Aris, una mujer que por medio de un tropiezo sufre un accidente. Al despertar se encuentra en habitación no de hospital ni mucho menos la suya. Hasta que en un tiene recuerdos que no son suyos y que le hace entender en dónde estaba.
Ahora era Pandora Rousell, una mujer de alta sociedad que por su actitud se ha llevado de mala reputación. Aris está en el cuerpo de Pandora por una gran razón, y la descubre a través del villano de la historia.
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capitulo 16: Festival.
Rato después, cuando Pandora miró un festival, decidió pedir que le carruaje se parara.
— ¿Que sucede?— preguntó Vincent.
— hay un festival, no se de qué, pero se ve interesante. Vamos.
— pero yo...— Vincent pensaba llevarla a otro lugar, quizás a uno más fino. Le tomó de sorpresa verla salir del carruaje.
— es una manera más natural para conocernos.— sin permitir que dijera algo, Pandora le tomo la mano y lo obligó a salir.
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Vincent estaba un poco indeciso, aún así, su cuerpo se dejó llevar ante la mano de Pandora, y ambos salieron del trasporte. Con la única orden había el cochero que lo esperara.
— ¿A donde iremos?— preguntó él.
— no lo sé, veamos que hay por ahí. Algo divertido estará pasando.
Al cruzar por el boulevard, muchas personas se encontraba dispersa en el lugar, con flores de cada tipo y tamaño. Fue cuando el joyero recordó.
— Oh... Hoy se celebra las flores de mayo. Jamás la había visto de cerca. Solo en periódicos.
— es momento de que lo conozcas entonces.
En estas fechas, era muy común ver flores de todos los colores, y más en este mes, donde florecen en abundancia, los habitantes de esta capital festejan de esta manera para atraer todo tipo de bendiciones, por eso, las flores son adornada de cualquier manera; en puerta, ventanales y hasta en coronas. Pandora deseaba una de esas coronas llena de margaritas, amapola y lirios. Al manifestar ese deseo, se le fue concedido, pero de manera diferente, pues una corona cae encima de Vincent de manera perfecta, como si estuviera hecha para el.
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— ¿...?— miró extrañado su cabeza, y está vez no se molestó por algo.
“ estés tipo de flores eran la que le regalaba a Paola. Pensé que me iría a molestar, pero no, mis sentimientos rechazaron de tal manera a esa mujer que ya no puedo sentir nada por alguien que me lastimó. Ahora— mira a Pandora— quiero crear lindos recuerdos con alguien que me hace sentir diferente"
— ¿La quiere?— preguntó él.
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— ¿Ah?... Si, pero a ti te queda mejor, así que no. Dejatela.— intervino ella, antes de que se la quitará.
— ¿En serio?... Entonces... ¿Por qué la gente no deja de verme?— era en especial las mujeres. Pandora le responde esa duda.
— porque se te ve perfecto... Eres lindo sabes, y una corona de flores resalta más tú rostro.— Vincent hizo un sonido con su garganta por el halago.
— gracias...— susurró con pena.
Sin embargo, se dejó llevar por la mano de Pandora, está le aclara de que tiene hambre, y preguntaba si había un lugar donde comer. A lo que Vincent la jala de la muñeca para atraerla a él. Fue un movimiento suave y sutil que hizo que ella se desconcertara.
— déjame llevarte a un lugar que puedes comer lo que gustes. Por lo visto, tienes un buen comer, no puedo llevarte a cualquier lugar.
En ello, Vincent tomó la adelantará, tomando la mano de ella para guiarla. Con la excusa de que no se perdiera.
Al llegar a ese lugar, una empleada reconoce a Vincent de inmediato.
— bienvenido, señor Chanlier. ¿Misma mesa?
— no, está vez vengo con una alguien; mi esposa.
Pandora traga saliva al escuchar lo último que dijo Vincent, ”su esposa" aunque sea político, sonó tan natural que hizo que le latiendo más fuerte el corazón.
— Pandora, aquí es un lugar donde puedes sentirte cómoda, el dueño y yo tenemos un trato.
— ¿En serio?
— si, ahora. Ve, vamos a sentarnos.
Y así, ambos fueron a su mesa preparada. Vincent se estaba comenzando a acostumbrar al insaciable apetito de Pandora. La verdad, le gustaba verla así. Una mujer genuina y espontánea. Aunque para cualquier hombre se viera poco agraciado ver una mujer comer de esa manera, para el joyero era un placer no ver a alguien fingiendo ser ella.
“me gusta..."
Pensó, y no solo verla, si no, poco a poco, esa visión de miedo al estar con alguien se va desvaneciendo como la imagen de cierta mujer.
Al final de la comida, Vincent agradeció la atención dirigida a él y a su esposa. Realmente Pandora le dió trabajo al cocinero de turno en el restaurante. Era de tarde, el cielo azul se tiñó en uno anaranjado. Ambos se encontraban más que complacido por el día tan fluido como hoy. Vincent se sentía bien, muy bien la verdad. Cuando subieron al carruaje, este comenzó a andar, Pandora se tiende ante el cansancio y pesadez de su cuerpo. Pronto iba a chocar contra la pared del carruaje, cuando Vincent la toma y la recuesta en sus brazos.
Llegando a la mansión, esté baja cargando el cuerpo de ella, tan delicadamente como si de una flor se tratara. Marie lo recibe y sigue indicaciones.
— por favor, prepara la habitación de Pandora.
— ¿Cuanto platos se comió la señora?
— no lo sé, no lo conté. Lo único que sí sé es que le dio trabajo a David. Pero...— la mira por un momento, y sonríe.— nos divertimos.
En momentos así, Vincent sabía que hacer, dejar a Pandora durmiendo en su habitación. Y es lo que hizo luego de que Marie la acomodará. Tan tranquila que se ve durmiendo que era no era fácil creer que sea la misma mujer que come más de dos veces y con postre. Arropandola, le susurra cerca de su oído lo siguiente.
— gracias...
Ella sonrió, al parecer estaba soñando y dijo algo que no se atrevería si estuviera consciente.
— yo también te quiero, Vincent.
Un suspiro de asombro dio el joyero ante la respuesta de ella. ¿Que es lo que estaba soñando esta mujer?, pensó él. Sin embargo, lo que dijo Pandora provocó un sentimiento jamás sentido en él. Fue, como una pulsada en su corazón.
En silencio salió de la habitación, cuando Marie lo enfrenta con una sonrisa.
— joven maestro. ¿Está todo bien?
— s-si... No hay problema. Ya la dejé en su cama. Lo siento Marie, voy a mi habitación.
Ella se ríe, pues las mejillas del joyero estaban un poco coloridos. Ya en su habitación, y con un baño recién dado, Vincent no dejaba se sentir esa emoción extraña.
— dijo mi nombre... Soñaba conmigo y dijo que me quería. Son solo palabras... ¿Por qué me siento así?
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Muchas gracias por leer. No olviden su preciado me gusta en el capítulo. Más tarde habrá otro
Ja, ja que torpe, creo que será divertido.