Es la historia de Nico, el hijo de Anna y Enzo, aunque no es necesario leer la anterior para comprender esta.
Nicolas Parisi un CEO que no creía firmemente en el amor, concentrado en su trabajo, un día se fijó demás en su secretaria, una joven con una belleza inigualable que él empezó a desear.
Cada vez era más las veces que él se perdía en sus pensamientos al pensar en Helena, su secretaria, una chica con noble apariencia y que aparentaba inocencia, él empezó a sentirse más atraído por ella.
Helena empezó a invadir sus pensamientos con más persistencia, lo que hizo que el interés de él fuera aún mayor. ¿Podrá Nicolas conquistar a Helena?
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Dieciocho
Aquella noche fue un infierno para Helena, por suerte, un poco más temprano, la había llamado Sergio para decirle como estaba Nico, pero ni eso pudo hacer que ella durmiera. En la mañana, cuando llegó a la empresa, la chica era como un muerto viviente.
Ya habían pasado de las once de la mañana, no había sabido nada de Nico y eso la desesperaba, sintió el sonido del ascensor abrirse y de él salió su mayor pesadilla hecha persona, Samantha.
- Recoge todas tus cosas- le ordenó parada frente a ella- ya no trabajas aquí.
- Usted no es nadie para echarme de mi puesto de trabajo- le rebatió la chica poniéndose de pie.
- ¿Quién a hablado de echarte? Yo sería incapaz de hacer eso- dijo con una voz fingida- Tú vas a ir ahora mismo a recursos humanos y vas a pedir marcharte tú solita.- le dijo con una sonrisa macabra en el rostro.
- ¿Y eso por qué lo haria?- quiso saber Helena.
- Por dos simples razones, una- dijo señalándose un dedo- Brasil es un país muy peligroso- dijo estirando la palabra muy todo lo que pudo- No quiero ni imaginar cuantas cosas pueden ocurrirle a tus padres allá- Helena palideció al escucharla- y la dos es, que la próxima, me voy a asegurar muy bien que tú no faltes en el accidente como pasó esta vez, aunque yo misma tenga que meterte a la fuerza dentro de un auto.- Helena abrio los ojos y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.
- Usted está loca, le avisaré al señor Enzo.- la chica hizo un ademán para tomar el teléfono
- Vamos hazlo, a quién crees que le van a creer, a la pobre prometida engañada o a la secretaria sinvergüenza que se revuelca con el Ceo de la empresa para obtener beneficios, estoy segura que no vas a querer ver como te arrastran por el fango, recuerda que él ni siquiera sabe quién eres, y yo, tengo un anillo en mi dedo.- la mujer levantó la mano y le mostró el anillo, Helena apretaba sus puños mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, se giró tomó su bolso y bajó en silencio hasta la oficina de recursos humanos como le había ordenado Samantha, para un momento después salir del edificio que pertenecía a Parisi SA sin mirar atrás.
El resto de la semana para Helena había sido un martirio, no se sentía bien, ni del cuerpo ni de la mente, no había sabido nada más de Nico, Sergio la había estado llamando por dos días seguidos y ella no le contestó, se imagina que se cansó de insistir porque no volvió a llamar, lo mismo sucedió con Enzo.
Ya habían pasado diez días del accidente, era su cumpleaños y ella no aguantaba más los malestares que tenía, vomitaba a todas horas y casi no podía sostenerse en pie.
Como pudo se levantó esa mañana y llegó hasta una farmacia, por los síntomas se imaginaba lo que tenía, pidió un test de embarazo, y la chica al ver el estado en el que se encontraba, la dejó entrar al baño de allí mismo, se hizo la prueba y su miedo más grande se volvió realidad junto con dos rayas rosadas, le dio las gracias a la dependienta de la farmacia y regresó a su casa.
Entró por la puerta y sintió que su mundo se volvía más pequeño, puso el test de embarazo positivo sobre la mesita de la entrada y se dijo a si misma.
- Feliz cumpleaños Helena. - sus lágrimas volvieron a salir y como pudo se arrastró a su habitación, necesitaba un baño.
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Diez días habían pasado del accidente de Nico y diez días llevaba Enzo sin regresar a la empresa, hasta hoy.
- ¿ Donde está Helena?- dijo sin siquiera saludar, parado frente al escritorio de la chica al ver que era otra quién ocupaba su lugar.
- Ya no trabaja aquí señor- dijo la nueva poniéndose de pie.
- ¿Como es eso?- quiso saber extrañado.
- No sé bien señor, yo no trabajaba en este piso en ese momento, pero lo que se dice es que vino una mujer, le dijo algo, ella comenzó a llorar y después se fue, es todo lo que escuché.- le explicó la chica que ahora era la secretaria del presidente.
- Gracias, localíceme por favor a Sergio, el chófer de mi hijo y comuníqueme ahora mismo con recursos humanos- dijo y entró en la oficina de la presidencia sin esperar respuesta.
Habló con recursos humanos y un momento después su teléfono se escuchaba.
- Señor Parisi- dijo Sergio del otro lado.
- Sergio¿ Tú sabes donde localizar a Helena?- preguntó el italiano
- Su número de teléfono no contesta.- dijo el chófer.
- No, yo tengo el número, tampoco me contesta hace días, yo digo su casa.
- Sí, yo se donde vive¿ Quiere ir?
- Avísame cuando estés en la empresa, quiero ir a hablar con ella, ahora llegué y me entero que Helena no trabaja aquí hace más de una semana y la historia que me hacen es muy rara. - le explicó a Sergio.
- En un momento estoy allí señor, hasta luego. - y terminó la llamada.
Menos de una hora había pasado y Sergio y Enzo ya estaban en la puerta de casa de Helena, pero nadie les contestaba.
- Espere un momento señor- le dijo Sergio a Enzo- el chico de enfrente, es como su familia, y sé que tiene llave de la casa- dejó solo al jefe para ir a tocar en la otra puerta.
- ¿Sergio ?- dijo Dani cuando abrió la puerta medio dormido.
- Hola Dani ¿ Has visto a Helena?- lo interrogó.
- No, llegué esta madrugada de Los Ángeles, llevaba allí una semana. ¿ Pasó algo?
- Ya lo veremos, ojalá que no. ¿ Puedes abrirnos la puerta? Él es el señor Enzo Parisi, el padre de Nico- el hombre levantó su mano y Dani la tomó en un saludo.
- Esperen un momento- el chico entró a la casa y regresó con unas llaves para abrir la puerta de enfrente a la suya.
Entraron en la casa de Helena los tres hombres y todo estaba igual que siempre, a no ser por la prueba de embarazo de la mesa de la entrada, que Enzo tomó en sus manos.
- Ay Nico, ahora si la jodiste bien. - dijo mirando las dos rayas rosadas y se la guardó en un bolsillo.
Siguieron caminando hasta la habitación de Helena guiados por Dani y al abrir la puerta se encontraron lo que temían, Helena estaba en el suelo, desmayada, en una posición que dejaba claro que intentaba llegar a su cama, y solo llevaba puesta ropa interior.
- Helena- gritó Dani corriendo hacia ella.
- Ve abajo rápido y arranca el auto, hay que llevarla al hospital ahora mismo.- le gritó Enzo a Sergio al momento que arrancaba la sábana de la cama para envolver a la chica en ella. El hombre la levantó del suelo y salió corriendo con ella hacia el auto.
dónde tiene la vivacia y la astucia