Maldita Sea Mi Suerte

No hay fecha que no se cumpla y el día de la boda de Paloma con Melquiades llegó, todo estaba decorado acordé a la celebración, medios de comunicación estaban presentes, Melquiades quería demostrar su poderío, el quería demostrar que era el mejor y que muy pronto sería el heredero de la familia, en la iglesia la ceremonia se llevaba con normalidad o al menos eso parecía Paloma al ver a Julio junto a su esposa quería alejarlo de ella ahora no le importaba que el estuviera en silla de ruedas, ella sabía que lo amaba y que no lo iba a poder olvidar, cuando el sacerdote pregunto si aceptaba a Melquiades por esposo se mantuvo en silencio volteo hacia donde estaba Julio, pero al ver la expresión de sus padres recordó que tenía que casarse con aquel hombre, ella no podía vivir una vida llena de carencias ahora se arrepentía por dejar escapar el amor de su vida, no le quedó más alternativa que decir que si, la boda siguió sin contratiempos, Julio no dejaba de ver lo hermosa que estaba Fátima sin embargo durante la recepción Romina la tomo de la mano y la llevo a un lugar apartado.

—Creíste que casándose con Julio ibas a tener todo pues deja decirte que estás muy equivocada pues muy pronto mi hijo será el próximo heredero, tu marido y tú no serán nada todo pasará a manos de Genaro aunque claro no se quedarán en la calle pero como siempre tu no serás nada, eres tan insignificante jamás serás una verdadera mujer —

Aunque a Fátima le dolía guardo silencio las palabras de Romina causaron un gran daño en ella pues le había dado en su talón de Aquiles pues Fátima si se sentía insignificante, incapaz de que un hombre como julio se fijará en ella. Julio observaba cómo era tratada Fátima su primer instinto era defenderla pero no lo hizo dejo que continuaran las cosas, vio la debilidad de Fátima, Romina se mostraba fuerte cuando está soltó a Fátima vio que ella lloró, Fátima se sentía muy triste trato de controlarse para después ocupar su lugar junto a Julio el cual la miro con molestia.

—Debes mostrarte fuerte, nadie te puede intimidar eres una estúpida al dejar que te traten de esta manera — Julio había sido muy duro con ella, pero sabía que era la única forma en Fátima se hiciera más fuerte, que no mostrará debilidad, debía hacerla entender que ella debía protegerse ante cualquier ataque, Fátima se sintió como una niña regañada el resto de la recepción solo guardo silencio estando al lado de Julio. Adrián que también había sido invitado a la boda llevo a una bella acompañante quería borrarse la imagen de Mari pues no sabía que le había dado esa chiquilla que hasta en la sopa la veía, Adrián planeo que después de aquella recepción se llevaría a aquella hermosa mujer a un hotel y así lo hizo, comenzó a besarla con mucha pasión y ella a él, comenzaron a desnudarse pero algo ya estaba saliendo mal por más que Adrián trataba de concentrarse en la mujer que tenía enfrente no podía a su mente venían imágenes de Mari y lo peor de todo fue que no logro tener una erección.

—Tu puedes guerrero — le dijo a su nepe, pero este parecía no responderle por más que le hablaba la chica comenzó a desesperarse.

—Creo que deberías hacerte un chequeo médico al parecer tienes disfunción eréctil — dijo aquella chica mientras se vestía.

—Pero esto jamás me había sucedido —

—Claro que lo sé tú siempre fuiste un tigre en la cama pero hoy al parecer perdiste toda la magia —. Al terminar de vestirse ella salió mientras que Adrián se había quedado frustrado en aquella habitación, después de varios minutos salió también llegó hasta la mansión de los Fernández entro a la cocina para su sorpresa ahí estaba Mari tomando agua, ella llevaba una blusa de tirantes y un pequeño shorts que dejaba al descubierto sus piernas, el deseo se apoderó rápidamente de Adrián y ahora su guerrero había despertado y quería batalla, sin pensarlo se acercó a Mari y la beso con posesión ella no supo cómo actuar era su primer beso, lo cierto era que ella también lo deseaba así que terminó por recibir la lengua de Adrián que se entrelazó en la de ella, Adrián la subió a la encimera abrió sus piernas y comenzó a besar su cuello, Mari sentía como el fuego ardía en su interior, y a nubla de pasión se apoderó de su conciencia mientras que Adrián sentía mucho deseo los besos se fueron intensificando, si no fuera porque el vaso se cayó derramando toda el agua quizá Mari se había perdido en los besos de Adrián, pero cuando cayó el vaso Mari cayó en cuenta de lo que estaba haciendo y termino por apartar a Adrián, ella salió corriendo de la cocina sin decir nada, mientras que Adrián se acaba dar cuenta que estaba perdidamente enamorado de Mari.