Extraños

Nit

Al llegar a la fiesta, puedo notar a Alessandro con un hermoso traje que lo hace lucir como una mezcla de Anthony y Colin de la serie de Bridgerton, aunque ninguno es tan bello como Alessandro. Bajo del carro y al notarme me ayuda a bajar. Puedo notar su mirada clavada en mí, en mi cuerpo debo decir, eso me hizo sonrojar.

-Estas preciosa Nit- ahora su mirada está en mis ojos.

-Hola, debes ser Alessandro- salió Claudio interrumpiendo. Claudio estiro su mano y Alessandro la tomo con gusto.

-Es mi cuñado. Claudio es Alessandro- le regale una mirada de reclamo.

-Un placer Claudio, gracias por traer a Nit, no se porque no acepto que fuera por ella- dice con una sonrisa. Miro a Claudio desesperada por su ayuda.

-Quería que te sorprendieras- dice Claudio. Tal vez me ayudo, pero esto no me saldrá gratis.

-Aunque debes llevarla, tengo turno de noche, no podre venir por ella- Mentira, es una gran mentira, se que no tiene que trabajar es su día libre, pero lo hace solo por lo que paso temprano.

-Tranquilo, yo la llevo sana y salva- se toman de nuevo las manos y Claudio se va con una sonrisa maliciosa en su rostro. Lo matare o claro que lo hare.

-Te ves muy bien- le regale una sonrisa.

-No más que tú, aunque creo que tienes razón con lo de arma mortal- dice pícaramente. Fruncí el ceño. Se acerco a mis labios, hasta rosarlos, pero luego se fue a mi oído – luces como jodidamente sexi con esa arma mortal y no puedo resistirme.

OH DIOS

ARDIENTE

SEXI

-Alessandro, llegaste- dice una voz interrumpiendo lo que pude ser un beso muy apasionante, aunque debo agradecer no es que me guste dar espectáculos de lujuria en público. Ambos miramos a la persona que nos interrumpió, pero el acompañante es el hombre de traje. Me sorprendí, aunque recordé que el día de la subasta Alessandro y él hablaron como si fueran amigos.

-Fotógrafa, que bueno verte- dice el hombre de traje. Me sonroje ante tanta casualidad, también a que me vean con este disfraz, ellos a pesar de estar disfrazados se ven muy bien en esos trajes.

-¿Se conocen?- pregunto Alessandro.

-La verdad solo lo he visto en el bar donde trabajo y el día de la subasta, pero no se su nombre- dije subiendo mis hombros un poco intimidada.

-Roberts- me extiende su mano- Mi nombre es Roberts- yo la tomo por educación.

-Nit- hicimos contacto visual, fue algo extraño.

-Él es Rodrigo- dice Alessandro presentando al hombre que inicialmente nos había interrumpido.

-Mucho gusto- le di mi mano y el la tomo.

-Es un placer- dice firme- bienvenida a las fiestas temáticas, debo confesar que este ha sido mi favorito entre todos los años- comenta. Todos reímos ya que se refería a los corceles y lo que causa en el cuerpo de las mujeres.

-Con todo respeto- ahora se refiere a mi- es que se ven muy hermosas- culmina.

-No se preocupe, pero debo confesar que tener un cuerpo hermoso a respirar, prefiero respirar- dije burlona. Todos rieron y eso me ayudo a entrar en confianza.

Al pasar unos minutos veo a una chica alta y bastante atractiva que se acerca a nosotros. Alessandro no la deja de ver mientras ella hace su aparición triunfal delante de todos nosotros con una sonrisa.

-Fiorella, que bueno que hayas podido venir- dice Alessandro con apuro.

-Yo también creí que no podría venir- se acerca y le da un beso en la mejilla, también lo hace con Roberts y Rodrigo.

-Fiorella, te presento a Nit, una amiga- sonreí, aunque muy falsamente. Ella se acerco y me dio un beso en la mejilla. – Nit, ella es Fiorella una amiga de hace años- ahora me comenta, mejor dicho, ahora me nota.

-Un placer- dije sin más. De repente llega un chico con dos copas en la mano y le da un beso fugaz a la chica cerca de sus labios.

-Mi amor ya conseguí lo que me pediste- le dice el chico dándole la copa, ella lo agarra un poco incomoda.

-Les presento a Cristian… mi novio- al ver la cara de Alessandro pude darme cuenta que no le gusto para nada esa presentación. Realmente podía notar su incomodidad y yo me sentía muy avergonzada.

Todos les dimos la mano al chico que nos presentó Fiorella, aunque de buenas a primera me cayo realmente fatal, se nota lo imprudente e impertinente que es de solo escucharlo un par de minutos. Alessandro tomaba el Whisky como si fuera agua y lo empezaba a ver más rojo de lo normal.

-Debo ir a saludar a unos amigos, con permiso – dice la chica y se aleja de nosotros. Otro vaso de whisky para Alessandro. Al estar solos, el buscaba con la mirada a Fiorella, no me lo dice, pero es más que obvio.

-¿Estas bien?- pregunte al desesperarme por su falta de atención hacia mí.

-Si, lo siento, es que me distraje con algo- mi incomodidad seguía creciendo y al ver sus ojos y notar esas pupilas dilatadas por culpa del alcohol, le quité el vaso de sus manos.

-Creo que deberías dejar de beber- me sonrió.

-Tengo mucho aguante extraña- su dedo me toco la nariz y soltó una risa bastante tierna. – Iré a buscar algo, espérame aquí- asentí. El salió de vista, pero se acerco el hombre de traje.

-Estar ebrio e incomodó son dos cosas que no se pueden ocultar- un comentario bastante imprudente, pero bastante acertado a la vez.

-Intente que no se notara, pero fracase en el intento- subí mis hombros, deje el vaso de Alessandro sobre la mesa que tenía a mi lado.

-Eres muy diferente a como te recordaba- dice dándole un sorbo a su bebida. Fruncí el seño. – Te vi hace unos años en el bar de los hermanos Evans- abrí mis ojos como platos, sentí mis mejillas arder.

MIERDA

-Si Nit, recuerdo cuando ibas con tu cámara a fotografiar extraños- mierda y mas mierda. No puedo creer que no lo haya reconocido, o más bien, ¿Cómo es que nunca lo note?

-Creo que te confundes- dije, pero mi cuerpo me delataba y tome lo que quedaba del Whisky de Alessandro de un solo sorbo para ver si me calmaba.

-No, imposible, te reconocí desde la primera vez que fui al bar, sé que eres tú- dice muy seguro. Baje mi mirada, ahora no solo me sentía incómoda si no avergonzada.

- ¿Ya lo sabe? - pregunte con miedo.

-No, pero no niego que casi se me escapa, solo que me di cuenta que él aun no lo sabía, y si no se lo has dicho debe ser por algo importante ¿no? - asentí.

- ¿Podrías no decirlo por favor? - pidiéndole favores a un extraño, vaya si que he caído bastante bajo.

Asintió

-No tengo la mínima intención de contárselo, de todas maneras, el mismo arruina las cosas- subió sus hombros.

- ¿A qué te refieres con eso? - indague.

-Tu misma lo verás, mi labor aquí es demostrarle que vale la pena que me des una segunda oportunidad. De verdad quiero que te quites esa imagen de mí, por la tontería que hice la primera vez- me regalo una sonrisa. Le sonreí.

-Gracias… por no decirle nada- lo mire fijamente.

-No diré nada, eso tenlo por seguro bonita- choca su vaso con el mío y tomamos un sorbo como brindis.