En su nueva vida tras transmigrar a la novela, esta mujer, hija de un general y fallecida en batalla, se encuentra con una segunda oportunidad para perseguir sus sueños postergados.
Con determinación y valentía, decide usar su experiencia militar y su perspectiva única para no solo sobrevivir en este nuevo entorno, sino también para hacer un destino que refleje sus verdaderos anhelos y ambiciones.
Desafiando las expectativas impuestas por el guion original, y navegando por relaciones complejas con los personajes principales y secundarios, ella se embarca en un viaje de autodescubrimiento y redención, decidida a dejar una marca imborrable en la trama y en su propia vida.
NovelToon tiene autorización de Eugenia Álvarez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 18
Grace terminó de recordar el trágico destino de la familia de su tía y frunció el ceño con frustración. Se sentía enojada, especialmente con Verónica. ¿Por qué se había ensañado así, y con personas que la trataban con sinceridad? Frotó involuntariamente el pelaje de Shadow, buscando consuelo en su amigo.
Al sentir el toque de Grace, Shadow se sintió muy cómodo, pero también alerta. "Esa mujer tiene un olor rancio, será mejor que no te acerques a ella. En su bolsa hay unos dulces que contienen veneno", dijo en la mente de Grace. La mujer llamada Verónica, según había escuchado, desprendía un olor similar al de un pez podrido.
Grace clavó su mirada en el bolso de Verónica al escuchar la advertencia de Shadow. Vincent, malinterpretando su expresión, exclamó: "¡No la veas! ¡Ella es muy mala!" Con preocupación, no quería que su prima siguiera los pasos de su tía. Acarició suavemente el pelo de Shadow, aunque no le gustaban los perros, estaba dispuesto a dejar de lado su disgusto por el bien de Grace.
Erick, quien también acariciaba a Shadow, se sentía perdido y confundido. Regañó a su hermano: "¡No puedes decirle así! Ella es una persona mayor, y a las personas mayores se les debe respetar."
Vincent le dio la espalda con Grace a su lado y murmuró: "No le hagas caso, dejémoslo solo." Conducía a Grace hacia la mesa de dibujo para impresionarla con sus mejores obras. Mientras la llevaba, pensaba para sí mismo: "Bien, por fin me deshice de mi hermano." Ahora podría jugar solo con mi prima, quien de ahora en adelante sería como una hermana. Ya no quería un hermano mayor molesto y tonto.
Erick se quedó solo y sintió una profunda tristeza. Pensó para sí mismo: "Nadie me quiere..." Un nudo se formó en su garganta y sintió ganas de llorar.
Jane, al presenciar esa escena, estalló en carcajadas.
Fernando, junto a Jane, observó la escena y sintió que llevar a Grace a casa podría complicar las cosas aún más. Con cuatro hijos que no mantenían una fuerte unión entre ellos, temía que la presencia de su prima desencadenara una guerra familiar sin cuartel. Tras reflexionar brevemente, se corrigió a sí mismo: "Bueno, en realidad serían tres hijos, dado que Marcus, el tercero, está en una academia militar por decisión de su abuelo materno." Con serenidad, comentó a Jane: "Será interesante tener a Grace en casa."
A pesar de todo, Fernando esperaba que sus hijos se comunicaran más, incluso si era a través de peleas; prefería eso a la fría indiferencia que predominaba entre ellos, ya que solo se dirigían la palabra para discutir sobre sus investigaciones. Sus hijos poseían un nivel muy elevado de inteligencia y pasaban la mayor parte del tiempo en sus habitaciones, inmersos en la lectura de libros y la realización de experimentos. El único que se destacaba por ser diferente era su tercer hijo, Marcus, quien no poseía la misma agudeza intelectual que sus hermanos y se destacaba más por su fuerza física. Esta diferencia a menudo lo llevaba a tener una relación más tensa en comparación con sus otros hermanos.
Jane, al escucharlo hablar, preguntó con curiosidad: "¿Ericka estuvo de acuerdo en que Grace fuera a tu casa?"
Fernando asintió con la cabeza y continuó: "Sí, es un acuerdo..."
Ambos continuaron discutiendo ese tema y otros más en detalle.
Verónica le guiñó un ojo a su hermano, indicándole discretamente que la siguiera. Con calma, anunció: "Iré un rato a la terraza", levantándose de su asiento.
Victor, captando la señal, se levantó también y tomó el brazo de su esposo, diciendo con determinación: "Nosotros también iremos".
Ericka, visiblemente confundida, caminó junto a su marido, tratando de comprender la situación mientras avanzaban.
Al llegar a la terraza, se encontraron con un paisaje natural impresionante. Desde allí se podía contemplar la extensión de un gran bosque verde, árboles grandes y frondosos, el resplandor suave del sol reflejándose sobre el agua, del lago.
Encontraron unos columpios en forma de silla dispuestos estratégicamente para disfrutar de la vista. Cada uno tomó asiento, sintiendo la brisa suave que acariciaba sus rostros mientras se mecían en el columpio.
Ericka, incapaz de contener su curiosidad por más tiempo, preguntó: "¿De qué se trata todo este misterio?"
Victor, quien antes estaba entusiasmado con la idea, ahora parecía haber perdido parte de su entusiasmo. "Verónica me sugirió adoptar a una niña. ¿Qué opinas?", le dijo a su esposa.
Ericka recordó la conversación previa con su suegra y sintió una extraña sensación, algo discordante en su interior. "En mi opinión, creo que sería mejor no hacerlo. Antes tenía muchas ganas de tener una niña, pero ahora, con Grace aquí, siento que ese sentimiento se ha desvanecido".
Victor asintió con la cabeza. "Es verdad, yo siento lo mismo."
Verónica, al escuchar la respuesta de Ericka y Victor, sintió un escalofrío recorriéndole la espalda, consciente de que su plan podría desmoronarse. Tratando de mantener la compostura, sugirió: "No se precipiten. Quizás es simplemente que no han conocido a la niña todavía, por eso hablan así". Con manos temblorosas, sacó una fotografía de una niña de su bolso y la mostró rápidamente. "¡Miren! Seguro les encantará", dijo con desesperación en su voz, intentando convencerlos.
Ericka tomó la foto y la observó detenidamente, pero no sintió ninguna conexión; más bien, experimentó una ligera sensación de desagrado. "Es... bonita, pero no tiene el mismo encanto que Grace", comentó con sinceridad.
Victor tomó la foto después de Ericka y la sostuvo unos momentos, tratando de mostrar respeto hacia el esfuerzo de su hermana. Sin embargo, era evidente que no le causaba una impresión favorable. "No es tan bonita como Grace", dijo finalmente. La niña en la foto lucía delgada, con las mejillas hundidas, lo que transmitía una sensación de fragilidad y decadencia. En contraste, su hija Grace era gordita, tierna y rebosante de vida. Victor comprendía que las diferencias podían ser atribuibles a las condiciones económicas, pero aun así, prefería a su hija tal como era.
Ericka tomó la foto nuevamente y se dirigió con firmeza hacia Verónica. "Gracias por el esfuerzo, pero hemos decidido no adoptarla. En su lugar, haremos un donativo al orfanato para asegurarnos de que reciba una buena alimentación", dijo en un tono decidido, observando cómo Verónica abría la boca para replicar.
Verónica apretó los puños con furia. "Es una niña que necesita amor maternal. Su corta vida no ha sido fácil", intentó apelar a su compasión.
Victor, ansioso por terminar con la tensión, sugirió inocentemente: "¿Por qué no la adoptas tú?" Sabía que su hermana era bondadosa y noble, capaz de brindar amor y cuidado a la niña.
Ericka asintió en completo acuerdo con la idea de su marido.
Verónica esbozó una sonrisa forzada. "No puedo hacerlo, aunque quisiera. Mi hija es un tanto posesiva, no creo que esté de acuerdo", explicó con cierta incomodidad.
"Entonces, podrías considerar hacer un donativo también", sugirió Victor. Se levantó de su asiento. "Voy a ver a mis hijos", anunció mientras se dirigía hacia la salida de la terraza.
Ericka lo siguió de inmediato. No quería perder tiempo; solo tendrían a Grace con ellos por una semana.
Verónica, al ver a Ericka y Victor alejarse, sintió una ola de ira que la llevó a agarrar el jarrón de flores que decoraba el lugar y lanzarlo con furia. "¡Estúpida mocosa!", murmuró entre dientes, recordando con amargura la causa del rechazo por parte de su hermano y su cuñada. "Sabía que serías un estorbo. Debo apresurarme para eliminarte", añadió con más tranquilidad mientras regresaba a la sala, con una determinación fría en su mirada.
¿Acaso los quiere por su poder, o se los sustraerá o quizás los utilize como soldados?.🧐🤨😒🤷♀️🤔