Renacer Entre Telas

Camila permaneció en silencio mientras las palabras de Elena resonaban en su mente: “Una fórmula antigua que cambiaría el juego para siempre.” Había llegado hasta ese punto buscando justicia y protección para la empresa de Leonardo, pero ahora parecía estar enfrentando algo mucho más grande de lo que había imaginado.

Santiago, sentado a su lado, observaba a Elena con atención.

—Explícanos, Elena. ¿Qué es exactamente esa fórmula? ¿Por qué Víctor y Montenegro la buscan con tanto ahínco?

Elena se recostó en la silla, sus ojos oscuros reflejaban una mezcla de miedo y conocimiento.

—Hace años, cuando trabajaba dentro de Nexus, me asignaron una investigación sobre fibras textiles especiales. Pensé que era solo un proyecto más, algo relacionado con mejorar la calidad de las telas o desarrollar nuevos materiales. Pero pronto me di cuenta de que había algo más.

Camila se inclinó hacia adelante, intrigada.

—¿Qué descubriste?

Elena suspiró, como si revivir esos recuerdos le pesara.

—La fórmula que buscan no es solo un avance científico. Es una combinación de elementos naturales y compuestos químicos que permite crear telas con propiedades únicas: resistentes al fuego, a prueba de agua, indestructibles… pero también capaces de conducir energía. No una energía común, sino una energía vinculada a la biometría de quien la usa.

Santiago frunció el ceño.

—¿Energía biométrica?

—Sí —respondió Elena—. Imagina una prenda que no solo protege, sino que también amplifica la fuerza, la velocidad o incluso la percepción de quien la lleva puesta. Nexus estaba obsesionada con esta tecnología porque podría cambiar por completo la industria textil y militar. Controlar esa fórmula significa tener poder sobre gobiernos, economías y personas.

Camila sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—Entonces, no es solo un negocio… es una herramienta de control.

—Exactamente —afirmó Elena—. Y por eso, cuando me di cuenta de lo que realmente estaban haciendo, decidí escapar. Pero salir de Nexus no fue fácil. Dejé todo atrás: mi trabajo, mi familia, mi vida… y ahora vivo en las sombras.

Camila observó a la mujer frente a ella, entendiendo por primera vez el verdadero peligro que enfrentaba. Esto no se trataba solo de salvar una empresa o detener a un rival; era una batalla por algo mucho más profundo.

—¿Por qué me están involucrando a mí? —preguntó Camila—. ¿Qué tengo yo que ver con esa fórmula?

Elena intercambió una mirada rápida con Santiago antes de responder.

—Porque la empresa de Leonardo, Valle Textiles, tiene acceso a una de las fibras clave para la fórmula: la seda biológica que importan de Asia. Sin esa fibra, la fórmula está incompleta.

Camila abrió los ojos sorprendida.

—¿La seda biológica? Pero esa fibra es parte de nuestra línea de productos premium… nunca imaginé que tuviera un uso así.

—Víctor lo sabe, y Montenegro también —continuó Elena—. Están acercándose a ti porque necesitan tu acceso a esa fibra. No podrán completar la fórmula sin la empresa de tu esposo.

Santiago apretó los puños.

—Entonces, lo que están haciendo es preparar el terreno para apoderarse de Valle Textiles.

—Exacto —confirmó Elena—. Y si no logran hacerlo mediante alianzas, buscarán otros métodos: sabotaje, manipulación o incluso algo peor.

El ambiente en la sala se volvió más tenso. Camila sentía cómo cada pieza del rompecabezas comenzaba a encajar, pero también cómo el peligro se acercaba más rápido de lo que había previsto.

—No podemos permitirlo —dijo Camila con determinación—. Si controlan la empresa, tendrán la llave de la fórmula. Debemos detenerlos antes de que den el siguiente paso.

Elena asintió.

—Conozco a alguien dentro de Nexus que podría ayudarnos. Alguien que también quiere detenerlos, pero necesita una garantía: saber que, si decide ayudarnos, no estará solo cuando todo salga a la luz.

Santiago miró a Camila.

—Podemos garantizarle protección, pero necesitamos saber quién es y cómo contactarlo.

—Su nombre es Daniel Álvarez —dijo Elena—. Es uno de los principales investigadores del proyecto. Está cansado de trabajar para Montenegro, pero no confía en nadie. Si logramos contactarlo y convencerlo de que estamos del mismo lado, tendremos acceso a más información sobre sus planes.

Camila respiró hondo, consciente de que cada paso que daban los acercaba más al corazón de Nexus y sus secretos.

—¿Dónde podemos encontrarlo? —preguntó.

—En un evento de caridad que la Fundación Nexus organizará esta semana —respondió Elena—. Será la oportunidad perfecta para acercarnos sin levantar sospechas.

Camila asintió.

—Entonces, nos infiltraremos en ese evento. Hablaré con Daniel y lo convenceré de que nos ayude.

Santiago colocó una mano sobre el hombro de Camila.

—No estarás sola en esto. Estaré contigo.

Elena les miró con una expresión seria.

—Debes tener cuidado. Víctor y Montenegro estarán allí, vigilando cada movimiento. Si sospechan algo, no dudarán en actuar.

Camila sostuvo la mirada de Elena, su determinación brillando en sus ojos.

—Estoy lista. No dejaré que destruyan lo que hemos construido.

Esa noche, mientras regresaba a casa, Camila reflexionó sobre todo lo que había descubierto. La fórmula, la conexión de su empresa, el peligro inminente… todo parecía encaminarla hacia una batalla que definiría no solo su futuro, sino el de muchas personas.

Al llegar, Leonardo la esperaba en la sala, con una mirada tranquila, pero inquisitiva.

—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó, ofreciéndole una copa de vino.

Camila sonrió ligeramente, ocultando la tormenta interior.

—Intenso, pero todo bajo control.

Leonardo la observó por un instante antes de responder.

—Sabes que siempre estaré a tu lado, ¿verdad? No importa lo que pase.

Camila sintió un nudo en la garganta. Quería contarle todo, pero sabía que debía protegerlo.

—Lo sé, Leo. Y eso significa mucho para mí.

Mientras la noche avanzaba, Camila sabía que el próximo paso sería decisivo. La infiltración en el evento de Nexus marcaría el inicio de una nueva etapa en su lucha contra Víctor y Montenegro.

Y esta vez, no habría marcha atrás.