Esta pareja se separó por culpa de él. Todo lo malo que él le hizo vivir fue demasiado para ella y con el corazón roto salió de su vida para siempre...
Anya se casó por amor, Alex no. Él ya amaba a alguien más y fue obligado a separarse de ella; pensando que Anya era la culpable, le hizo la vida miserable.
Su esposa pensó que con el tiempo él podría enamorarse de ella; sin embargo, eso no pasó en todo el tiempo que estuvieron juntos.
Una noche, fue el comienzo del fin para que ella lograra salir del fondo del pozo donde estaba viviendo.
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24
Capítulo 24
Cuando sus padres salieron por la puerta de la entrada, ya era bien entrada la noche. Alex supuso que Anya ya estaba dormida desde hace mucho tiempo, por lo cual subió como pudo las escaleras, el alma la tenía en el suelo y la arrastraba entre los pies, dificultando así su caminar.
Todo lo que se había enterado esta noche por sus propios padres, había sido increíble y revelador para él. Pero ahora entendía por qué Anya en estos años, lo miraba como diciéndole, ¿Por qué me haces esto?
La verdad detrás de todo lo que él cría verdadero era algo inimaginable, porque resulta que el villano, en verdad, era él. Él era el villano, el malo en el cuento de Anya. Cuando para él, ella siempre era la mala y la que había planeado cada cosa que había salido mal en su vida y ahora resulta que no era así.
El saber este pedazo de información de su pasado, hizo que cada escalón de la escalera que subía sea más difícil que el anterior. Cuando llegó a la cima, se encaminó al pasillo de su habitación y se acercó a la puerta de ella. Sin hacer un solo ruido, la abrió y entró.
Anya ya estaba en la cama profundamente dormida, ignorando todo lo que había pasado abajo entre él y sus padres. Cuando abandonó la sala, hace unas horas, solo subió las escaleras y se acostó en su cama. Al poco tiempo se durmió sin saber que abajo, Alex por fin sabría la verdad de todo y se lamentaría enormemente todo lo malo que le había hecho a ella desde que se casaron.
Alex, al ver que Anya no se movía en la cama, se acercó hasta quedar al lado de la cama. Desde donde estaba podía ver claramente el rostro de ella, el cual estaba inclinado mientras dormía profundamente. Sin poder hacer otra cosa en este momento, Alex se arrodilló en el frío suelo de la habitación, mientras dejaba salir las primeras lágrimas que estaba conteniendo desde hace horas y es que no ha sabido como terminar de expresar todo lo que siente y todo lo que lamenta.
Allí, arrodillado, levanta la mano y acaricia la cara de Anya mientras sin hacer mucho ruido, para no despertarla le pide perdón.
-Lo siento, Anya. Lo siento tanto, cariño. No sabes lo mucho que lamento todo lo que te he hecho en estos años.
Luego de un rato se recompone un poco, por expresar lo que le quería decir y se seca las lágrimas que ha estado derramando desde que entro allí.
Como puede, se levanta tambaleante, ya que las piernas le tiemblan un poco, por el tiempo que ha estado arrodillado, llorando y lamentándose. Se inclina y besa la frente de Anya, haciendo que con ese toque ella se remueva un poco en la cama.
-Mmm...
Dijo Anya abriendo un poco los ojos, mirando a Alex brevemente, mientras se acurrucaba en las frazadas.
-Tranquila Anya, descansa bien que mañana saldremos en la mañana.
-Mmm, bueno.
Dijo ella cerrando los ojos, volviendo a dormir.
Alex la miró por unos segundo más y luego salió de la habitación para irse a la suya a descansar, por lo que quedó de la noche.
A la mañana siguiente, tanto Alex como Anya se levantaron temprano y se encuentran en el comedor. Anya había podido dormir muy bien, ya que se había acostado desde temprano. Alex, por el contrario, no le fue tan bien. Sus horas de sueño fueron muy limitadas por el hecho de que desde que se acostó no logro dormirse hasta bien entrada la mañana. Como le había dicho a Anya que hoy irían de compras al centro comercial, los dos, se levantó igual, aunque no tuviera muchas ganas.
-Buenos días, Alex.
-Buenos días, Anya.
Ambos estaban ya sentados en la mesa desayunando.
-¿Cómo te fue anoche?
Le pregunto ella, ya que estaba algo preocupada por lo que paso anoche por la llegada de sus padres sin avisar y su marcha de la conversación que estaban teniendo los cuatro.
-Bien, no te preocupes.
Le dijo él tratando de que no se preocupe por el hecho de que sabe que puede estar algo nerviosa, por lo que paso anoche.
-¿Estás seguro de que estás bien? ¿No hablaban de Silvina tus padres anoche?
-Sí, ella se ha estado presentando en la empresa. Exige verme, ya que hemos cortado, desde hace un tiempo.
Esta noticia a Anya la toma por sorpresa, por lo que se muestra muy sorprendida.
-Oh, no tenía ni idea. Yo... Lo lamento por ti.
-No tienes nada que lamentar Anya. Ella no era nada de lo que yo creía, ahora estoy mejor.