Estoy en lo más alto de mi edificio, viendo a la gente como hormiga ir y venir pensando que tan grande es el mundo y nosotros tan pequeños, soy Ana Leal una reconocida diseñadora de moda, famosa y con el título de bruja de hielo, por ser despiadada y no tocarme el corazón para destruir a nadie, solo que a veces vienen a mi mente recuerdos de mi pasado y la antigua yo quiere volver a salir, es entonces cuando recuerdo que no obtuve nada por ser buena y amable, en ese tiempo solo recibí malos tratos y maldad, por nada del mundo vuelvo a ser así de frágil...
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Capitulo XVIII El infierno nos espera
Gabriel
Pasar la noche con Ana fue la experiencia más maravillosa de mi vida, ninguna otra mujer había sido capaz de hacerme sentir así, como pude siquiera pensar en hacer sufrir a tan perfecta criatura, camine un largo rato por la playa pensando en lo que haré cuando se descubra quien es en realidad Ana, seguramente mi madre querrá que la lastime y sus padres, que pensaran ellos, esto es todo un lío y Ana que pensara Ana cuando sepa que siempre supe so origen, de seguro me odiara por ocultarlo, tengo que buscar la forma de decirle, así las cosas no serán tan difíciles, regrese a la casa pues y Ana debe estar por despertar, cuando abrí la puerta me lleve tremendo susto, conseguí a Ana en el suelo llorando sin control y al verme se lanzó a mis brazos y decía cosas sin sentido el corazón se me rompió al verla así, la consolé por un buen rato, cuando logró calmarse la envíe al baño mientras yo le preparaba el desayuno, estaba sintiéndome como una bestia, la razón por la que ella estuviera en ese estado es mi culpa, en otra ocasión ella solo se hubiera sentado a esperar que regresará, pero desde que la conocí siempre le he dicho que no la quiero y demás, ahora no puedo decirle lo de su familia, ella está muy sensible y si le digo algo de esto podría colapsar, mejor ahora no, mejor le digo después.
Pasamos el día juntos hablamos de todo un poco la llevé a la playa donde le hice el amor, regresamos a la casa y seguimos en nuestras cosas, así pasó una semana, el día de hoy era hora de regresar al mundo, tenía otro destino en mente para volver a la ciudad en una semana más o menos, llegamos a nuestro segundo destino París, había una pasarela de prestigio y quería que Ana lo viera, ya que su pasión es la moda, estuvimos paseando casi toda la semana y por las noches volvíamos al hotel a seguir disfrutando de nuestra luna de miel, Ana estaba muy emocionada cuando salimos de la pasarela.
Ana: eso fue increíble, esos diseños son espectaculares, me encantaron, algún día diseñaré así.
Gabriel: estoy seguro de que si, tú tienes mucho talento y será mejor que el diseñador de esta colección.
Ana: gracias por tanto, nunca pensé estar así contigo, eras tan frío y distante que muchas veces llegue a pensar que me odiabas.
Gabriel: nunca podré odiarte, eres demasiado especial para que alguien te odie menos yo, mejor vamos a descansar mañana regresamos a casa.
Ana: está bien, volvamos al hotel.
No quería regresar porque sabía que todo quedará al descubierto, Catalina sabrá que ella es su hija y lo más seguro es que Ana me odie por habérselo ocultado, mi Ana nunca pensé que me enamoraría de aquella pequeña a la que su supuesto padre la hizo sufrir tanto.
Llegamos al hotel y le hice el amor toda la noche, quería recordar cada centímetro de su cuerpo, recordar su olor, siento morir por dentro.
No dormí en toda la noche, la vi tan tranquila que solo me quedé viéndola, cuando amaneció la alarma sonó, era el sonido que anunciaba la vuelta a la realidad, Ana se despertó con una sonrisa en la cara y con esos ojos azules brillantes.
Ana: buenos días, amor, no te ves muy bien te pasa algo.
Gabriel: nada amor mío, solo no dormí bien, debe ser por el viaje.
Ana: que te preocupa? ¿Acaso tienes algún problema?
Gabriel: no es nada de eso, así que no te preocupes y mejor alístate para que nos vayamos.
Ana: está bien, no me quiero ir, pero ajá tenemos que volver a la realidad.
Ana se fue a preparar mientras yo llamaba a la oficina para que arreglaran todo para nuestra llegada, también llamé a la casa y a mi madre, salimos del hotel rumbo al aeropuerto, Ana solo miraba por la ventana del auto, sé que está ciudad le gustó mucho y más por la semana de la moda, subimos al avión y las siguientes horas las pasamos hablando y riendo de tantas cosas, hubo un momento donde ya no aguante más el sueño u me quedé dormido, a lo lejos la escuché decir "te amo y siempre te amaré".
El avión aterrizó y fue cuando me desperté, la vi a los ojos y la bese.
Gabriel: nunca olvides que te amo.
Ana: en serio me amas?
Gabriel: así es, eres la pequeña molestia que más amo en este mundo.
Ana: sabes yo también te amo.
Gabriel: me haces muy feliz, vámonos a casa te parece.
Ana: así es ya quiero ver a mi Ponki.
Gabriel: jajaja ya había olvidado a la bestia peluda esa.
Ana: no lo llames así, él es mi mejor amigo.
Gabriel: como tú digas.
Si pudiera congelar este momento, se que lo haría, lo que nos espera al bajar del avión es un infierno sin tregua y nosotros estaremos en medio.