Es Mi Decisión

El médico asistente pensó que lo mejor era informarle al directo del hospital lo sucedido y que fuera él quien hablara con el hijo del señor Brown ya que lo había visto bastante agitado antes de la operación.

Ella le agradeció por eso, lo que menos quería era lidiar con nadie en ese momento, como médico debería estar preparada para este tipo de situaciones, ya que era imposible salvar a todas las personas que pasaban por sus manos, pero le sucedió lo contario, se sentía terrible consigo misma.

Seria esta otra treta de destino para decirle que no debía seguir en esa ciudad, que debía dejar el hospital lo antes posible.

Aunque el personal que había trabajado con ella trataba de consolarla, no podía sino sentirse cada vez peor y la situación no parecía mejorar ya que el doctor Smith no regresaría aun al hospital ya que la situación en su familia había empeorado y se había ido a su ciudad natal unos días.

Luego de un rato le fueron a avisar que ya los pacientes del señor Brown habían sido informados de la muerte de su familiar y se habían retirado del hospital, al parecer habían estado bastante molestos, pero fueron persuadidos y se retiraron del lugar.

Horas después comenzó un bullicio entre las enfermeras y el personal femenino del hospital, aunque Evangeline estaba metida de lleno en su trabajo no pudo evitar escuchar los comentarios de sus colegas acerca de los hermanos Allen.

Por lo que había escuchado podía entender que los dos estaban en el hospital en ese momento, así que pronto podría dejar ese empleo e irse de la ciudad, mientras estaba metida en sus pensamientos el teléfono de su escritorio sonó.

-Doctora Fraser es el doctor Michel Allen, ¿podría venir a mi oficina en este momento? – la voz al otro lado sonaba profesional

-Voy para allá – tenia sentimientos encontrados con esa llamada, quería renunciar, pero no quería ver al hermano de Joshua

Colgó la llamada y fue a la oficina de Michel, después de tocar la puerta y escuchar la respuesta de la persona adentro entró, era la segunda vez que estaba en esa oficina y al ver al menor de los Allen Evangeline se asombró, ya no tenia ese aspecto juvenil de hace años, ya era todo un hombre y esa bata blanca le agregaba madurez a su aspecto.

-No te había visto en años, puedo decirte que no has cambiado nada, sigues tan hermosa como siempre – Michel le regaló una gran sonrisa a la mujer que tenía parada en frente

-Tu su has cambiado, la ultima vez que te vi eras un niño ahora eres todo un hombre – hablaba sinceramente

El se levantó y le hizo una seña para que sentara con él en el sofá que se encontraba en la oficina, ella lo siguió.

-Creo que no nos hemos visto en siete años ¿cierto? – su voz sonaba tranquila

Evangeline siempre había tenido una buena percepción de Miche cuando ella salía con Joshua, tenía una personalidad bastante agradable y era muy conversador, siempre se había preguntado como una mujer como Hanna Allen había tenido dos hijos tan agradables.

-Es así – respondió

-Cuando vi tu nombre en la lista de entrevistas pensé que podía ser alguien con el mismo nombre, aunque no esperaba que fueras tu y debo decirte que la casualidad me ha sorprendido gratamente, pero si mal no recuerdo te gustaba la música ¿Cómo fue que cambiaste a estudiar medicina? – esa pregunta otra vez

-Sentí que el sueño de dedicarme a la música era poco realista y preferí inclinarme por la medicina – fue lo primero que se le ocurrió

-Michel me dijo el director Venegas que fuiste tu el que decidió darme la oportunidad para trabajar en este hospital y quiero agradecerte enormemente por eso, pero creo que no voy a poder seguir aquí – se sentía triste por entregarle la renuncia

-Tanto tiempo si verte y ahora que nos reencontramos me das esto como regalo – bromeaba con ella

-Te pido disculpas por eso – no podía mirarlo a los ojos

-No tienes que disculparte con nadie, no voy a recibir tu carta de renuncia porque ya me han dicho lo excelente que ha sido tu trabajo desde que estas aquí y como tu jefe te digo que no eres un talento que dejaré ir con facilidad – su voz sonaba seria

-La operación del señor Brown no… - no la dejó terminar de hablar

-Ya investigué lo que ocurrió con esa operación y debo decir que realizaste un trabajo asombroso, no deberías renunciar por lo que ocurrió después de la operación ya que no fue un problema por ineficiencia del procedimiento médico y quiero que sepas que como tu jefe te voy a apoyar en todo ese asunto – ella no creía lo que escuchaba

-Además, se la verdadera razón de tu renuncia y te voy a pedir que separes tu vida personal de tu vida laboral, te contraté porque pienso que puedes aportar excelentes resultados al hospital no porque nos conociéramos con anterioridad - eso la hacía sentir peor

-Si lo que quieres es mejorar como profesional te proporcionaré en este hospital las herramientas para que crezcas como médico y quiero que lo pienses bien, si después de nuestra conversación aun conservas la decisión de renunciar entonces lo aceptaré – definitivamente esas eran las palabras que ella necesitaba escuchar

-Gracias doctor Allen – le dijo mientras tomaba la carta de renuncia para después irse

Salió de la oficina de Michel y se dirigió al ascensor, tocó el botón de descenso y cuando este llegó a su piso allí estaba Joshua, sintió como su corazón latía desbocado y a la vez recordaba sus terribles palabras la noche anterior, ella bajó la cabeza y no lo miró le pasó por un lado para entrar al elevador e irse de inmediato.