Solo Tú

César se alejó de mí, encendió de nuevo el auto y lo desvió de la carretera. Me sentí confundida, al ver que lo estacionaba en un sitio alejado.

César unió sus labios a los míos. Fue un beso dominante, lleno de lujuria y deseo. Un beso distinto al de hace unas horas. Hay algo en él que me ciega, nubla mi mente.

Su mano se soltó de mi cuello y recorrió mi espalda, mientras que con su otra mano, acariciaba mi pierna por encima de mi vestido.

No sé si era por el beso tan dominante y apasionado o era por el alcohol que bebí en la fiesta. Lo único que sé es que deseaba tener intimidad con César.

Sentir sus manos ardientes recorrer mi cuerpo... César suelta mis labios y sigue besando mi cuello, yo solo puedo dejarme llevar por lo que sentía por César.

Sentí como mi cabello se soltó y cayó como cascada por mis hombros. Respiraba aceleradamente, unos cuantos gemidos se escaparon por mis labios.

El cierre del vestido se escuchó bajar, se deslizó por mi cuerpo, hasta terminar en mis pies.

Ya no podía detener a César. Él como yo deseamos estar juntos. Cegado por el deseo, César me tomó entre sus brazos, y me llevó a él.

Era algo incómodo hacer el amor en el coche, pero no la arreglamos para poder disfrutar de ese momento.

César recorrió el asiento hacia atrás. No sé en qué momento mis bragas salieron volando de mí cuerpo.

César se quitó el saco y la camisa negra que llevaba puesta. Su torso desnudo tocó mi piel, haciendo que un fuego arda en todo mi cuerpo.

Sus manos se colocaron en mis nalgas y me levantó un poco, de pronto sentí algo enorme entrar dentro de mí, y enseguida una ola de placer sacudió todo dentro de mí cuerpo.

Mordí mi labio inferior con fuerza para no gritar de placer. Aun así, mis gemidos lograban escucharse.

César los apagaba de vez en cuando con sus labios. Mis caderas se movían encima de él. Me encantaba lo que sentía en ese momento.

..."Me vuelves loco"...

..."Eres perfecta"...

..."Muevete un poco más"...

César me decía cosas en el oído. Provocando que mi cuerpo se excite aún más.

Entre más movía mis caderas, más placer sentía. Fui penetrada una y otra vez. Sin duda lo más maravilloso que he vivido en toda mi vida.

Al terminar de hacer el amor, César cubrió mi cuerpo desnudo con su saco. Manejó hasta mi departamento, al llegar, me bajo entre sus brazos.

Al poner un pie dentro de mi departamento quedé inmensamente dormida.

...Narra César...

Volver a estar con Lilit fue maravilloso. Su cuerpo respondió a cada caricia de mi parte, era como si nos convirtiéramos en un solo cuerpo.

Muestras almas parecían estar unidas por un lazo invisible. Nos acoplamos tan bien en el momento de tener intimidad.

Me vuelve loco ver su carita distorcionarse en el momento de darle placer. Terminó inmensamente agotada, al entrar al departamento cerró los ojos y quedó profundamente dormida.

La dejé sobre su cama, tomé una manta y cubrí su cuerpo con cuidado. Luego me aleje de ella y fui a darme un baño.

El agua fría cayó sobre mi cuerpo, cerré los ojos, recordando a Alma Rosa. No sé por qué se me vino a la mente de pronto esa maldita mujer.

Abrí de nuevo los ojos, apretando los puños de mis manos con fuerza. Me juré a mi mismo nunca más pensar en ella, y esta vez, mi mente me ha traicionado.

Después de darme un baño, regrese al dormitorio, me seque el cabello y luego fui a la cama a lado de Lilit, la abracé a mí, hasta que quedé dormido a su lado.

A la mañana siguiente, sentí mis manos vacías. Lilit no estaba por ninguna parte, me asusté, quité las sábanas de mi cuerpo y salí de la cama.

______ ¡Lilit! ¡Lilit!

No importa cuanto la llame, no escuchaba ni una sola respuesta por parte de ella. Me puse más nervioso al recordar lo que vivimos cuando eramos niños.

Entre al baño y recogí mi pantalón, salí corriendo del dormitorio, baje las escaleras, asustado de que algo malo le haya pasado a mi niña.

Al llegar abajo el aroma de un delicioso desayuno entró por mi nariz. Solamente, de esa manera pude relajarme un poco.

Me dirigí a la cocina, siguiendo el aroma de la comida. Al entrar, veo a Lilit bailando mientras cocinaba.

Tenía la música a todo volumen, por eso no se dio cuenta de que estaba de pie junto a la puerta.

Bailaba feliz, sus manos se movían en el aire, con las cosas que usaba para voltear la comida.

No puede controlar mis instintos, se veía tan sexy con un mini short blanco y una blusa negra. Su cabello negro estaba atado en una coleta.

Baje un mirada, observando sus pies descalzos ponerse de puntitas. Me fascina verla así. Es tan distinta a cualquier otra mujer.

Me acercó silenciosamente por detrás. La abrazo y le doy un beso en el cuello. Lilit al principio se asusto, pero luego la sonrisa volvió a sus labios.

______ ¡Qué tonto eres, César! Me quieres matar del susto.

______ Del susto, no. Pero del gusto sí. _____ Aclaré, girando su cuerpo, para quedar cara a cara.

Ella sonreí, sus manos se colocan en mis mejillas y se pone de pintitas para besar mis labios.

La levanté, para ponerla sobre la mesa. Abre sus piernas y me deja entrar en medio, mis manos se meten por debajo de su blusa, sintiendo sus pezones ponerse duros.

_____ Me gusta como tu cuerpo reacciona a mis caricias. Sabe quien es su dueño. ____ Le dije al oído, para luego meter su oreja dentro de mi boca.

_______ César detente. _____ Me suplica, sabiendo lo que va a pasar entre nosotros.

_______ ¿No quieres un mañanero? Te hará ponerte feliz. _____ Contesté, pasando mi lengua por su cuello.

________ Ahhhh... ____ Suelta un gemido como respuesta.

Mis manos le quitan la blusa, y de inmediato metí uno de sus pequeños y redondos pechos a mi boca.

Lilit echó su cabeza hacia atrás, permitiendo que siga. Jugué con sus dos pechps, y fui bajando por su vientre hasta abrir sus piernas.