AMARÉ A MI ESPOSO VILLANO

Al notar que Mara estaba tardando Fernando invitó a Miranda a dar un pequeño paseo por los alrededores mientras regresa.

El jardín era enorme y tenía un gran árbol donde se dirigieron estuvieron hablando un rato, pero Fernando ya no podía aguantar y cedió a sus impulsos sin que Miranda lo espere, la agarró de la cintura y le plantó un beso apasionado en la boca.

Un buen rato continuaron en una feroz pelea por quien dominará el beso hasta que el aire les falto y se separaron momentáneamente, pero después de unos minutos continuaron como de imán se tratase.

Fue tanto el deseo que sentían que Fernando cargo a Miranda y esta envolvió sus piernas en su cintura y se metieron a la primera habitación que encontraron aun si dejar de besarse, las ropas caían en el suelo hasta llegar a la cama.

El peliblanco repartía besos desde el cuello hasta los pecho de la dama que gemía ante esta atención, continuó con besos por el vientre y rompió su ropa interior y saboreo la parte privada de la duquesa que cada vez estaba más sensible y terminó por venirse acto que este aprovecho para lamer más esta parte.

Fernando estimuló esa parte hasta que pudo meter 3 dedos con mucha facilidad, pero ya no podía aguantar e ingreso su gran dotado miembro en el interior de la mujer que tan loco lo tenía.

Pasaron algunas horas y ellos seguían en una faena pasional que los llevó a recorrer toda la habitación y probar todas las posiciones que conocían, se dejaron llevar por sus instintos más profundos que les pedían a gritos que continuarán y así lo hicieron hasta entrada la madrugada que Miranda estaba agotada de todo el éxtasis que sentía estaba muy complacida al igual que Fernando y con un último beso cayó rendida en el pecho de su compañero.

Eran las primeras horas del día cuando el archiduque iba despertando temiendo que todo lo vivido sea un sueño, pero fue grata su sorpresa al darse cuenta que todo era real en su pecho estaba una Miranda muy agotada él comenzó a repartir pequeños besos en su rostro y caricias por su cuerpo.

Cuando Miranda despertó unas horas más tarde y no encontrar a Fernando sintió una desilusión se sentía usada, justo en ese momento estaba entrando el susodicho con una bandeja de comida y al notar lágrimas en los ojos de esta, dejó la bandeja en una mesa y se acercó donde estaba para sentarla en sus piernas y besarla mientras secaba sus lágrimas.

Fernando

¿Que paso? ¿Te duele algo? ¿Llamo al médico?

¿Te arrepentiste de lo que pasó?

Preguntaba un intranquilo hombre al ver llorar a la mujer que tanto le gustaba y con quien había compartido la mejor noche de toda su vida.

Miranda pasó de estar triste a soltar una risita por la desesperación por la que Fernando le preguntaba por qué lloraba, estaba feliz por lo que respondió besándolo profundamente algo que fue correspondido de inmediato por alguien a quien ya sé le había formado un bulto entre sus piernas e inició otra ronda de entrega.

Cuando terminaron después de otras cuantas rondas

Fernando la llevó en brazos, ya que no se podía levantar por el cansancio, después de unas pequeñas muestras de afecto que no habían pasado a más debido a la condición de Miranda él la llevó devuelta a la cama donde había un vestido que con mucho gusto le ayudo a colocar y el desayuno/almuerzo que degusto con muchas ganas.

Después de que acabo de comer había llegado la hora de dejar en clara su situación y que clase de relación tendrían.