La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 2
Elena:
Removía mi pierna en juego con Alexandra en forma de caballito, reía carcajadas causando que igual estuviera de risa y risa con ella.
Sharon: Se divierte tanto.
Elena: Arre caballito…
Tan solo unos meses y pesaba más que yo, no había duda que los bebés crecen muy rápido y cuando no estamos con ellos hasta parece que ya van hasta correr.
Miré a mis hijos que estaban afuera jugando con los demás, se veían tan divertidos que se lanzaban bolas de nieve golpeándose con fuerza, la mala vida los haría fuerte, bueno eso siempre me decía Willow, pero se veían como los primos que son.
Sharon: ¿Cuándo piensas ir con Dimitri?
Elena: Me dio Bastian una semana, así que tengo para quedarme unos días más. Además me hacía falta un buen descanso.
Sharon: si lo creo. Fue tan emocionante todo, que estamos listas para el siguiente caso.
Asentí con la cabeza, pero dudo que Bastian decida darme algún caso importante, no por que no pueda llevarlo, pero habíamos hecho un trato con los Italianos. Reí mordiendo mi labio inferior.
Sharon: Ayy, Elena, esa carita.
Alcé a mi hija llevando a los brazos, me puse de pie caminando hacia el sillón donde estaba Sharon, me senté a su lado mirándola, senté de frente a mi a mi hija tomándola de las manitas haciendo que aplaudiera.
Elena: ¿Quién la ama? ¿Ahh? ¿Mamá? ¿Abuelita? ¿Quién?
La risa de mi hija lo era todo, me llenaba de tanta paz. Deseaba que mi momento con ellos fuera eterno. Pero por una o por otra cosa no podía estar siempre con ellos, además que estar conmigo sería exponerlos y eso es lo que menos quería.
Elena: Mami va estar entre papasotes… mmm…
Hice mi gesto de pobre de mi, por que solo los podía mirar sin tocar, con eso me daba por bien servida, no todos los días se tiene a nuestro lado hombres como los Italianos, uno más buenote que el otro.
Sharon: dudo que Valentina soporte que te comas con la mirada a Daemon.
Elena: Ehhh. ¿Quién dijo a Daemon? Dimitri… ayyy, mmmm, me lo como vivo.
Sharon: Elena te está escuchando la niña.
Elena: ¿Qué tiene? Que aprenda desde chiquitita… ¿verdad mi amol? TRRRRRRRP. Mas chula.
La puerta principal de la cabaña se abrió, tanto Sharon como yo miramos hacia la entrada, me quedé completamente paralizada al ver que entraba Guido…
Guido: Sharon, Elena.
Sharon: hijo, me alegra verte, pasa.
Guido: ¿Mis hijos?
Sharon: Están afuera con los demás.
Lo seguía con la mirada asechando un poco a donde se iba, sostuve con fuerza a mi hija al sentir que se me iba de las manos. Sharon sonrió negando con la cabeza.
Elena: ¿Qué hace él aquí?
Sharon: ¿No escuchaste? Vino a ver a sus hijos.
Elena: Aja, pero cuando viene uno, vienen todos ¿No?
Sharon: Voy a ver que esté lista la comida.
Sharon se puso de pie sin contestarme, abracé a mi hija levantándome, caminé un poco apresurada hacia el ventanal, observaba a Guido que estaba con sus hijos jugando con la nieva al mismo tiempo que los demás.
Elena: que haga algo bueno.
TARAN… TARAN… TARAN.
Escuchaba que estaba sonando mi móvil, Ale se sujetó con fuerza de mi cabello, sostenía su manita queriendo que lo soltara, era tan traviesa.
Elena: Saliste igual que tu madre.
Tomé el móvil viendo que se trataba de Bastian, tomé la llama caminando hacia el sillón me senté con toda la tranquilidad del mundo.
Llamada:
- Hola Elena.
- Hola Bastian… ¿a que debo tu llamada?
- Vinieron por ti.
- ¿Quién?
- Natalie.
- ¿Natalie? La novia de Guido.
- No sé si sea su novia. ¿Importa eso?
- No claro que no, pero ¿para que?
- Vino a buscarte por petición de Dimitri, me puse en contacto con él y me dijo que era momento para que vayas con ellos.
- Creí que tenía una semana más.
- Bueno mientras van por ti, puedes estar con Sharon.
Entrecerré los ojos mirando hacia afuera, negué con la cabeza al ver a Guido que corría con Alexander, la presencia de Guido y solo no era para venir a ver a sus hijos. Era para llevarme con ellos.
- Guido está aquí.
- ¿En verdad? Daemon me dijo que estaban en una misión.
- No tiene mucho que llegó.
- Bueno Elena ya sabes que tienes que hacer.
Respiré profundamente, tragué saliva formandose un nudo en la garganta. Si, sabía que era momento de tomar en marcha todo lo que había hablado con Daemon y Dimitri, solo que no entendía por que al menso horroroso de Guido tenían que mandar.
- Si, ya sabes, de todas maneras te iré informando de todo.
- Es importante que lo hagas. No lo puedes olvidar.
- Lo sé… Nos vemos.
- Cuídate Elena.
Terminé la llamada, arrojé el móvil en el sillón, sentía un terrible coraje a que se tenga que hacer las cosas como ellos querían, era cierto, son mis jefes igual pero no pueden manejar mi vida como se les de la regalada gana. No pertenezco a ellos, nunca he pertenecido, una cosa es el trabajo y otra que me quieran tomar como parte de su clan.
Moví las manitas de Ale…
Elena: aplaude para mamá.
- Mmmjee.
Elena: No, no.. no… no llores. Mami te quiere… TRRRR. Hazlo TRRRRR.
Guido: No ves que la asustas.
Levanté la mirada hacia Guido, reposaba su cuerpo en la pared con los brazos cruzados, rodé los ojos pasando de sus palabras, me puse de pie tomando a mi hija le di un fuerte beso tronador, no estaba para aguantar la presencia de él.
Guido: ¿Molesta?
Pasé de sus palabras, no tenía ganas de hablar con él, pasé rosando su brazo, rápidamente tomó a mi hija entre sus brazos.
Elena: Oyeeeeee….
Guido: Ven aquí pequeña… necesitas ver algo bueno, no una mamá quejosa y de malas.
Le di un buen golpe en su brazo. Me miró de reojo negando con la cabeza, entreabrí mis labios al ver la manera que la traidora de mi hija si le aceptaba que la estuviera abrazando, crucé los brazos pero para él, no existía en este momento. La alzó dejando al aire, mi hija hasta les estiraba sus manitas queriendo tocarlo.
Guido: eso es pequeña, una hermosa sonrisa para tu tío.
Elena: Ja ja ja… brincos dieras.
Me miró sonriendo desafiantemente, la bajó dejando sobre sus piernas, dejó al aire su mano viendo como Ale le ponía su manita encima.
Guido: Tu mamá que nunca te hace reír.
Elena: Vete al infierno.
Guido: cuidado esa horrible manera de hablar frente a tu hija. No escuches a esa mujer fea que nos mal mira.
Hasta mi hija me miró riendo de las palabras que decía Guido como si lo entendiera, estaba que echaba humo si fuera posible, no me gustaba que mi hija accediera a él. Me acerqué demasiado molesta, él no tenía derecho de tocarla… levantó su pierna evitando que la tomara entre mis brazos tropezándome con su pie.
Elena: Idiotaaa.
Me sostuvo del brazo evitando que cayera, rodó los ojos mirándome.
Guido: Elena, siempre hay que estarte cuidando.
Elena: Da-me-la…
Él la sujetó con fuerza evitando que la tomara de brazos, se veía tan tranquilo pero esta tranquilidad a mi me molestaba demasiado. Empecé a jalarla.
Guido: La vas a lastimar.
Elena: PUES SUELTALA…
Sharon: ¿Qué sucede?
Guido sonrió en forma de burla levantándose del sillón, negó con la cabeza caminando hacia Sharon con mi hija, se la entregó a ella. Mi corazón se me iba a salir de tanto coraje de ver que hasta se burlaba de mi.
Guido: tómala siempre has cuidado bien de ellos.
Sharon: Gracias hijo.
Elena: Eres… eres…
Guido: La niña está presente.
Llevó su dedo índice a sus labios en seña de silencio, se estaba burlando de mi como nunca, lo detestaba en verdad que me hacía molestar esa actitud arrogante.
Guido: Tienes hasta la noche para hacer tus maletas que hoy mismos nos vamos.
Elena: PRIMERO MUERTA ANTES DE IRME CONTIGO. ¿ENTIENDES?
Sharon: Elena.
Guido: PUES MUERTA O VIVA, TE LLEVO. ¿Entendiste?
Se dio la media vuelta, dejándome con la palabra… no papasito, conmigo no, a mí no me va a tratar como se le de gana... Aquí el no disponía y en todo caso que me lo dijera Daemon o Dimitri, pero Guido no sería quien me dijera que hacer.
Caminaba con mucho apuro.
Sharon: Elena espera… ¿Qué tienes?
Elena: No viste como me habla.
Sharon: No te dijo nada mala.
Elena: AHORA MISMO ME VA A ESCUCHAR…
Sharon: Elena… Elena…
Caminaba mirando por todas partes, trataba de buscar a este odioso, pero hasta eso se ocultaba de lo cobarde que era. Abrí la puerta que daba salida al jardín de atrás, mis hijos me vieron viniendo corriendo hacia mi.
Alexis: Mami... Mami... vas a jugar con nosotros.
Elena: si, claro… solo que ¿Dónde está Guido?
Alexander: Tío Guido se fue a la colina…
Elena: Ahora vuelvo.
Bajé los escalones cayendo con las manos sobre la nieve, estaba tan molesta que ni cuenta me di que estaba elevada la nieve. Rodé los ojos incorporándome, mis hijos y hasta los hijos de él reían, sonreía nada divertida pero ellos no se tenían la culpa de lo que su propio padre causaba. Caminaba tratando de llegar, empecé a sentir demasiado frío, que tonta, solo a mi se me ocurría haber salido si un abrigo, todo… todo por culpa de Guido.
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