POR ÉL, CUMPLO MIL TAREAS

-¿Asuntos triviales? Supongo que para Su Alteza, muchos asuntos pueden ser triviales con sus antecedentes y respaldo.- Dijo Flora con una expresión traviesa en su hermoso rostro.

Los ojos de Antonio brillaron al ver la sonrisa traviesa en sus ojos, sin saberlo, una sonrisa gentil apareció en su rostro.

Cuando vio que las sirvientas se retiraron para no perturbar su conversación, se acercó a Flora y la tomó de la mano con suavidad -Creo que me equivoqué en mis palabras ¿Puedo tener una conversación amistosa contigo?- Le preguntó con pereza.

Luego de reunirse con su sirviente hace un rato, decidió venir a hablar con Flora personalmente, además, quería verla. Ya extrañaba su olor.

Flora se sorprendió un poco y luego bajo la mirada a sus manos envueltas por ese par de manos grandes. Estas eran frías, dándole un escalofrío, pero calentando, a la vez su corazón.

-¿De qué quiere hablar Su Alteza?- Ella lo invitó a sentarse y preparo té para él, este contenía algunas hierbas medicinales muy especiales.

Antonio fingió estar algo desinteresado y dijo -Mis gustos son algo extravagantes en algunos ámbitos y no soy muy activo en lo social, temo que mi temperamento u comportamiento puedan afectarte en el futuro.- Su tono era sincero.

Flora frunció los labios, dándose cuenta de algo ¿Él estaba pidiendo su opinión o su guía en algo? Aunque no lo entendía, solo pudo sondear -¿Se refiere al decorado de la nueva Mansión o alguna otra cosa?

Antonio se sintió un tanto avergonzado y dijo lo que tenía en mente -Prefiero que tú decores la Mansión a tu gusto, yo soy muy malo en ello, y como anfitriona y señora de la Mansión, creo que es lo correcto.

Flora se sintió aturdida cuando escuchó las palabras del hombre ¿Por qué la palabra anfitriona y Señora de la casa sonaba tan especial y exclusivo en su boca?

Una sensación cálida se desbordó de su pecho, bajando la cabeza tímidamente, sonrió con calidez.

Al ver el rostro sonrojado de su prometida, Antonio no pudo evitar tragar gordo al sentir sus emociones, podía sentir la felicidad y las expectativas de Flora, eran tan fuertes que no pudo ignorarlas, tampoco quería hacerlo.

Se sentía contento al verla tan feliz, ella lo contagiaba. Siendestá pareja destinada, estaba feliz en su corazón.

-Yo...me siento halagada por la consideración de Su Alteza, sin embargo, nuestros gustos son muy similares, creo que está bien siempre y cuando sea el Cuarto Príncipe quien lo decore.- Expreso ella en voz baja, fijando sus ojos en los hermosos ojos verdes de Antonio.

La fascinación que sentía por él solo aumentaban con los días, de hecho, nunca pensó que se enamoraría en un libro y no en la vida real ¡Era tan complicado, sabía que él no podía gustarle, pero aun así le gustaba cada vez más!

Esta vez, fue el turno de Antonio de sonrojarse. Él apartó la mirada de ella y asintió con la cabeza -Bien, lo haré a tu gusto.

Al verlo tratar de ocultar su timidez, Flora pensó en algo y no pudo evitar preguntar -Alteza ¿Esta seguro de que no participará en la lucha por el trono? Los príncipes luchan ferozmente por obtener poder, y para lograrlo, dañan a sus propios familiares ¡Es cruel! Temo que se vuelva el blanco de los demás Príncipes sí participa.

Olas de un sentimiento desconocido brotaron del corazón de Antonio, sintiendo la preocupación sincera de Flora por él, sus ojos brillaron con suavidad antes de volver a su indiferencia y tranquilidad habitual.

-No te preocupes, no planeó participar en la lucha por el trono y tampoco apoyar a alguno de mis hermanos. Ya he dejado en claro mis intensiones, además, la Mansión Yanshu ya esta habilitada para vivir en ella.- Expreso el joven con una sonrisa perezosa.

Flora soltó un suspiro de alivio y dijo en voz baja -He escuchado que el Príncipe Heredero y el Tercer príncipe se han estado atacando entre sí últimamente, ambos han sufrido pérdidas a causa de sus luchas internas.

Al pensar seriamente en ello, Flora miró a Antonio con seriedad -También he escuchado que todos los príncipes tienen sirvientas de cama y concubinas.

Antonio quedó sin palabras ante las idas y vueltas de su prometida ¿No estaba hablando de los Príncipes hace unos momentos y ahora hablaba de sus concubinas y sirvientas de cama?

Pero tan inteligente como era, sintió que Flora lo estaba sondeando para saber su postura.

Él levanto la mano en señal de promesa y dijo en voz baja -Prometo que serás la única dama con la que compartiré cama y a la única que mis manos recorrerán por las no...

No pudo terminar de decir las últimas palabras ya que su boca fue cubierta con un par de pequeñas manos.

-¡Pícaro desvergonzado! ¡Esas cosas no se dicen ni en bromas!- Exclamo en voz baja Flora, con las mejillas rojas como manzanas maduras y las cejas fruncidas con vergüenza.

Antonio soltó una pequeña carcajada, dejando aturdida a Flora. Cuando el cálido aliento cayó sobre su palma, esta sintió cosquillas, un cosquilleo salió desde la punta de sus dedos hasta sus pies, recorriendo todo su cuerpo como una pequeña corriente eléctrica.

Retiró sus palmas de golpe y apartó la mirada con vergüenza ¡Hay Dios, él era demasiado atractivo!

Incluso esa pequeña sonrisa puso el mundo de Flora de cabezas.

-Tos...tos...- De repente, un sonido de tos los sacó a ambos de su momento íntimo.

-Segunda Joven Señorita, el Maestro pide que se presente en el salón principal, dijo que se trataba de su prometido.- La voz de Lady vino desde la puerta, sacando a Flora de su pequeña burbuja. Sus cejas se levantaron con curiosidad.

Incluso Antonio levantó una ceja ante su mención, sus ojos cayeron sobre Flora, quien se puso de pie y lo miró -No puedo seguir acompañando a Su Alteza, haré que alguien le envíe una carta cuánto antes para informar la situación.

Antonio asintió y se puso de pie, su alta figura salió y desapareció en la ventana, dejando a Flora asombrada ¿Cómo podría él desaparecer y aparecer de la nada sin hacer ruido alguno?

Era como si se teletransportara.

De hecho, Flora no sabía que Antonio podía crear portales invisibles, tal vez por eso no los veía. Para lo que otros era desaparecer en el aire, para él era pasar una puerta.

Flora negó con la cabeza, su prometido tenía tantos secretos, solo podría descubrirlos hasta que él decidiese mostrárselo.

No estaba segura de que poderes tendría un Dragón Real, tal vez con el tiempo lo sabría.

Ella dejó de lado esos pensamientos y salió de su patio con Chancy y Lady caminando detrás de ella. Cuando llegaron a la Sala Principal, solo los dos ancianos estaban presentes.

-Esta nieta saluda al abuelo y a la abuela.- Dijo ella con una reverencia elegante y suave, mirando a los ancianos con calidez.

Gloria sonrió con cariño y le indicó a su nieta que se sentará antes de decir -Los preparativos para tu boda están casi listos, dentro de siete días, será la boda de mis dos nietas... sin embargo, aún no se ha llevado a cabo la prueba.

¿La prueba?¿Qué prueba? Los ojos de Flora brillaron con confusión y su expresión no la ocultó.

Ese mocoso momificado la había dejado colgada en el aire muchísimas veces. En una de tantas hasta se perdería.

Al verla así, Julio soltó una pequeña carcajada, encontrando divertida su expresión.

Él explicó -Durante generaciones, las descendientes femeninas participan en una prueba algo complicada que consiste en medicina, hacer una poción especial para su marido que ayudará con su futura descendencia.

Gloria asintió, habiendo pasado por la prueba, estaba un poco más familiarizada con ella -Así es, la prueba se hará seis días antes de la boda y las niñas solo tendrán cuatro días para completarla, podrá volver un día antes de su boda para descansar y prepararse.

La sorpresa apareció en el rostro de Flora, sus ojos brillaron al escuchar la palabra 'descendencia', Antonio de un dragón Real ¿Igual podría tener descendencia con humanos?

-Serás enviada a la montaña Gong Du mañana a primera hora, y Mary será enviada a la montaña Ling Du. Ninguna de las dos podrá llevar sirvientes o guardias, como doctoras, nuestra especialidad es la acupuntura y también nuestra mayor protección. Por años, hemos practicado algo de artes marciales, al menos para sobrevivir...- Dijo Julio con muchísima seriedad.

Al verlo así, la expresión de Flora también se volvió seria, con esta explicación, sentía que la situación era más complicada de lo que parecía.