"Renacimiento en la Piscina" sigue la historia de Ji-ho, un joven que, tras una tragedia en su vida pasada como nadador olímpico, reencarna en el cuerpo de un adolescente de 16 años que enfrenta problemas de bullying. Con la mente y la disciplina del nadador fallecido, Ji-ho transforma su vida, superando adversidades y convirtiéndose en un atleta destacado. A medida que enfrenta desafíos en su nueva vida, descubre secretos sobre sí mismo y desarrolla una compleja relación con Seo-yeon, una influencer. Ambientada en Corea del Sur, la historia explora temas de redención, venganza, y el crecimiento personal en un entorno omegaverse.
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Capítulo 18: El Momento de la Verdad
El día de la competencia en los Juegos Olímpicos de París había llegado. La atmósfera en el estadio era electrizante, llena de la energía de atletas de todo el mundo que se preparaban para demostrar su mejor rendimiento. Ji-ho se encontraba en el vestidor, rodeado por su equipo y el personal de apoyo, preparándose para la prueba más importante de su carrera.
Concentrado en su rutina de calentamiento, Ji-ho trataba de bloquear las distracciones y enfocar toda su energía en la competencia. Min-ho estaba a su lado, revisando los últimos detalles de la estrategia. "Recuerda, Ji-ho, enfócate en tu técnica y mantén la calma. Has entrenado para este momento."
Soo-jin, que había llegado temprano para apoyar a Ji-ho, se acercó y le dio un abrazo reconfortante. "Estoy muy orgullosa de ti, Ji-ho. No importa el resultado, ya has demostrado lo que eres capaz de hacer. Da lo mejor de ti y disfruta el momento."
Ji-ho asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad y el apoyo de sus seres queridos. "Gracias, Soo-jin. Estoy listo para esto."
Los preparativos y la ceremonia de apertura se desarrollaron con rapidez, y pronto Ji-ho se encontraba en el bloque de salida, preparado para la carrera. Mientras observaba a sus competidores, sintió una mezcla de nervios y emoción. Sabía que estaba compitiendo contra algunos de los mejores nadadores del mundo, y cada detalle contaba.
El silbato sonó, y Ji-ho se lanzó al agua con precisión y velocidad. La carrera se desarrolló a una velocidad frenética, con cada nadador luchando por obtener la mejor posición. Ji-ho se enfocó en su técnica, recordando todo lo que había practicado durante meses. Cada brazada era una combinación de fuerza y elegancia, cada respiración cuidadosamente sincronizada.
En las primeras etapas de la carrera, Ji-ho se mantuvo en una posición competitiva, trabajando arduamente para mantenerse entre los líderes. Con cada vuelta, la competencia se intensificaba, y Ji-ho sentía la presión aumentar. La piscina se convirtió en un campo de batalla, con cada nadador luchando por avanzar.
A medida que la carrera se acercaba a su conclusión, Ji-ho sintió el agotamiento en sus músculos, pero también una ola de determinación. Sabía que debía dar su último esfuerzo para alcanzar su objetivo. En un esfuerzo final, intensificó su ritmo, nadando con todo lo que le quedaba.
Finalmente, cruzó la línea de meta, sintiendo un profundo sentido de alivio y agotamiento. Mientras salía del agua, observó las pantallas del estadio que mostraban los tiempos finales. La tensión era palpable mientras los resultados eran anunciados.
Cuando los resultados fueron revelados, Ji-ho se sorprendió al ver su nombre en la primera posición. Había ganado la medalla de oro, y el logro fue recibido con una ovación de pie por parte del público. La emoción y la adrenalina inundaron su cuerpo mientras miraba la medalla colgada alrededor de su cuello.
Min-ho y Soo-jin se le acercaron, abrazándolo con alegría. "¡Lo hiciste, Ji-ho! Ganaste el oro. Estoy tan feliz por ti," dijo Min-ho con entusiasmo.
Soo-jin, con lágrimas de felicidad en los ojos, lo abrazó. "Lo lograste, Ji-ho. Estoy tan orgullosa de ti. Has trabajado increíblemente duro para llegar aquí."
Ji-ho miró la medalla y sintió una mezcla de incredulidad y orgullo. Había superado obstáculos, enfrentado desafíos y demostrado su capacidad para alcanzar la cima. El apoyo de su equipo y la dedicación personal habían llevado a este momento de triunfo.
Mientras se preparaba para la ceremonia de premiación, Ji-ho reflexionó sobre su viaje. Desde las dificultades iniciales hasta el éxito en los Juegos Olímpicos, había aprendido lecciones valiosas sobre la resiliencia, el trabajo en equipo y la perseverancia. La medalla de oro no solo representaba un logro personal, sino también el reconocimiento de todo el esfuerzo y la pasión que había invertido en su deporte.
En el podio, mientras escuchaba el himno nacional y veía su bandera ondear, Ji-ho se sintió abrumado por un sentido de logro y gratitud. Sabía que este era solo el comienzo de un nuevo capítulo en su vida, lleno de oportunidades y desafíos futuros.
La celebración continuó con una recepción especial para los medallistas, donde Ji-ho fue recibido con felicitaciones y admiración por parte de colegas y figuras importantes del deporte. Aunque el evento estaba lleno de celebraciones y aplausos, Ji-ho nunca perdió de vista el apoyo fundamental que había recibido a lo largo de su viaje.
Esa noche, mientras reflexionaba sobre el día en su habitación de hotel, Ji-ho se sintió en paz. Había alcanzado uno de los mayores logros de su carrera y estaba rodeado de personas que lo habían apoyado en cada paso del camino. La victoria no solo era un testimonio de su habilidad, sino también de la fuerza y el compromiso de aquellos que habían estado a su lado.
El futuro era prometedor, y Ji-ho estaba emocionado por lo que vendría a continuación. Con el oro en su haber y el apoyo de sus seres queridos, estaba listo para enfrentar los próximos desafíos con la misma determinación y pasión que lo había llevado hasta aquí.