La mayor cobardía de un hombre es despertar el amor en una mujer sin tener la mínima intención de amarla, como curar aquellas heridas si es difícil de cerrar, y cada día el precio de vida es más difícil de pagar, después de alejar el dulce amor de su esposa, sin imaginar que su búsqueda en el amor termino cuando la conoció, de la cual la vida convirtió a Rafael Castro un mendigo del amor,
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Deliciosa cena
Rafael.
Acudí al llamado de mis padres, pero antes tenía que ponerle las cartas sobre la mesa a Sara antes llegar a la casa de mis padres, también miraba como mi celular vibraba era evidente que era Leonela, ella quería pasar el último día juntos ya que se iría a España a estudiar, se va por cuatro años aunque después de mi divorcio iré con ella.
Cuando llegamos mi madre nos recibió con entusiasmo, pero mi hermana no se contuvo y empezó a decir palabras ofensiva para Sara, no la defendí porque por culpa de ella no puedo estar con Leonela, me sentía desesperado y busque una estrategia para salir de ahí ya que estaba muy incómodo y quería ver a Leonela.
Llegué hasta el departamento de ella donde me recibió con amor y muy sexi, eso hizo que mi cuerpo se calentará.
Leonela---: Te gusta lo que vez (risa).
Rafael---: Me encanta (besa).
Rafael no tardo en quitarle las prenda de vestir a Leonela durante la noche ellos estuvieron juntos, de la cual Leonela envío evidencia de la gran noche de pasión que tuvo con Rafael, dónde decía [el siempre será mío], mientras en la villa Sara esperaba con la cena a Rafael, ella tenía la esperanza conquistarlo con la comida, ya que escuchaba que el amor también ingresa por la boca, pero en su caso espero pero el no llegó y luego llegaron las fotos una tras otra era evidente que Rafael no llegaría esa noche, al despertar miro la mesa que aún estaba la cena esperando a Rafael, respiró profundo retiro los platos de la mesa se deshizo de la comida y con lágrimas en sus ojos lavo los platos, porque recordaba a las fotos que le habían enviado un número desconocido.
Eran las nueve de la mañana y su apetito había desaparecido, se ducho y empezó hacer el aseo de la casa, mientras tanto en el aeropuerto Rafael despedía a su amor que prometía volver.
Rafael---: Te extrañaré.
Leonela---: Prométeme que no te enamorarás de esa fea.
Rafael---: Jamás lo haré si estoy enamorado de la mujer más bella de este país.
Leonela---: Confío en ti.
Rafael vio como Leonela desaparecía entre la multitud, si no fuera por su absurdo matrimonio el estaría en esa avión con la mujer que ama.
Ese día decidio pasar junto a sus amigos Martin y Marlon se reían al ver cómo su amigo se había lo metido en un matrimonio no deseado solo por un inocente juego.
Marlon---: Como no consumaste tu matrimonio quiere decir que la fea sigue siendo virgen.
Martin---: Yo de tú, tomo esa virginidad antes que otro lo tome y te quedas sin probar ese manjar que es lo único bueno que tiene la fea.
Marlon---: Como es ella estoy seguro que solo los gusanos se comerán esa virginidad.
Rafael---: Basta, no se burlen solo espero la oportunidad para divorciarme y que ella encuentre el amor en otro hombre, porque no se merece lo que le hicimos, ese absurdo juego la ilusiono y me siento mal por ella porque jamás correspondere a su amor.
Martin---: Pues desencantala.
Rafael---: ¿Cómo?
Marlon---: Tratándola mal, mira tienes que hacer que te odie, mi padre lo hizo con mamá y cuando lo consiguió ella le pidió a grito el divorcio.
Martin---: Porque si la tratas bien ella se aferrara más a ti.
Rafael---: Todo esto es culpa de ustedes .
Martin---: Ya amigo cálmate te estamos dando la solución.
Rafael---: No se, a mi no me gustaría que me traten mal fue suficiente con lo que ya le dije.
Marlon---: Bueno, si tu lo consideras así.
Rafael---: Solo la voy a ignorarla hasta el día del divorcio, es todo.
En la noche, Rafael llega un poco ebrio tenía hambre, se lamento no haber comprado hamburguesas, Sara escucho la puerta abrir y su corazón se alegro.
Sara---: ¡Llegaste! (emocionada)
Rafael---: Si (entregándole el saco).
Sara---: ¿Quieres comer?
Rafael---: ¡Cocinaste!
Sara---: Si, espero que te guste, lávate las manos mientras te sirvo.
Sara se dirigió a la cocina mientras Rafael se lavaba las manos, después se sentó a la mesa a esperar la comida, Sara puso el plato enfrente de el y se sentó aun lado, Rafael dió el primer bocado y su paladar se deleito con deliciosa comida.
Rafael---: Está delicioso, ¿tú lo hiciste?
Sara---: Si, me gusta cocinar.
Rafael---: Desde ahora preparas mis alimentos (serio).
Sara---: Claro, me alegra hacer algo bueno por ti
Rafael comió y quedó satisfecho, busco la habitación, pero al ingresar se imagino que Sara tenía sus cosas ahí, por un momento no le importó y se acostó, Sara ingreso y le saco los zapatos gesto que vio con gracia Rafael.
Sara---: Descansa.
Rafael la miro, el espero que ella se acostara para desatar su ira pero al instante Sara salió de la habitación, dejando solo a Rafael.
Después que Sara salió de la habitación Rafael se levantó abrió el armario donde verifico que solo están sus cosas, respiró profundo, porque así no podrá maltratar a Sara..
Rafael---: Bien chiquita mientras sigas alejada de mi no te trataré mal.
Mientras tanto Sara reviso su correo donde recibió la notificación que ha esperado desde que se graduó del colegio, la habían probado la solicitud para la beca que brindaba la universidad católica Santiago de Guayaquil, ella sonrió de felicidad en tres meses iniciará clases.
Sara--- (grita de emoción) siiii lo logré.
Sara estaba tan emocionada por su logro que se había olvidado que estaba casada y en tres meses no podrá recibir la beca.