Amar Entre Dos Mundos. 1

Katarina está frente a la puerta de su antiguo departamento, la música suena a todo volumen y las risas de una mujer resuena en el ambiente. Katy duda en golpear, pero al fin toma valor y con un suave movimiento aprieta la tecla del timbre y espera ser atendida. La puerta se abre, haciendo que el sonido de la música sea aún más ensordecedor, entonces una mujer con un vestido ajustado al cuerpo, con su cabello desordenado y el maquillaje corrido de su boca,  se asoma por la puerta y la saluda.

⎯ Hola, ¿necesitas algo?

⎯ Hola, perdón creo que me equivoque de departamento.

⎯ Como digas. Adiós…

La mujer está a punto de cerrar la puerta, cuando Bruno la abre del todo y mira a la joven que sostiene su traje. Katy se sorprende y nota que sus labios tienen el mismo tono labial que el de la mujer, se da cuenta que acaba de interrumpir algo entre ellos dos. Ella no puede creer lo que ven sus ojos, no puede pronunciar ni una sola palabra y cuando lo escucha hablar, se da cuenta que es verdad y no una maldita pesadilla.

⎯ ¡Ah!... Tú debes ser la asistente de mi mujer, me avisó que vendrías.⎯ él mira el traje que la muchacha aprieta con fuerzas.⎯¿Ese es mi traje?⎯ ella solo asiente con la cabeza y lo entrega.⎯ Muy bien, puedes irte, pero ni una palabra a Naomi de lo que acabas de ver o acabaré contigo.

La puerta se cierra frente a sus narices y ella deja escapar el aire contenido de sus pulmones y sin saber como, sale corriendo del edificio. Al llegar a la esquina se sube al colectivo que tantas veces la transportó hasta el centro de la ciudad y de forma automática se baja a unas cuadras de la pensión. El recorrido hasta su nuevo hogar lo hace en silencio, empujando algunas hojas caídas de los árboles con sus pies, ya que los arrastra sobre la vereda, no tiene fuerzas, ni mucho menos ánimos para caminar y cuando al fin cruza la puerta de su cuarto, se recuesta en su cama, se abraza a su almohada y llora desconsoladamente.

En el departamento, Bruno sonríe, su plan está funcionando a la perfección, entonces arroja el traje sin mucho cuidado sobre el sofá, le entrega el abrigo de su amiga que está en el perchero y se despide en la puerta.

⎯ Gracias Tanía. Estoy seguro que esa mujer irá corriendo a la oficina y le contará a Naomi que nos vio.

 ⎯ Bruno, sabes que siempre te voy a ayudar, pero creo que hay otra forma de sacarte a Naomi de encima y no haciéndote pasar por un gigolo.

⎯ Ella no me quiere dar el divorcio. Se aprovechó que estaba deprimido para que un juez nos casara sin mi consentimiento. Ni siquiera recuerdo la boda, estaba bajo los efectos de los calmantes y no hay forma de demostrarlo.

⎯ Lo sé y siento mucho que estés pasando por todo esto.

⎯ Extraño a Katy, ella era mi mundo.⎯ Bruno comienza a llorar y se abraza a su amiga.⎯ Pronto voy a descubrir quién estuvo detrás de su muerte y tomaré venganza.

⎯ Tranquilo, pronto mi esposo sabrá algo del caso. Él está trabajando muy duro en la investigación.

⎯ Lo sé y les agradezco todo lo que hacen por mi. Desde que conocí a Fortunato en el hospital, me cambió la vida.

⎯ No tienes nada que agradecer, tú eres inocente y lo vamos a demostrar.

⎯ Gracias por confiar en mí.

⎯ Bueno bombón, ya me tengo que ir a casa, mi esposo me espera, los niños a esta hora se vuelven insoportables.

⎯ Saluda a todos de mi parte.

⎯ Lo haré.

Tania era la esposa de unos de los oficiales que habían trabajado por varios meses en el caso de Katarina, pero al no obtener respuesta, la delegación simplemente archivo la documentación y lo caratularon como un hecho más de inseguridad callejera. El joven oficial no estaba tan seguro de que eso fuera del todo cierto e investigando una noche unos indicios, recibió un disparo en plena calle cerca del cajero. Entonces al estar incapacitado para trabajar lo retiraron de las fuerzas. Él amaba tanto su profesión que creó su agencia de detectives privados y ahora se enfoca en resolver casos especiales.

Cuando Tania se marcha, Bruno apaga la música, busca la llave que guarda tan celosamente en el bolsillo de su pantalón y abre la puerta de su lugar especial. Solo él y nadie más que él, puede ingresar a su antiguo estudio de revelado, al entrar se gira sobre sus talones y se encierra en la total oscuridad del cuarto. Una vez que sus ojos se acostumbran a la penumbra que lo rodea, avanza y contempla el altar que tiene de Katy. Varias fotos de la joven están pegadas en la pared, en una mesa hay flores frescas y su perfume preferido inunda el cuarto. Bruno cada día entra a esa habitación y se desgarra el alma llorando por su amor y se lamenta haber sido un idiota con ella.

⎯ Perdón Katy, perdón nunca te cuide, ni te valore lo suficiente. Fui un cobarde, debí contarte lo que estaba pasando con Naomi. No me va alcanzar la vida para disculparme.

Bruno llora una vez más arrodillado frente al altar, que con tanto amor creó para su bella Katarina, solo desea que alguna vez ella pueda oír sus súplicas y lo perdone.

En su cama Katarina no puede dejar de pensar en que Bruno... su Bruno se haya casado con Naomi una semana después de su muerte, eso solo significa una cosa y es que nunca la amó de verdad y que ellos se conocían de antes.

⎯ Que ciega estuve, ellos eran amantes.⎯ grita mientras tapa su boca con la almohada.⎯ Ahora todo tiene sentido, su cambio repentino, el dinero que nunca alcanzaba, los días que me decía que tenía una entrevista de trabajo y volvía muy tarde a la noche.⎯ piensa en voz alta.⎯ ¡ohhh Marcela!

De repente comprende porque Marcela lo odiaba tanto, ella sabía de la relación que Bruno mantenía con su hermana y nunca tuvo el valor de contarle a su única amiga la verdad. Esa noche katy sintió que una venda imaginaria se caía de sus ojos y la verdad al fin estaba asomando, pero por alguna extraña razón,  no puede dejar de llorar, pero no por lo que está descubriendo sino porque siente que haber regresado a este mundo fue una pérdida de tiempo.