Enamorar A Un Vampiro

Los días pasaron rápido, no hubo más disturbios en el castillo y Rhett empezó a acostumbrarse a la actitud de desprecio que le lanzaba Ran de vez en cuando.

Su cordura estaba al límite, pero tenía a Daemon para recordarle que todo estaba bien. Tampoco escucharon noticias de que algún cazador se estableciera en la zona, buscándolos.

Especificamente hubo tres intentos del padre de Daemon para deshacerse de Rhett, afortunadamente siempre contó con la protección de Daemon todas las noches y días que han permanecido allí.

Comiendo en la gran mesa del comedor, es para todos el momento perfecto de lanzar miradas de odio entre ellos. Ran, que sostenía su copa con fuerza, hacía el intento por disimularlo un poco, no podía decir lo mismo de su hijo, que enterraba una estaca en su padre mentalmente.

Rhett golpeó la rodilla de Daemon con la suya por debajo de la mesa, estando ambos en la punta contraria a Ran, él no podría saber lo que estaban haciendo. Aprovechando el secretismo, Rhett le susurró a Daemon "Detente, deja de verlo así, pareces un niño inmaduro".

Pero el joven vampiro gruñó como respuesta, no había bebido ni un solo trago de la copa que le sirvieron hace ya un gran rato. No preguntó nada al respecto a Daemon por temor a la respuesta, pero Rhett quería saber de dónde sacaban el alimento que siempre servían, ¿a quién pertenecía esa sangre?

Siendo el único humano, o más bien, siendo el único capaz de consumir alimentos normales, Rhett devoraba con rapidez un estofado que sabía a gloria.

Todo transcurrió en silencio, hasta que la comida terminó y Ran los hizo quedarse un poco más de tiempo, dijo "Necesito que Daemon permanezca aquí, debo informarle de un asunto importante", a lo que Daemon contestó "Lo que tengas que tratar conmigo también involucra a Rhett".

Y allí estaba él, quieto en su asiento.

Daemon devolvió la copa sin tocar a la única sirvienta del lugar, no había visto a otra más que a ella. Lo que le resultó extraño fue como se estremecía al pasar a un lado del vampiro para recoger, no lo miró y se apartó tan rápido como pudo, bastante peculiar porque con Ran no se comportó de la misma manera, siendo él un vampiro más temible.

En fin, no le dio más importancia de la que debería.

"Tendremos una visita pronto", empezó Ran.

Antes nunca vio a nadie llegar al castillo después de ellos, siendo que nunca recibían visitas o lo hacían muy pocas veces, está seguro que es una ocasión especial. Sus especulaciones no tardaron en llegar, las garantías de su seguridad no estaban aseguradas.

Últimamente, Rhett había pensado en regresar a su hogar en la granja, también se le vino a la mente el estado de su madre, ella era una de las personas más fuertes que conocía, pero eso no significa que estaba bien dejarla sola tanto tiempo y sin noticias de su propio estado. Los cazadores ya le habrían informado que abrieron una búsqueda para encontrarle, con suerte ella no entraría en pánico.

"¿Y eso que tiene que ver conmigo?", preguntó Daemon, siendo que él también vivió aquí toda su vida, no le interesaban las amistades de su padre.

La mente de Rhett se encendió, el Rey vampiro, un apodo que de repente se le ocurrió al verlo demasiadas veces en ese trono, Daemon le había dicho que Ran solo era regente de ciertas criaturas de la noche por ser el ser más viejo. Entonces, ¿podría ser que alguna de esas criaturas vendría por asuntos políticos? Qué desastre.

El viejo vampiro se removió en su lugar cuando recibió la atención de Rhett en su persona, lucía orgulloso y con autoridad. "He arreglado este asunto extraño que tienes con este..." Ran hizo una pausa para señalar a Rhett, y finalizó con "Humano o lo que se supone que sea".

Daemon se cruzó de brazos, miró a Rhett por un segundo para asegurarse de que el comentario no lo había molestado y, cuando confirmó que no fue así, regreso a su padre. "¿Qué asunto extraño? Yo creo que todo está muy bien entre Rhett y yo".

El Rey vampiro hizo una mueca poco disimulada, desde que vio a Rhett sabía que no era la persona con la que su hijo debía contraer matrimonio, mucho menos hablar de un lazo. Su sangre hervía cada vez que pensaba en la posibilidad de que Daemon gobernara en un futuro a lado de una persona tan insignificante.

"Ya sabes, ¿quieres un lazo? Bien, te daré uno más adecuado para ti", diciendo eso fue como si una bomba hubiera estallado sobre la mesa.

Primero, Daemon se levantó empujando con fuerza su asiento hacia atrás, luego Rhett lo miró desde su lugar sin entender completamente el significado de lo que estaba pasando, ¿debía mostrarse enfadado también o era mejor que se mantuviera ajeno a la situación?

En segundo, Ran se levantó igualmente con la misma fuerza y velocidad. Si las copas siguieran allí, el líquido rojo ya se habría desbordado por todas partes.

"¡No digas tonterías!", exclamó Daemon enfadado, sus ojos brillaban en rojo.

"Ella llegará mañana mismo, ya está hecho y no puedes deshacerlo, te lo prohíbo", Ran se apresuró a salir de la sala del comedor con prisa, no deseaba seguir discutiendo del asunto, mucho menos con la impertinencia de su hijo. Desde que Daemon volvió al castillo se había comportado de tal forma que desafiaba la autoridad de su propio padre.

En el momento en que Daemon cayó de nuevo en la silla, Rhett tomó su fría mano entre la suya para darle un poco de confort. Escuchar la palabra "Ella" hizo entender rápidamente a Rhett de lo que estaba pasando frente a sus narices, debió levantar la voz, defender a Daemon y no dejar que él cargue con todo el peso de ambos sobre sus hombros.

"Encontraré la forma de hacerlo cambiar de opinión" le dijo Daemon, como si aclararle eso fuera más importante que otra cosa.

Pero Ran era una persona difícil de influenciar a pesar de ser familia. "¿Y si no es posible?" preguntó, a Rhett le preocupó que los ataques e intentos de deshacerse de él regresarán de nuevo o incluso más seguido, no siempre tendría la suerte de estar con Daemon.

"Si no es así, tendremos que hacer algo al respecto antes que él", el tono que usó Daemon dejó pensando a Rhett, ¿qué planeaba hacer Daemon?