Mi Gordita Bella.

Mía no se daría por vencida, tocó la puerta muy fuertemente causando la curiosidad del personal de la casa, y haciendo que se levantarán de sus camas para ver qué pasaba. A Mia no le importaba que todos estuvieran ahí, siguió tocando con mucha insistencia.

Sergio estaba dentro de su habitación, sentado en su gran mueble, perdiendo la paciencia por esa chiquilla testaruda, Mia no dejaba de insistir, el se puso de pie y se dirigió de nuevo a la puerta, abriéndola de repente y encontrándose de nuevo con Mia.

Mía: Solo sé lo voy a repetir una vez más Señor, Le exijo una dis....... Ahhh bajeme, que cree que está haciendo.

Gritaba Mia mientras Sergio la cargaba boca abajo hasta su habitación.

Sergio: De alguna o de otra manera, tenías que llegar a tu habitación.

Mía: Que diablos crees que me haces.-Dijo Mía llorando.

Sergio: Descansa ya, Mañana charlaremos.

Al día siguiente muy temprano Sergio bajo a hacer ejercicio y ahí estaba Mía.

Mía se había levantado muy temprano, para ejercitarse, le acomplejaba demasiado su figura y quería cambiarla.

Sergio: Buenos días Mia.

Ella no contesto y Sergio se enfureció.

Sergio: Aún que no me respondas hablare.

Opino que tú actitud está muy mal. Se que si, tal vez no es lo mismo que con Jack. Solo necesitas un poco de tiempo.

Mía permaneció callada un momento más y luego respondió.

Mia: Solo será un año, perdón por venir a arruinar tu vida.

Sergio: No digas cosas así, simplemente no suelo convivir con ninguna persona.

Mia: Supongo que no empezamos con el pie derecho.

Sergio: tal vez tengas razón.

Mía: hagamos las pases, no pretendo ser tu amiga, solo vivir en armonía.

Sergio: Me parece perfecto Mia, por lo menos intentemos.

Pasó un mes desde aquella charla, ellos vivían en la misma casa, casi sin tener comunicación, alguna.

Mia había vuelto a la universidad y Sergio estaba muy ocupado en el trabajo, pero un día recibió una llamada de la universidad de Mia.

Sergio: Sergio Maldonado.

Directora: Señor Sergio, es usted acaso el tutor de Mía Smith.

Sergio: Supongo.

Directora: Necesito que se presente en la universidad.

Sergio:qué ocurrió?.

Directora: En cuanto llegue hablaremos del tema.

Sergio colgó la llamada y a regañadientes salió de su oficina y se dirigió a la universidad de Mia.

Sergio, su seriedad, su traje impecable y su enorme atractivo, estaban posados en el asiento de la camioneta dirigiéndose hasta la universidad de Mia, Era más que evidente que esa pequeña testaruda estaba en problemas y no se lo iba a permitir.

Al llegar a la universidad de Mia, todos los estudiantes se preguntaban quién venía en esa lujosa camioneta. El chófer se bajó y le abrió la puerta de la camioneta, salió un Sergio Evidentemente disgustado. Todos murmuraban lo guapo que era Sergio y que seguramente era un hombre de esos jóvenes millonarios.

Sergio camino con un porte estupendo, hasta la dirección.

Directora: Señor es un gusto conocerlo.- La directora estaba encantada con Sergio.

Sergio: Que es lo que ocurre.

Directora: Supongo, que lo que le diré le sorprenderá demasiado.

Sergio: La escucho.