Prisioneros De Las Bailarinas.

Ambos estaban sentados frente a Maximiliano, quien había escuchado atentamente todo lo que había sucedido, Maximiliano, podía notar la ira contenida en ambos hombres frente a él y él se sentía igual de furioso, odia el engaño y la traición.

_ Tú eres el líder, padre, dime qué hacemos con Benson Risso. _ indagó Emiliano.

No le habían tocado un solo pelo a Benson Risso, lo habían dejado atado a esas gruesas cadenas en compañía de los lamentos y los gritos de dolor y desesperación de Jairo, Emiliano tuvo que aguantarse sus ganas de enterrarle a Benson todas las jeringas que yacían en el maletín, pero no lo hizo porque necesitaba hablar primero con su padre quien era el actual jefe.

Benson ha trabajado con ellos desde hace mucho tiempo, es socio y tiene conexiones importantes, el fue quien les presentó a Wilfred Davis, quien casi secuestra a Aurora y a jazmín.

_ Lo que hizo Begoña no puede quedar sin castigo, su padre es su cómplice, sabe dónde está y no quiere decirlo. _ expresó Efraín.

_ Tienen carta abierta para hacer los que les plazca, tienen mi apoyo y autorización, demuestren de que están hechos y porque merecen ser los próximos líderes de esta organización. _ Maximiliano fue firme. _ Benson no es indispensable, falló y aquí el que falla debe pagar las consecuencias, igual y mejores que él, hay muchos.

_ Él exige tu presencia.

_ Pues no le daré la dicha de ver mi rostro, que en sus manos dejo el destino de Benson Risso, su hija y todo el que haya tenido que ver con lo que le sucedió a Madeleine. _ dejó saber el líder con autoridad.

Siguieron conversando por unos minutos planeando lo que harían, de pronto tocaron la puerta del despacho, Maximiliano dio el permiso para ingresar, la puerta se abrió dejando ver la figura de Fátima quien traía consigo una carpeta entre sus manos.

_ Buenas noches. _ saludó la mujer.

_ Buenas noches, madre. _ Efraín se puso de pie para recibir a su madre con un abrazo y un beso en su mejilla.

_ Buenas noches, tía. _ Emiliano fue el siguiente en ir a saludar a Fátima.

_ Traigo una información importante acerca de Begoña y su padre. _ Fátima le entregó la carpeta a Maximiliano y este la abrió inmediatamente. _ Hijo, de un tiempo para acá comencé a ver comportamientos raros en tu novia. _ se dirigió a Efraín. _ así que decidí investigarla y he encontrado varias cosas, muy graves.

_ Begoña, ya no es mi novia, está mañana terminé con ella y luego me entero de que ella es la asesina de Madeleine. _ Fátima no se sorprendió ante las palabras de su hijo, eso ya lo sabía por la investigación que le había entregado su investigador esa misma tarde.

_ Han sido cómplices de Wilfred Davis todo este tiempo. _ comenzó a decir Maximiliano, _Begoña fue cómplice del intento de secuestro de Aurora y Jazmín.

_ Hemos tenido al enemigo en nuestras narices. _ gruñó Emiliano.

Efraín era quien más enojado consigo mismo estaba, durmió con el enemigo muchas veces y no sospechó de nada, lo que más rabia le daba era recordar las escenas de celos que le vivía haciendo Begoña, lo tóxica que era, las veces que lo hizo sentir culpable por serle infiel, pero ella había sido la peor de todas en esa relación, ella lo había engañado de la peor manera, era aliada de quién había intentado dañar a su hermana y a su prima, le vio la cara tantas veces, se sentía asqueado, de tenerla enfrente, le arrancaría la piel a Begoña por traicionera y falsa.

Revisaron toda la información contenida en la carpeta, el odio y las ganas de acabar con los Risso, cada vez incrementaba más...

...

Emiliano se disponía a salir hacia donde se encontraban encerrado Jairo Bianchi y Benson Risso, cuando frente a él apareció Gia Bianco.

_ Buenos días, señor, necesito por favor hablar con usted. _ la chica fue rápida al hablar.

Emiliano miró con escepticismo, le daban ganas de convertirla en hombre solo para darle un guantazo, quería matarla por haber sido una cómplice también de lo sucedido a Madeleine, pero no lo haría, no la mataría, porque estaba seguro de que Madeleine no querría que a su hermana le sucediera nada, ella la protegería con su vida de ser necesario, Emiliano la dejaría viva, dejaría que el karma y la culpa se encargaran de

_ Habla de una vez, no tengo tiempo para perderlo con traidores como tú. _ el tono de voz encogió a Gia, sin embargo, debía hablar, Emiliano era el único que podía ayudarla.

_ Sé que no tengo derecho de pedir nada, pero…

_ No, no tienes ningún derecho.

_ Esto no lo hago por mí, lo hago por mi hermana. _ los ojos de Gia se llenaron de lágrimas. _ Sé que ella le habló de la situación de Alfredo, nuestro medio hermano que vive en Colombia, le suplicó que lo ayude, hágalo por favor por la memoria de Madeleine, ella quería viajar a Colombia para ayudarlo, pero ya ve, no pudo.

_ Porque tú la entregaste en manos del enemigo, maldita traidora. _ la voz de Emiliano era baja, pero transmitía terror, Gia se estremeció.

_ Si, yo sé, soy la mayor culpable de la muerte de mi hermana y si quiere puede matarme, pero por favor ayude a mi hermano, sáquelo de la cárcel, el fue acusado por un delito que no cometió, una tal Abigail se ensañó con el y le arruinó la vida.

_ Ganas de matarte no me faltan, pero no lo hago, no porque te tenga lástima o consideración, lo hago por ella, por Madeleine, pero si te digo, desde hoy no quiero verte frente a mí, desapare del país, vete a donde yo no te vuelva a ver más, mordiste la mano que te dio de comer durante muchos años.

_ ¿Va a ayudar a Alfredo, lo hará?

_ Lo haré, por Madeleine, lo haré.

...

Benson Risso, tembló de terror cuando Emiliano y Efraín Lobo estuvieron frente a él nuevamente.

_ ¿Algo para confesar, Benson? _ indagó Efraín.

Jairo seguía padeciendo los efectos de lo que le inyectaron el día anterior, su barriga estaba inflada, parecía que explotaría en cualquier momento.

_ ¿Dónde está, Begoña? _ volvió a preguntar Efraín.

_ No, no lo sé... _ balbuceó Benson.

_ Bien, ya que no quieres hablar por las buenas, lo harás por las malas...