En la ciudad de Lunaris, donde los misterios y las sombras se entrelazan, vive Aurora Selene, una joven tímida y reservada que nunca ha sentido que pertenece al mundo ordinario. Cuando una noche de luna llena descubre un antiguo colgante en el ático de su casa, su vida cambia para siempre. El colgante la vincula a un antiguo linaje de magical girls, las “Fantomenas”, guerreras encargadas de proteger el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Aurora, ahora conocida como Fantomena Luna Night, debe aprender a dominar sus nuevos poderes mientras enfrenta a los Nocturnos, criaturas sombrías que desean sumir al mundo en una eterna oscuridad. A medida que se adapta a su nueva identidad, descubre que no está sola. Otras chicas con destinos similares comienzan a despertar, formando un grupo unido por un vínculo ancestral. Entre ellas se encuentra Cassandra, una misteriosa joven con una conexión especial con la oscuridad, que podría ser tanto una aliada como una rival. Aurora siente una atracción creciente hacia Cassandra, lo que complica aún más sus decisiones. Mientras el amor y la magia florecen, las líneas entre el bien y el mal se desdibujan, y Aurora debe decidir si seguirá el camino de la luz o se adentrará en las sombras junto a Cassandra.
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Capítulo 17: El ritual de la luna
La luz de la luna bañaba Lunaris con un brillo fantasmal, intensificando el aire de urgencia que llenaba el santuario. Dentro, Aurora y su equipo trabajaban frenéticamente, preparando cada detalle del ritual que podría ser su única esperanza contra la luna oscura. El salón principal del santuario se había transformado en un espacio sagrado, donde los símbolos antiguos se entrelazaban con el poder de las Fantomenas y los Nocturnos disidentes.
Aurora se encontraba en el centro del círculo, sus ojos brillando con determinación mientras repasaba los pasos del ritual una y otra vez en su mente. Sabía que todo dependía de su éxito, y la responsabilidad pesaba sobre sus hombros como una carga casi insoportable.
—Todo está listo —anunció Thalor, acercándose a Aurora con una expresión seria en su rostro—. Solo queda esperar el momento adecuado.
Aurora asintió, sus ojos recorriendo el rostro de cada uno de sus aliados. Sentía una mezcla de orgullo y temor al ver a sus amigos y compañeros, dispuestos a enfrentar lo desconocido junto a ella.
—Este es nuestro momento —dijo Aurora, alzando su voz para que todos la escucharan—. Hemos luchado duro para llegar hasta aquí, y no podemos permitir que la oscuridad nos derrote. Debemos mantenernos unidos y fuertes. Juntos, podemos superar cualquier obstáculo.
Cassandra, quien estaba al lado de Aurora, sintió un escalofrío recorrer su espalda. A pesar de su resolución, una parte de ella no podía ignorar el llamado de la luna oscura, una atracción que parecía intensificarse con cada paso que daban hacia el ritual.
—¿Estás bien? —preguntó Aurora, notando la expresión distante en el rostro de Cassandra.
—Sí, estoy bien —respondió Cassandra, forzando una sonrisa—. Solo estoy nerviosa, supongo.
Aurora le dio un apretón en el hombro, tratando de transmitirle fuerza y confianza.
—Todos lo estamos, pero estamos juntos en esto. Recuerda eso.
El momento había llegado. Las Fantomenas y los Nocturnos se colocaron en sus posiciones alrededor del círculo, sus voces unidas en un cántico antiguo que resonaba en el aire. La energía comenzó a acumularse en el centro del círculo, girando y arremolinándose como una tormenta contenida.
Aurora alzó su varita, el colgante de piedra lunar brillando intensamente mientras canalizaba el poder hacia el centro del círculo. El aire se llenó de una vibración palpable, y el suelo tembló bajo sus pies. Los ojos de Cassandra se oscurecieron, una sombra cruzando su mirada mientras sentía la energía de la luna oscura luchando contra la luz.
—¡Algo no está bien! —gritó una de las Fantomenas, su voz cargada de alarma.
De repente, la energía en el centro del círculo explotó, liberando una ola de oscuridad que se extendió por el santuario. Aurora sintió un golpe en el pecho, como si una fuerza invisible la empujara hacia atrás. El círculo se rompió, y el ritual se desvaneció en un caos de sombras y luz.
Las Fantomenas y los Nocturnos cayeron al suelo, aturdidos por la explosión. Cassandra se levantó lentamente, sus ojos brillando con un tono oscuro que Aurora nunca había visto antes.
—Cassandra, ¿qué está pasando? —preguntó Aurora, su voz llena de preocupación.
Cassandra se giró hacia ella, una expresión de confusión y dolor en su rostro.
—No lo sé… La luna oscura, siento su poder dentro de mí. Es como si estuviera tratando de controlarme.
Aurora sintió un nudo en el estómago. Sabía que la influencia de la luna oscura estaba ganando terreno, y que Cassandra estaba en peligro.
—No te dejaremos caer en la oscuridad —dijo Aurora, acercándose a Cassandra—. Lucharemos contra esto juntas.
Las tensiones aumentaron entre las Fantomenas mientras trataban de recuperarse del fracaso del ritual. Algunas miraban a Cassandra con sospecha, mientras que otras cuestionaban la capacidad de Aurora para liderar. La desesperación se sentía en el aire, y Aurora sabía que debía encontrar una manera de mantener la unidad del equipo.
—Necesitamos descubrir qué salió mal —dijo Aurora, convocando a una reunión de emergencia—. No podemos permitir que la oscuridad nos supere. Debemos mantener la esperanza.
Thalor, quien había estado observando la situación con preocupación, se acercó a Aurora.
—La luna oscura tiene un poder que no entendemos completamente —dijo Thalor—. Debemos investigar más a fondo y encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde.
Cassandra, sintiéndose cada vez más aislada, se retiró a una esquina del santuario. Su mente estaba llena de voces, susurrando promesas de poder y libertad. Sabía que estaba perdiendo el control, y el miedo se apoderó de ella.
—Cassandra, no estás sola —dijo Aurora, acercándose a ella—. Estamos aquí para ti, pase lo que pase.
Cassandra levantó la vista, sus ojos llenos de lágrimas.
—No sé cuánto tiempo más podré resistir. La luna oscura me está llamando, y siento que estoy perdiendo la batalla.
Aurora la abrazó con fuerza, tratando de transmitirle todo el amor y la fuerza que tenía.
—No te dejaré caer. Lucharemos juntas, hasta el final.
La situación llegó a un punto crítico cuando las voces en la mente de Cassandra se intensificaron, empujándola hacia un estado de desesperación. Aurora se dio cuenta de que debía tomar una decisión difícil para proteger a su amiga y al resto del equipo.
—Cassandra, sé que estás luchando contra algo muy poderoso, pero necesitamos que mantengas la fe en nosotros y en ti misma —dijo Aurora, su voz firme pero llena de compasión.
Cassandra asintió, sabiendo que Aurora tenía razón. Debía confiar en sus amigos y en su propia fuerza para superar la oscuridad.
Me recuerda a un título de Touhou