?- Amelia fingió inocencia y sonrió dulcemente antes de acercarse a Noah y tomarlo de la mano.

Julia, al ver a su hija actuar de esa forma, no pudo evitar fruncir el ceño ¿Desde cuándo está niña trataba de explicar sus crímenes? Confundida y preocupada, Julia soltó un largo y pesado suspiro antes de señalar a Amelia con el dedo -Más te vale que no trates de lastimar al joven Noah o yo misma lo vengaré.- La amenazó antes de dar media vuelta y retirarse.

Amelia miró a su madre irse con los ojos muy abiertos -¡Pero si tu hija soy yo ¿Cómo puedes regañarme a mí por tu futuro yerno?!- Gritó en pregunta la chica desde atrás, sin embargo, Julia solo le lanzó una mirada de advertencia antes de continuar su paso.

Noah sacó sigilosamente su mano del agarre de Amelia y se alejó caminando -Por si no lo sabes, nuestras dos familias son las únicas que le impiden al Segundo Príncipe actuar, nuestra unión solo hará que lo piense dos veces antes de hacer algo contra el Emperador.- Dijo mientras caminaba.

Esta vez, fue el turno de Amelia de seguirlo, su expresión era confusa mientras guardaba sus manos debajo de sus mangas, luciendo sería y tranquila, a pesar de la suciedad en su vestido.

-¿Cuántos hijos tiene Su Majestad?- Preguntó Amelia con confusión, la anfitriona no tenía información fundamental acerca de la familia real, parecía que a la chica no le importaba nada que no tuviese que ver su familia o personas cercanas.

Ella no estaba al tanto de quieres eran sus amigos y quienes sus enemigos. Como el chico que caminaba delante de ella, este chico es su amienemigo.

Noah respondió su pregunta sin volverse -Tres hijos varones y cinco hijas.- Él se detuvo unos segundos y la miró con una expresión de crítica -¿No has estudiado el libro que te di?- Preguntó con el rostro ligeramente oscurecido.

Amelia detuvo el paso, sintiendo claramente el disgusto del joven, creyó firmemente que era mejor mantenerse alejado de él cuando se enojaba. Noah podía ser bastante joven aún, pero ya era alguien peligroso.

Ella sonrió con arrogancia y asintió con la cabeza -¡Por supuesto que lo he leído! Es solo que... ya he olvidado todo...- Su expresión decayó a una de tristeza.

Al escuchar aquello, Noah levantó una ceja, mostrándose claramente dubitativo, obviamente no le creyó.

Amelia apretó los dientes interiormente, no pudo evitar recordar a su profesor de la universidad cada vez que le decía que su perro se había comido la tarea, cuando solo se le olvidó hacerla. Su expresión decía "¿Creés que soy idiota?", justo en este momento, esa era exactamente la expresión en el rostro de Noah.

-Bien, bien, no lo leí ¡Leer me resulta aburrido ¿Contento?!- Ella hizo un puchero triste y se acercó a él, luciendo lamentable.

Noah no pudo evitar que una sonrisa se le escapara, no importa, él jamás la obligaría a hacer algo que ella no quisiera.

-Solo te entregué el libro porque considero que sería bueno que sepas quienes están de nuestro lado y quienes no. Para el Emperador y sus hijos, no somos más que piezas de ajedrez que pueden ser utilizadas y desechadas en cualquier momento.- Explicó Noah con paciencia mientras acariciaba el cabello de la chica.

Tal y como decía su hermano mayor, era satisfactorio.

-Bien, trataré de leerlo esta noche.- Amelia fingió sentirse convencida y asintió varias veces con la cabeza.

Noah levantó una ceja, obviamente no se lo creyó, sin embargo, fingió creerle y le mostró una sonrisa gentil.

Amelia miró al joven con los ojos entrecerrados y de repente, una sonrisa astuta apareció en su rostro -¿Te gustaría pintar algo conmigo?- Preguntó cálidamente con una expresión encantadora.

En los recuerdos de la anfitriona, no había ni uno solo donde Noah apareciese sosteniendo un pincel y mucho menos pintando. Al joven parecía desagradarle mucho ensuciarse con pintura ¡Esta era su oportunidad de vengarse!

-Como desees.- Noah asintió con indiferencia y la siguió hasta su patio.

Nany, quién miraba todo desde atrás, no pudo evitar negar con la cabeza ¿Qué pasaba por la cabeza de su Señorita en estos momentos? ¡Invitar al joven Noah a pintar no es más que una terrible idea!

Amelia llevó a Noah hasta su patio, ambos se sentaron uno al lado del otro en pequeñas sillas de bambú. Delante de ellos se colocaron dos lienzos de gran tamaño, y justo en medio de ambos, se colocó una mesa pequeña con todos los objetos necesarios para pintar.

La chica levantó orgullosamente la barbilla con una sonrisa engreída, su mirada cayó triunfante sobre el joven, sin embargo, quedó en shock al momento siguiente.

El joven a su lado miró con tranquilidad el lienzo delante de él, su mano izquierda se movía con suavidad y calma, como si simplemente tratara de acariciar el lienzo. Su largo cabello se agitó con suavidad, cubriendo de vez en cuanto la mitad lateral de su rostro, agregando misterio y encanto a su aura.

El jardín, repleto de árboles y arbustos florales, complementaron a la perfección el paisaje ante sus ojos. Con esa túnica verde oscura, el joven parecía un elfo encantador disfrutando del paisaje.

De repente, el hermoso elfo la miró y sonrió gentilmente hacia ella. El paisaje solo se volvió más vibrante y espectacular, el encanto era simplemente indescriptible.

El rostro de Amelia se puso extremadamente rojo, tanto que parecía una manzana madura, sus mejillas aún con grasa de bebé se hincharon ligeramente cuando contuvo el aire y sus ojos se cerraron con nerviosismo.

¡No, simplemente no podía dejarse encantar por este elfo encantador! ¡Sí caía en su hechizo, no habría vuelta atrás!

Ella se dio varias palmadas en las mejillas y trato de centrar su mirada en el lienzo, justo en ese momento, la inspiración en ella brotó. Sus ojos brillaron con una luz sutil y su pincel comenzó a moverse con fluidez sobre el lienzo.