Prisioneros De Las Bailarinas.

Un nuevo día había comenzado en la hermosa Cartagena, el sol brillaba sobre la ciudad, la brisa marina recorría los lugares, las personas andaban de aquí para, muchos buscando sus puestos de trabajo, algunos en el turismo, recorriendo cada calle, cada lugar hermoso e histórico de la ciudad.

Las gemelas, ya habían ido desde muy temprano a la empresa ultimando algunos detalles, junto a todo el equipo de marketing habían acordado que por ser viernes y haber terminado con todo saldrían más temprano, se irían a Tierra bomba esa misma tarde, entre todos habían rentado un yate para hacer el viaje y el recorrido de la hermosa isla en dónde planeaban tener un fin de semana inolvidable.

En el hotel Sofitel Legend Santa Clara, Emiliano y Efraín se dirigían en busca del vehículo que los llevaría al centro de detención preventiva en dónde se encontraba recluido Alfredo, medio hermano de Madeleine y Gia.

El encuentro fue breve y rápido, Emiliano le dejó saber a Alfredo sobre el asesinato de Madeleine, Alfredo lloró la muerte de su hermana y ahora le preocupa quién lo ayudaría a salir de allí..

_ ¿Me ayudará usted a salir de este horrible lugar? _ preguntó Alfredo esperanzado.

_ Le mentiste a tu hermana, le hiciste creer que eras inocente cuando no lo eres, actuaste mal y debes pagar las consecuencias de tus actos. _ Emiliano fue firme. _ no te preocupes, yo pagaré los honorarios del abogado, pero que quede claro, lo hago por Madeleine, porque tú y Gia no merecen nada...

Alfredo quiso decir algo más, pero Emiliano no lo dejó, se puso de pie y ordenó que abrieran la puerta para salir de allí lo antes posible.

Le urgía ir a la casa de Abigail Mendoza, su nombre estaba grabado en su mente sin motivo alguno y deseaba conocerla antes de marcharse, que sería el lunes por la tarde, junto a Efraín habían decidido pasar el fin de semana disfrutando de las hermosas playas de Cartagena.

Almorzaron en un maravilloso restaurante y luego se dirigieron al hotel para cambiarse e ir a conocer a Abigaíl.

A las dos de la tarde las gemelas se despidieron de sus padre y se marcharon hacia Tierra bomba con el resto del equipo.

Emiliano se detuvo frente a la hermosa y colorida casa de los Mendoza, su corazón latía con ansiedad mientras pensaba en verla Abigail. Había investigado algunas cosas sobre ella, pero cuando el abogado quiso mostrarle una fotografía de ella, no la quiso ver, el deseaba verla en persona.

Se bajó del auto en compañía de Efraín, andaban sin custodios para no llamar tanto la atención, se acercó a la puerta principal, donde fue recibido por una amable empleada.

- Buenas tarde, ¿en qué puedo ayudarlos? -preguntó la empleada observando a los apuestos caballeros, sin duda eran extranjeros.

- Buenas tardes, estoy buscando a la señorita Abigail Mendoza -respondió Emiliano.

La empleada lo miró con curiosidad antes de responder:

- Lo siento, señor... pero la señorita Abigail no se encuentra. ¿quien la busca? ¿desea dejarle algún recado?

Emiliano se sintió decepcionado, pero no se rindió.

- ¿Podría saber en dónde se encuentra? -preguntó. _ Lo que pasa es que necesito sus servicios como diseñadora gráfica y un amigo me la recomendó. _ improvisó rápidamente.

La empleada dudó un momento antes de responder:

- Eh, ella... se fue a Tierra Bomba, es una isla muy cerca de aquí hace aproximadamente dos horas que se fueron.

Emiliano asintió, ya tenía una pista. Se despidió de la empleada y regresó a su auto con Efraín a su lado.

- Tierra Bomba -se dijo a sí mismo, ya sabía qué hacer.

_ ¿Iremos a esa isla? _ cuestionó Efraín quien también estaba interesado e intrigado, nunca había visto a su primo tan interesado en conocer a una mujer.

_ No me iré de Colombia hasta no conocer a la tal Abigail Mendoza. _ afirmó el pelirrojo.

Llamó a Natanael y le contó sobre su plan dando la orden de lo que necesitaba.

- ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? -preguntó Efrain.

- Sí, estoy seguro -respondió Emiliano-. Quiero conocerla. _ Efrain se rió.

- Está bien, primo. Te acompañaré así aprovecho y despejó la mente.

Emiliano sonrió, ya sabía que podía contar con su primo.

- Gracias, Efraín. Quien quita y encuentras a ese amor que deseas encontrar en estas tierras.

Natanael era muy eficiente y rentó un yate para sus jefes quienes quedaron muy satisfechos con el yate...

Y con eso, los dos primos se embarcaron en una misión para encontrar a Abigaíl en Tierra Bomba, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar para siempre...

El equipo llegó pronto a la isla quedaron maravillados con la belleza de la misma, hicieron un pequeño recorrido por el lugar y luego se dirigieron al hotel en donde se hospedarían durante ese fin de semana que deseaban disfrutar al máximo, Abigaíl y Ashley pidieron una habitación doble la cual tenía una vista exquisita de la playa, descansaron y luego se cambiaron para dar una vuelta.

Se reunieron todos en el lobby del hotel, decidieron caminar un rato, luego cenar para después buscar un lugar para bailar. y así lo hicieron, después de cenar algo rico y ligero entre todos buscaron una caseta en dónde formaron su propia fiesta, todos reían y compartían alegres.

_ Queremos ver a las gemelas en acción. Pidió Lucas y todos sus compañeros estuvieron de acuerdo.

A ellas les gusta bailar tanto o más que diseñar así que no esperaron mucho y se subieron a la tarima improvisada en compañía de Daniela, Juliana y Ana, la canción Fiesta en la noche de Mr. Black, retumbó en los altavoces y ellas comenzaron a moverse al ritmo de la champeta urbana.

Todos comenzaron a aplaudir y pronto muchas personas se acercaron a apreciar el espectáculo, ya las habían reconocido, eran las gemelas de la heróica quienes bailaban en tierra bomba.

Por otro lado, Efraín y Emiliano llegaron a la isla quedaron maravillados con lo que veían, se dirigieron al hotel en donde ya tenían listas sus reservaciones, dejaron todo y se salieron en busca del hotel en donde les habían informado se estaba hospedando Abigaíl, su hermana y equipo de trabajo, al llegar allí fueron informados de que no se encontraban,, Emiliano se sentía frustrado parecía que él y Abigaíl jugaban al gato y al ratón.

Salieron a buscar y enviaron a un par de hombres a investigar.

_ Invisibles muchachos, no queremos llamar la atención. _ pidió Efraín a los custodios.

Quien más llamaba la atención era Emiliano con su peculiar color de cabello, todo el que los veía sabía que eran extranjeros.

Comieron algo y se tomaron un par de cervezas para continuar en la búsqueda de Abigaíl, después de haber caminado durante un rato vieron un tumulto de gente en dónde había una algarabía muy alegre y decidieron acercarse para encontrar a dos preciosas mujeres bailando en una tarima, ambas con minifalda, top de tirantes, el top de Abigaíl era rojo y el de Ashley rosa, ambas estaban descalzas y se movían con una perfección hipnotizante al ritmo de: El tambor de coffeee el kafetero.

_ ¡Joder! _ exclamaron los primos al unísono.

_ ¿Quiénes son esas diosas? _ preguntaron al mismo tiempo.

_ Abigail y Ashley Mendoza, las gemelas bailarinas de la heróica. _ respondió alguien detrás de ellos.