Amor Entre Enemigos

Estefany Rojas

Se lo que piensa Flor de mi, y se que no le caigo muy bien que digamos, tampoco es que hubiera hecho un esfuerzo para llevarme bien con ella y mis hermanas con el único que tengo una relación estable es con Fabián y papa, frente a papá siempre quise demostrar lo fuerte que soy y eso a hecho que se sienta orgulloso de mi, pero sé que yo he tenido que trabajar duro para eso y esa era una de las cosas que le envidiaba a Flor.

Ella siempre fue la mejor en todo, Flor solo me lleva cinco meses de diferencia, mi madre era la amante de papá y creo que esa fue una de las razones por la cual siempre mantuve una actitud distante y arrogante con ellas, creí que me tratarían mal por ser hija de la amante de su padre pero en realidad la que las trato así fui yo y Flor que siempre a sido de carácter fuerte me dio el mismo trato que yo le di, pero poco a poco fui entendiendo que ellas nunca se avergonzaron al decir que era su hermana ni siquiera cuando las personas hablaban de mi.

Pero el echo de que siempre fuera la mejor me hizo guardarle cierto rencor, aunque papá no se lo diga ella es su orgullo, todo lo que Flor hacía para él era un orgullo y eso me causaba celos siempre me sentí inferior a ellas sobre todo a Flor, no negaré que disfruté cada regaño o insultos fríos que papá le daba, él siempre fue muy duro con Fabián y Flor pero aún así se que los quiere mucho aunque a Flor no lo crea.

No, no planeo decirle a nadie — digo, como si no me importara — es tu problema no el mío.

Si claro, desde cuando eres una persona de confianza — responde

Flor, puede que no me caigas bien — digo — pero, aunque te cueste aceptarlo ere mi hermana, así que puedes estar tranquila guardare tu secreto.

Se que será difícil a que confíe en mi, pero ya es hora de dar el primer paso y empezar a llevarnos bien.

Si claro se que estaré muy tranquila — dice con sarcasmo — y para que sepas, nunca me costo aceptar nada a ti si, para mi sigues siendo mi hermana más nada, ahora si me disculpas me voy — dice saliendo de la cocina.

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Flor Rojas

No se que le paso a Estefany nunca había sido tan amable conmigo, pero eso no me interesa lo que me preocupa es que diga algo sobre mi “relación” o lo que sea que tenga con el cavernícola aquel, espero y no diga nada.

Subo a mi habitación, me doy una ducha termino y salgo, saco un vestido negro corto pegado al cuerpo y unos tacones del mismo color me visto frente al espejo el vestido resalta mis atributos, peino mi cabello y me aplico un poco de maquillaje para no verme tan simple.

Salgo de mi habitación, y me encuentro en el pasillo a Fanny que se tira en mis brazos en cuanto me ve.

Flor — dice abrazándome

Hola cariño como has estado — digo, dándole un beso en la frente

Pues bien, aunque algo aburrida ya que tú y Fabiana pasan la mayor parte del tiempo ocupadas — dice, y eso me hace sentir un poco mal.

Fanny es un ser de luz a pesar de sus constantes pesadillas no deja de brillar, recibe entrenamiento de defensa y de cómo usar todo tipo de armas nunca quise que se involucrara en esto ya que esto puede consumirte tanto que puede apagarte y eso es lo que no quiero que se apague su luz, pero no pude evitarlo ya que hemos crecido en este entorno y por ser hijas de un mafioso tenemos muchos enemigos, y el echo de que reciba entrenamiento le ayudaría en cualquier tipo de enfrentamiento, los entrenamientos suelen ser cruele por que si o si tienes que matar a sangre fría.

Aún no a llegado a esa etapa del entrenamiento y la estoy preparando mental y emocionalmente para cuando llegue ese momento.

Prometo que este fin de semana será para que la pasemos juntas — digo — tú, Fabiana y yo...

Y Estefany — me interrumpe.

Si Estefany también — digo, rodando los ojos — bueno nos vemos mañana voy a salir y llegaré tarde.

Debe ser muy importante para que vayas así de guapa — dice — bueno ve.

Le doy un beso en la mejilla y salgo de la mansión pido al guarda espaldas que me traiga mi auto que es un mercedes benz es el que más uso, le pido que no quiero que ningún guardaespaldas valla conmigo y el asiente, subo al coche saliendo de las instalaciones de la mansión pongo la dirección en el GPS.

Después de quince minutos llego al lugar es un bar bastante llamativo, me apresuro a entra pero el guardia de seguridad me detiene.

Entrada señorita — dice impidiéndome la entrada.

Tranquilo Jon, ella no necesita entrada — dice otro hombre detrás del guardia.

Hola señorita Rojas — dice David, el hombre que estaba con él en la reunión