Guardian Deluxe

—Kate no responde y no logro localizar su comunicador. Debe de haber ocurrido algo —menciona Scott, intentando comunicarse con Kate.

—Revisemos las cámaras. Debe de estar en algún sitio —exclama Thiago mientras se dirigen a la sala de vigilancia.

Kate, Meily y Aka salen del cuarto en absoluto silencio. Aka cargaba a Meily y la cubría con la chaqueta que tenía. Kate toma la delantera y le hace señas a Aka para que la siga, a lo que él obedece. Poco a poco, siguen una ruta específica hasta llegar a la entrada del pequeño lago por donde habían ingresado. Sin embargo, la mantis se encuentra justo en frente de la entrada. Ella percibe su presencia y, con sus enormes ojos, los observa. Kate se mueve rápidamente y oculta a Aka detrás de ella.

—Aka, escúchame bien, no muevas ni un solo dedo —susurra Kate sin apartar la vista de la mantis—. Ella tiene una buena visión, pero solo me ve a mí y no tiene permitido atacarme. Vamos despacio por los lados.

Kate da un paso muy lento y cuidadoso hacia la izquierda, pero se detiene al ver que Aka no se mueve. Él está muy asustado. Kate lo nota, le toma de la mano para tranquilizarlo, y al hacer contacto, siente que está helado, temblando. Siente una gran pena por él en ese momento.

—Tranquilo, tú puedes. No dejaré que te haga nada, ¿de acuerdo? Has enfrentado a grandes enemigos, y lo que te queda será mayor. Puedes lograr esto —susurra Kate, dándole ánimo a Aka. Esto provoca que él respire hondo y avance con ella sin soltar su mano. La mantis gira lentamente su cabeza siguiendo el movimiento de Kate, pero sin notar a Meily y Aka, quienes parecen estar escapando al darle la vuelta. Finalmente, llegan a la entrada, pero una víbora observa a Aka. Este se abalanza hacia él, provocando que tanto Kate como Aka tengan que esquivarlo por poco. Esta acción hace que la mantis perciba a Aka y proceda a atacarlo. Con mucho miedo, Aka escapa saltando sobre los costales que flotan en el lago. Al llegar justo a donde deben subir, Aka toma la iniciativa y sube primero. La mantis casi lo atrapa, pero Kate lo toma y lo arroja al agua con fuerza, lo que provoca que las víboras se alejen.

Mientras tanto, en la zona de vigilancia, observan cómo Kate ayuda a Aka y a Meily a escapar.

—Es una traidora, iré ya mismo a darle una lección —exclama Scott, enojado, preparándose para salir, pero es detenido por Thiago, quien está viendo todo desde otra perspectiva.

—Espera, algo me dice que sé a dónde se dirigen exactamente —exclama Thiago mientras, junto con Scott, toma otra ruta hacia el segundo piso.

Kate toma impulso con su lazo y trepa rápidamente hasta donde se encuentran Aka y Meily. Aunque han escapado, la mantis no desiste y se impulsa hacia el agujero. Está muy molesta, por lo que no deja de subir. Kate agarra a Aka de la mano y corre adelante para que no se quede atrás.

—Esa mantis está muy enfadada —exclama Meily. La mantis logra salir y lo primero que hace es perseguir a Aka y a Kate, mostrándose hostil también hacia Kate.

—Pase lo que pase, no miren atrás —exclama Kate. La curiosidad de Meily es grande y observa atrás, viendo cómo la mantis salta a cada paso intentando atraparlos en una escena tétrica por la oscuridad de los túneles de la madriguera. Aunque la mantis es veloz, en ocasiones se detiene para observar su entorno, ya que nunca había estado allí. Aun así, no pierde el rastro de sus presas. Kate los guía por una ruta específica. Había muchos caminos, y Aka no sabía cuál tomar, pero Kate, sin detenerse, parecía conocer el camino como la palma de su mano. Escoge derecha, derecha, izquierda, medio, recto, derecha, etc. Finalmente llegan al elevador. Kate entra primero, seguida por Aka, pero en un abrir y cerrar de ojos, la mantis los alcanza. Antes de que el elevador se cierre, la mantis logra atrapar a Meily en sus tenazas, quien grita aterrorizada. La fuerza de la mantis es tan grande que evita que Meily sea aplastada por las puertas corredizas del elevador. Aka ve cómo Meily está a punto de ser devorada por la mantis, reacciona y salta hacia ella, dándole un fuerte golpe. El impacto desconcierta a la mantis, que suelta de inmediato a Meily. Aka, con la poca fuerza que le queda, trata de empujar a la mantis fuera del elevador. Casi lo logra, haciéndola retroceder, pero la mantis se recompone y observa a Aka. Trata de atraparlo con sus tenazas, pero Kate, con un rápido golpe de su cadena, logra empujarla por completo. El empujón es tan fuerte que hace que Aka pierda el equilibrio y siga avanzando con la mantis. Kate ve venir esto, agarra a Aka y lo regresa al interior del elevador. Ambos chocan contra la pared del elevador y ven cómo la puerta se cierra finalmente, librándolos de la mantis. Ambos caen sentados, suspirando con fuerza por el cansancio. Kate se encuentra recostada en la pared, y Aka, en frente de ella, también está recostado. Al abrir los ojos y ver su situación, ambos se sonrojan y se levantan avergonzados.

—Bu-bueno, ya logramos pasar esta parte que era difícil. Tú venciste tu miedo, Aka —exclama Kate, apenada. Aka, también apenado, le responde:

—Mmm, no realmente. Tuve mucho miedo, pero si no actuaba, Meily hubiera muerto —menciona Aka mientras observa a Meily.

—Aun así, luchaste contra la mantis por mí. Te agradezco mucho eso, Aka —exclama Meily.

Aka piensa en todo lo sucedido con Kate y la observa disimuladamente. Ve cómo ella tiene la mirada caída mientras se arregla el cabello que quedó algo enredado por el desorden anterior. Aka no puede evitar mostrar un gesto tímido, pero esta vez sin dejar de mirarla. Kate termina con su cabello y, de casualidad, nota cómo Aka la mira, lo que la pone nerviosa.

—¿Y a ti qué te pasa? —pregunta Kate, a lo que Aka se restriega las manos en la cara para recobrar el sentido.

—Oye, Kate, ¿por qué te enojaste tanto conmigo al darte cuenta de que era yo el infiltrado? —pregunta Aka. Kate se sorprende ligeramente ante esa pregunta y luego aparta la mirada de él.

—Porque temía que me había vuelto a equivocar —responde Kate con un tono de voz suave, captando también la atención de Meily, quien escucha todo—. Aka, de verdad no tienes ni idea del dolor que me causaste en aquel momento. Cuando leí tu mensaje y supe que era para mí, noté algo distinto y único en ti, pero estaba tan enojada que quería desquitarme contigo a toda costa. Nunca había tenido tanta rabia antes.

—Yo de verdad lo lamento —menciona Aka melancólico.

—No, soy yo quien lo lamenta de verdad. Si la vida no fuera tan cruel, tú y yo quizás podríamos estar juntos... —menciona Kate, igual de melancólica. Eso deja intrigado a Aka, quien comienza a preguntar:

—¿Como amigos? —pregunta Aka. La pregunta deja sorprendida a Kate.

—Mmm, no lo sé. No te veo mucho como un amigo. Además, solo nos conocemos de una noche y—las palabras de Kate son interrumpidas al ver cómo Aka cae de rodillas, frunciendo el rostro de dolor mientras se sostiene el brazo izquierdo, justo en la cicatriz.

—¡Aka! —se alarman Meily y Kate, tratando de socorrerlo.

—Estoy bien, es solo que me está doliendo mucho el brazo —exclama Aka, mostrando cómo su brazo alrededor de la cicatriz está rojo y muestra signos de desangrado, alertando a Kate.

—Aka, si sigues usando esa jabalina, perderás tu brazo —menciona Meily. Kate se preocupa aún más y saca su lazo, cortando un pedazo corto.

—Aka, si tienes un derroche de energía, puede ser riesgoso. Podría incluso afectar tu cerebro —menciona Kate mientras sostiene su mano y rasga un poco su camisa para limpiar el brazo con sumo cuidado.

—Mi lazo también es capaz de conducir la energía pura, y tu alma, según he sentido, está ligada a esta misma energía. Así que este podrá ser un catalizador que debería darte una solución —explica Kate mientras rodea el pedazo de lazo alrededor de la cicatriz con calma para no causar dolor a Aka.

—Listo, ahí quedó, pero no tengo nada para pegarlo. Aka, usa tu habilidad para que puedas asimilar el lazo y sellarlo con el calor —menciona Kate.

—¿Estás loca? No hay manera de que eso funcione —responde Aka.

—Si ella tiene razón, entonces la energía que desbordas intentaría quemar el lazo, y así el calor provocaría que se selle en tu brazo. Al asimilarlo, ya no debería quemarse, aunque la energía sea mucha —analiza Meily.

—Aka, confía en mí —dice Kate, sosteniendo el rostro de Aka y mostrándole una sonrisa sincera. Aka duda por un momento, pero finalmente decide confiar. Libera energía dirigida por su cicatriz, lo que le causa dolor, pero siente cómo Kate le toma la mano para apoyarlo, así que no se detiene. Meily observa cómo la cuerda se adhiere debido al calor, validando su análisis. La energía liberada fue catalizada en el lazo, permitiendo a Aka controlar su poder.

—Uff... dolió mucho —exclama Aka, levantando su mano y observando el lazo permanentemente adherido a su brazo.

—Sí, lamento que el lazo no sea muy bonito —dice Kate.

—¿Bromeas? Me encanta. Muchas gracias, Kate —responde Aka, abrazando a Kate, quien se sonroja pero finalmente le corresponde el abrazo.

—Oigan, tortolitos, me alegro por ustedes dos, pero esto no ha terminado —interrumpe Shadow.

Los tres ven cómo el tercer piso es un caos, con daños por todas partes y mucha gente corriendo.

—Bien, hay que ir al segundo piso y desde ahí te guiaré por la ruta de entrada al primero. De allí, estoy segura de que puedes ir solo, ¿verdad? —dice Kate, recostada en la pared a unos metros del resto. Aka, en la misma posición, asiente.

—¿Por qué no vamos al primero de una vez? —pregunta Meily.

—Mi equipo estará allí, así que las cosas se complicarán —explica Kate, anticipando lo que se avecina—. En el piso dos está el escenario, así que debemos ir con cuidado para no llamar la atención.

—Entendido —responde Aka.

Finalmente, el elevador se detiene en el segundo piso. Siguiendo una ruta específica, llegan al área del escenario. Los demás están entretenidos con los espectáculos, y Aka y Meily se sorprenden por la decoración del lugar, que incluso tiene una zona de juegos. Kate toma la mano de Aka y, con suma cautela, pasan por los rincones. Se percatan de unas gárgolas rondando, así que continúan agachados y con mucho cuidado. No obstante, un Basajaun los encuentra y alerta a todos. Kate lo enrolla con su lazo, salta y lo impacta con una patada doble para empujarlo. El Basajaun pierde el equilibrio y cae, lo que permite a Kate y Aka huir rápidamente. Siguen un túnel donde aparecen más gárgolas que atacan a Aka, pero Kate atrapa a tres con su lazo y las arroja hacia el resto, despejando el camino para ambos.

—Eres increíble —exclama Aka mientras corre.

—Lo sé, soy asombrosa —responde Kate con una ligera sonrisa.

Todo eso es observado por Scott, camuflado cerca. Frunce el ceño enojado y saca su comunicador para hablar con Thiago.

—Es una traidora. Los está ayudando a escapar. Se dirigen a la zona de confinamiento. Los detendré —dice Scott, pero Thiago lo detiene.

—Espera, parece que Kate es más lista de lo que pensábamos —responde Thiago.

—¿De qué mierda me estás hablando? Te estoy diciendo que ella los está ayudando —protesta Scott, enojado.

—Scott, se te olvida el otro escenario, aparte del área de contingencia —menciona Thiago, dejando sorprendido a Scott.

—Es verdad, está el hábitat de Piscis —exclama Scott. Thiago le da la razón y comienza a elaborar un plan.

—Scott, síguelos con mucha discreción y cuando estén en posición, dame la señal —indica Thiago.

—Muy bien —responde Scott, comenzando a seguir a Kate y al resto con cautela.

Kate, Aka y Meily continúan por un camino recto.

—De acuerdo, más adelante está el área de contingencia. Desde allí, solo deben seguir recto y subir por la entrada, ¿entendido? —exclama Kate.

—Sí, muchas gracias, Kate —responde Aka.

De repente, un grupo de tres minotauros los descubre y, viendo a Aka y Meily detrás de Kate, creen que la tienen amenazada, por lo que no dudan en atacar.

—¡Esperen, no! —trata de detenerlos Kate, pero los minotauros no desisten. Apartan rápidamente a Kate y persiguen a Aka, que carga a Meily y esquiva sus ataques con dificultad. Aka, en un movimiento, salta y cae al lado de lo que parece ser una puerta. Kate nota esto y siente un escalofrío que le recorre el cuerpo.

—¡Chicos, esperen! —exclama Kate, extendiendo su brazo hacia ellos. Aka nota esto, pero también ve cómo los tres minotauros se abalanzan sobre él al mismo tiempo.

—¡Ahora! —exclama Scott, revelando su posición y sorprendiendo a Kate. En ese momento, la compuerta detrás de Aka se abre, y el suelo resulta ser una plataforma que impulsa a los tres minotauros y a Aka hacia adentro. Se deslizan por una rampa que los lleva a una habitación enorme, oscura y lúgubre, similar al pantano donde se encontraban las víboras y costales, pero sin el pantano.

—Meily, ¿estás bien? —pregunta Aka mientras la ayuda a levantarse.

—Sí, ¿Qué fue eso? —pregunta Meily.

—No lo sé, algo nos arrojó aquí —responde Aka, confundido.

Kate lleva sus manos a la boca, sorprendida por lo ocurrido.

—Oye, estuve a punto de matarte sin que te dieras cuenta, pero tras ver bien tu plan, me doy cuenta de que eres alguien de temer —dice Scott. Kate lo voltea a ver, confundida, pero nota cómo Scott muestra su comunicador.

—Sabía que no debíamos dudar de ti. Hiciste creer a todos que estabas de su lado y, para evitar que la mantis se los comiera y arruinara todo, los salvaste y los dirigiste justo hacia Piscis. Claramente, Piscis es más obediente y puede distinguir a la princesa, evitando devorarla. Buen trabajo, Kate —dice Thiago, dejando a Kate estupefacta aunque ella se mantiene serena.

—Sí... —murmura Kate en voz baja.

Aka nota cómo los minotauros están asustados por algo que se mueve en la oscuridad, escuchando el sonido de patas de insecto.

—Aka, esto no me gusta nada. ¿Dónde está Kate? ¿Acaso nos engañó? —exclama Meily, aterrada.

—No, no lo creo. Tiene que ser parte de su plan —responde Aka, incrédulo. De repente, una enorme tenaza de insecto atrapa a un minotauro y lo arrastra a la oscuridad. Los minotauros corren y gritan despavoridos, tratando de escapar por donde cayeron, pero la salida está muy arriba. Uno intenta escalar, pero otra tenaza lo atrapa y se lo lleva. Se escucha el sonido de huesos y carne triturándose en la oscuridad, un sonido que perturba a Aka y Meily.

—¿Kate, dónde estás? —pregunta Aka, atemorizado, pero la única respuesta que recibe es una pierna de minotauro desmembrada y masticada cayendo al suelo. El último minotauro decide enfrentar a la criatura, emitiendo un fuerte rugido. De la nada, la cabeza de la criatura desciende y devora la mitad del cuerpo del minotauro, haciendo retroceder a Aka y Meily. El exoesqueleto de la criatura rodea las paredes del lugar, revelando que es un ciempiés gigante.

—No tiene sentido. Si el cuerpo es un ciempiés, ¿de dónde salieron esas tenazas que se llevaron a los minotauros? —pregunta Meily, aterrada y muy cerca de Aka. Ambos notan cómo la criatura los rodea poco a poco, dejándolos con pocos metros para moverse, enfrentándolos a lo que parece ser un escorpión gigante.

—Es una... una Quimera —tartamudea Meily, aterrada. El lugar es el hábitat de esa Quimera, dejando a Aka y Meily en una situación desesperada.