Llega la segunda parte de Incondicionalmente. Está vez narraremos la historia de Ava, hija de Sam y James Sus hermanos Aiden, Ethan y Evan son parte importante de esta historia en donde el amor, las intrigas y los malos entendidos se harán presentes.
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Capítulo 17
Ya un mes desde que volvieron de vacaciones y Ava sigue soñado con Ryan cada noche. Los sueños siempre son iguales, nunca le habla, únicamente la besa y en sus ojos hay un reflejo extraño qué no logra descifrar.
Sus amigas están preocupadas por ella, la notan visiblemente desmejorada, su palidez es preocupante.
Aiden también se da cuenta de que su hermana no está bien, más no consigue qué se abra con él y le diga que sucede. Sus padres llegan este fin de semana y espera que su madre consiga lo que él no ha logrado.
Para Ava es un día más en la oficina. Adjudica su cansancio a la falta de sueño, cada vez que sueña con él le es imposible volver a dormir. Hoy almorzará con sus amigas en su restaurante favorito.
Christy y ella se van juntas, ahí las espera Cloe. Se saludan cariñosamente y ordenan los alimentos.
- De verdad, Ava. Necesitas ver a un médico.
- No es nada, Cloe. Simplemente, me cuesta dormir.
- Con mayor razón, deberían de prescribirte algo para que puedas descansar. Tenemos mucho trabajo y en algún momento vas a colapsar.
Les llevan sus platillos, Ava se levanta abruptamente y corre al sanitario, sus amigas corren detrás de ella.
La escuchan vomitar y ambas voltean a verse, al parecer están pensando lo mismo.
- Ava, ¿estás bien?
- Sí, ya salgo.
Su rostro es tan blanco como el papel, pareciera que en cualquier momento va a desvanecerse.
- Nos vamos de inmediato a una clínica.
- Apoyo a Christy en esto y no puedes negarte.
- ¿Por qué lo exageran todo?
- ¿Has pensado en la posibilidad de que estés embarazada?
- No... eso no es una posibilidad.
- ¿Estás segura?
- Tomé la píldora de emergencia, ¿lo recuerdas, Cloe?
- Claro que recuerdo, aun así la posibilidad existe.
- Voy a pagar la cuenta y nos vamos al hospital.
Ya sin argumentos, Ava decide hacerle caso a sus amigas. En la sala de emergencias toman los datos necesarios y ordenan una serie de exámenes. Ahí cae en cuenta de qué tiene un retraso y entra en pánico.
- ¿Qué voy a hacer? ¡Esto no puede estarme pasando!
- Tranquila, esperemos que traigan los resultados.
- Fuiste tú quien sugirió la posibilidad de un embarazo, Christy y si tengo un retraso la respuesta es obvia.
- Bueno, sí.
- Tienes opciones, Ava. Si decides no tenerlo, te apoyamos. Al igual si decides conservar al bebé.
El médico qué la atiende regresa y confirma sus sospechas. No entiende nada de lo que le dice, puede ver que mueve los labios, pero ella está en shock.
Durante varios minutos se queda observando a la nada. ¿Cómo pudo ser tan irresponsable? Es la pregunta que se repite una y otra vez en su cabeza.
Nada de esto estaba en sus planes, ¿cómo va a explicarles a sus padres y a sus hermanos qué está embarazada de un desconocido?
Siempre estuvo en contra del aborto y en este momento lo está considerando.
- Vámonos, Ava.
- Debo regresar a la oficina.
- Olvídalo, Christy y yo te llevaremos a tu apartamento. Necesitas descansar.
- No, lo que necesito es tomar una decisión.
- Sabes que no puedes decidirlo a la ligera. Primero debes asimilarlo, después decidirás con calma.
- Calma es lo que menos tengo.
- Entendemos, pero Christy tiene razón.
- No puedo ausentarme de la oficina, ya Aiden sospecha y no quiero más preguntas por hoy.
- Ok, vamos a la oficina. Nos quedaremos contigo.
Se encierran en la oficina de Ava, ella intenta concentrarse y trabajar sin éxito.
- ¿Y si lo buscas?
- ¡Es una broma! No sé nada de él.
- ¿Tú sabes algo de Bruce?- le pregunta Christy a Cloe.
- Nada que nos lleve a encontrarlos. En el hotel con el número de habitación pueden decirnos algo.
- Los hoteles no le dan esa información a cualquiera.
- Un buen detective puede conseguir la información que necesitamos.
- Olvídense, no pienso usar mi embarazo para tenerlo a mi lado.
- Así no esté a tu lado tiene derecho a saber, ¿no crees?
- No, si le hubiese interesado algo de mí me habría buscado y no lo hizo. Si decido tener este bebé, lo haré como madre soltera.
- Tienes pocas semanas de gestación y eso te da tiempo suficiente para tomar una decisión.
- Mis padres llegan este fin de semana, temo que mamá se dé cuenta. Nunca he sido buena mintiendo y menos a ella, me conoce muy bien.
- Las madres son intuitivas por naturaleza- menciona Cloe.
- Sí, lo sé. Por cierto, ¿cómo van las cosas con tus padres, Christy?
- Mamá ya contrató a un abogado y le presentarán la demanda de divorcio a papá en los próximos días. Para mi sorpresa, mi mamá está muy tranquila y eso me tranquiliza.
- Debió de ser muy difícil para ella comprobar qué tu papá la engañaba- asegura Ava.
- Sí, esa mañana lo echó de la casa.
La conversación sobre los padres de Christine continúa y aunque Ava participa no deja de pensar en su situación.
La hora de irse a casa llega, le avisa a Aiden qué se va con las chicas. Es la mejor manera de evitarlo, seguro se daría cuenta de que no está bien.
Sus amigas acceden a dejarla en su apartamento y se marchan. Su cabeza es un lío y no deja de reprocharse su irresponsabilidad.
Ella quería una historia de amor, una boda de ensueño y obviamente hijos. Nunca se planteó la posibilidad de ser madre soltera.
Por un instante considera la opción de contratar un detective y encontrar a Ryan, la desecha rápidamente. Duda que él tuviera en sus planes convertirse en padre y una negativa de su parte solo acrecentaría su decepción.
Imagina como sería su vida si elige tener al bebé, ella siempre tuvo a su padre y madre al lado. Ambos tuvieron influencia es su vida. En el caso de su hijo o hija solo estaría ella y qué le va a decir cuando pregunte por su padre si ella no sabe nada de él.
Todas estas interrogantes dan vueltas en su cabeza, como decirle que no fue un bebé planeado y que su padre desconoce su existencia porque no sabía en donde encontrarlo para decirle que se convertiría en papá.
Se retira a dormir convencida de que lo mejor es realizarse un aborto. No quiere traer al mundo a un niño que no tendrá un padre presente y ella no se siente capaz de ser padre y madre para él o ella.
Lo hará una vez que sus padres regresen a Italia. Mientras tanto debe fingir qué nada sucede.
Por primera vez en días duerme la noche entera y no sueña con él. El sonido de la alarma la despierta, no tiene energías para salir a correr y decide dormir un poco más.
Despierta en una cama de hospital y en sus brazos sostiene a un hermoso bebé varón qué la observa fijamente. No hay nadie más a su alrededor, el recién nacido se aferra a su dedo índice.
No puede evitar sonreír al verlo, es perfecto. El aroma característico de los bebés invade sus fosas nasales. Se inclina para oler esa pequeña cabecita cubierta de delgados cabellos rubios y deja un beso en ella.
Se recuesta colocando al bebé sobre su pecho, la invade una paz qué jamás sintió antes y así con ese pequeño entre sus brazos vuelve a dormir.
Abre sus ojos, sus brazos están cruzados sobre su pecho como sosteniendo algo o a alguien, pero vacíos. Llega la imagen del bebé y se da cuenta de que era un sueño.
Lo atribuye al remordimiento qué siente por la decisión que ha tomado, pero se convence de que es lo mejor. Va a ser difícil luchar con la culpa.
El rostro de ese pequeño queda grabado en su memoria, sus ojos, la manera en como la miraba y la paz qué sintió al sostenerlo contra su pecho.
Sin importar lo que haga, esa imagen la acompaña el resto del día.