Tu Decidiste Dejarme

NATASHA

Estoy cocinando tranquilamente en casa mientras pienso en como evitar a la familia Vassil. No quiero tener que cruzarme con ellos. ¿Y que pasará con Adler y Nicole? ¿Que les diré?.

El Dodge de Adler llega y estaciona, ambos bajan y entran.

– Mamá lo que te diga Adler es mentira –me dice Nicole.

– Si claro, querida hermanita –dice con sarcasmo–. ¿Sabes que, mamá?

– Pero. ¿Que paso? –pregunto–. ¿Por qué venían discutiendo?.

– Porque tu hija le estaba haciendo ojitos adorables a un chico en el taller –dice Adler.

– ¡Es mentira...! –niega Nicole.

Los miro a ambos sin poder creerlo, están peleando por eso. Intento fingir sorpresa pero ma risa me gana.

– Ay hijos... –digo riendo–. ¿Es por eso que están peleando?

– ¿De que hablas, mamá? –Adler se cruza de brazos–. No es gracioso. Estaban coqueteando como si nadie estuviera ahí.

– Ya estás exagerando, Adler –le dice Nicole–. ¿Cuántas veces coqueteaste con una chica delante de mí?

– ¡Bueno... eso! –tartamudea–. Es completamente justo. Que astuta.

– Entonces, hija... –me siento–. ¿Estabas coqueteando con ese joven?.

– ¡No, mamá!. Solo estaba siendo amable –me dice–. Y él también estaba siendo amable.

– Si claro –dice Adler con sarcasmo–. Deberías haberla visto. Volaban mariposas y unicornios por el aire.

– Ay hijo... Solo son cosas de la edad –le digo–. Y tu también tienes su edad.

– Les iba a disparar a esas mariposas y unicornios –dice Adler enojado.

– Okey, hijo. En cerio tienes que calmarte –le digo–. En cerio.

– Estoy calmado... estoy calmado –dice suspirando.

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JAKE

Cenamos todos juntos en medio de un silencio incómodo, veo a Erick que tiene la mirada pérdida en su planto. Yo conozco esa mirada.

– ¿En qué piensas, hijo? –le pregunto.

– Eemm... en nada –me responde–. ¿Por qué?

– Estás muy callado, sobrino –le dice Oliver–. Hay algo que anda dando vueltas en esa cabeza.

– Aamm... Bueno es que... –suspira–. Conocí a una chica hoy. Pienso en ella.

– Uuubh... –dice Oliver–. ¿Una chica, sobrino? ¿Eh?. ¿Y como es?

– Es linda... es muy hermosa –nos dice sonriendo–. Pero se fijó en Ethan, le gustó él.

– ¡No te des por vencido! –le digo–. Lucha.

Erick baja la mirada al suelo y luego me mira.

– ¿Y tu, papá? –me pregunta–. ¿Cómo conociste a la mujer con la que querías pasar el resto de tu vida?

– ¿Cómo... la conocí? –digo.

Miro hacia mí plato. Recordando como la conocí 18 años atrás.

• 18 AÑOS ATRÁS •

Estaba en una fiesta con unos amigos, la pasaba bien. Reía con mis amigos, era joven y mujeriego, solo pensaba en divertirme como todo joven de 22 años.

– ¡WOW! –decía bajando el shot de tequila–. Gane de nuevo.

– Bebes como los mejores, amigo –me dice.

– Es un arte... El arte de beber como sino hubiera mañana –digo.

Mientras reíamos seguimos bebiendo, entonces mire a mí alrededor y la vi.A lo lejos, parada sola. Después de unos minutos decidí ir con ella, me levanté y camine llegando a su lado.

Ella solo me miró sería y luego miro la pista.

– ¿Por qué tan seria? –le pregunté–. ¿No te gusta la fiesta?

– Vine a acompañar a una amiga mía –me respondió cortante–. No me gustan las fiestas.

– ¿Donde está tu amiga? –pregunte.

– Bailando con él chico que me gusta desde los cinco años –me dice–. No sé para qué vine.

– Pues ese chico es un tonto –le digo–. Eres muy hermosa como para no mirarte.

– No es solo la belleza –dice amargada–. Ella es más... viva, divertida. Yo, en cambio, soy sería, amargada.

– Si es por eso entonces deberías enamorarte de mí –la miro–. Porque soy muy animado.

– Prefiero no arriesgarme –me dijo.

– Quien no arriesga, querida señorita –le dije–. No gana jamás. Soy Jake Vassil.

Ella me miró y sonrío.

– Muy cierto –me dijo–. Natasha Lawrence.

• ACTUALIDAD •

Natasha... Cómo olvidar como la eche de mí casa, con el escupitajo que le di en la cara acabe con nuestro amor al igual que con nuestro matrimonio.

¿Que fue de ella?. No lo sé. ¿Del bebé que esperaba que era del mecánico?. Tampoco lo sé. Solo se que fue un error haberme enamorado de ella.

– Fue un error, hijo –le digo–. Un error que no quiero que cometas también.

– ¿Por qué fue un error? –me pregunta Erick.

– Solo fue... Un error –me levanto–. Me iré a acostar, buenas noches.

Subo a mí habitación, empiezo a beber el whisky que tengo guardado. Termino ebrio, sentado a los pies de mí cama. La puerta se abre y entra... ¿Natasha? ¿Está aquí?.

Me levanto y me acerco a ella, sus manos toman ambos lados de mí torso.

– Mí amor... –me dice–. Estoy aquí.

– Estás aquí... Conmigo –la beso.