Ana Maria. Es una mujer, dedicada al hogar, a los hijos y a su negocio. Nunca se imaginó que su vida cambiaría al descubrir la infidelidad por parte de su esposo. Una noche de copas termina en la cama con un desconocido. Ahora más que nunca está decidida a divorciarse. Pero nunca se imaginó que a su regreso de su viaje se encontraría con la peor escena que sus ojos podrían ver. Y que de ahí comenzaría la peor pesadilla, que podría vivir. Perder a sus hijos.
Acompañame esté nueva obra. Ana Maria logrará rescatar a sus hijos de mano de su ex esposo. Y ella el desconocido se volverán a encontrar.
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Sopresa
Y mientras que Ana María y Silvia tratan de buscar quien fue el que se prestó a falsificar esos análisis clínicos en su contra. Martín convence a Diana que testifique en contra de Ana María, que diga que en varias ocasiones la vio consumir drogas y alcohol.
Diana se queda pensado en las palabras de Martín poco después le responde. -- Pero yo no puedo mentir, eso que me pides va más haya de lo que yo te dije. Entiendo que estés molesto por qué ella te haya sido infiel, pero decir que es drogadicta y alcohólica. No puedo.
Martín le súplica a Diana que lo ayude, que solo de esa manera él logrará quedarse con la custodia de los niños y que después, se los llevará, para que lo ayude a cuidarlos mientras él trabaja. Diana dudando, por algunos segundos, pero después acepta.
Martín le dice que tiene un plan, pero que necesita de su ayuda para que todo salga bien. Diana no entiende que es lo que este le quiere decir y le pregunta qué, a qué se refiere con ese plan. Martín le dice que los niños deben presentar también al juzgado, pero que al verla se querrán ir con ella. Y que buscará un par de niños que suplanten a sus hijos, haciéndose pasar por ellos.
Diana por un momento se horroriza, pero Martín le explica que esa será la única manera de que los niños se queden con ellos.
Y Diana acepta. Ser testigo de Martín e ir en contra de Ana María, Martín se despide de Diana y después sale de la casa, cuando sube a su auto, solo se dice para sí mismo. -- Estás acabada Ana María. Pagarás caro el haberme engañado con otro hombre. --
Mientras que, por otro lado, Silvia termina siendo internada, pues comenzó a sentirse mal y perdió el conocimiento.
Afuera en el pasillo Ana María camina de un lugar a otro pues aún no tiene noticias de su amiga. -- lo único que faltaba que mi amiga. Ahora se vaya a enfermar.
Adentro en el consultorio la ginecóloga le informa a Silvia. -- Felicidades, estás embarazada. --
Cuándo la ginecóloga me informa que estoy embarazada me quedó en shock, yo creo que en ese momento hasta los ojos se me cayeron hasta el suelo, me quedó sin saber qué responderle y empiezo a recordar que esa noche que estuve con ese grandísimo estúpido no me cuidé.
Siempre fui una mujer precavida desde que estuve casada me cuidé hasta el último momento, en que divorcie. Pues no soy de esas personas, a la que le gusten mucho los niños. Yo tuve una infancia muy dura muy difícil y quizás por eso mismo siempre me negué a tener hijos y quizás yo misma fui la que acabó con mi matrimonio por no tener hijos, pero los hijos no se traen al mundo nada más porque sí, hay que estar preparados, para ser padre para dedicarle todo el tiempo necesario.
Y ahora a mi edad, 37 años casi una mujer de 40 vengo a salir con esta estupidez. Con esta metida de pata que acabo dar, por primera vez en mi vida. Me siento entre la espada. Y la verde. Pues aunque no sé qué hacer soy una mujer que siempre ha estado en contra del aborto.
-- Entonces señora Silvia dígame, para empezar a llevar su control médico. --
Así que le respondo a la doctora. -- Doctora quiero interrumpir mi embarazo. --
-- ¿Por qué? ¡Está en perfectas condiciones! Goza de una muy buena salud, no habría ningún problema con el bebé. --
-- Doctora es simple no estoy preparada, para ser madre. --
Señora Silvia está al comienzo del embarazo le daré unos días para que lo piense y después usted decide, pero. Usted debe buscar. Quién quiere hacer lo que usted me está pidiendo aquí en el hospital no lo podemos hacer. --
-- Me está diciendo que no podría practicarme un aborto. --
-- Exacto, señora. No creo que ningún interno de aquí del hospital esté de acuerdo en hacer lo que usted quiere. --
Ante la negatividad de la doctora salgo de su consultorio cuando llego a los pasillos me encuentro con Silvia la abrazo y lo primero que le digo que me ha caído una desgracia, pero ella no entiende a lo que yo me refiero la invito a tomar un café y le digo que ahí le contaré.
Mientras conduzco y llegamos a la cafetería ambas permanecemos en silencio. Cuando llegamos a la cafetería pedimos un café para cada quien. Pero rayos a mí se me ocurre pedir una rebanada pastel de chocolate se me antojó. Veo que qué Ana María Solo me queda viendo con extrañeza.
No entiendo qué le pasa a mi amiga desde que salimos del hospital ni una sola palabra, lo único que me dijo que le cayó la desgracia Solo espero que no sea algo maligno así que me decido a preguntarle, por qué estoy demasiado preocupado por ello. -- Bueno vas a decirme qué es lo que pasa Silvia. Me tienes preocupada. --
Antes de comenzar a hablar doy un largo respiro y después le digo a Ana María. -- en todos estos años he sido cautelosa me he cuidado y créeme no sé en qué hora del demonio yo cometí un pequeño error. --
-- ¡Pero de qué estás hablando! No estoy entendiendo nada. --
-- Ana María Estoy embarazada. --
Me quedó con la boca abierta, con la bomba que. Me acaba de soltar Silvia. Todo me pude haber esperado, no que me dijera que está embarazada, ella siempre evitó embarazarse desde que estaba casada el fracaso de su matrimonio fue por eso, a qué ella, nunca quiso tener hijos. Y ahora está aquí diciéndome que está esperando un bebé. Pero de quién.
Pero en eso lo primero que cruza por mi mente es, ella se acostó con. Con ese hombre. Hay no.
-- No me digas que el papá de tu hijo, es el hombre conocimos esa noche. --
- Sí. no sé cómo diablos olvidé cuidarme o tomarme la pastilla al día siguiente, se me fue por alto te lo juro Ana María. Esto es lo último. Tú sabes que a mí no me gustan los niños nunca estuve preparada, para tener hijos y mucho menos ahora soy una mujer que tiene 37 años con un hijo, a esta edad. Imagínate.
Y está encontra de ella , la misma calaña que Martín..