Por Favor Regresa

Mientras Vladimir se dirigía al aeropuerto a recibir a sus visitas no invitadas, Irina se encontraba radiante en la empresa realizando los últimos ajustes a su nuevo sistema de rastreo y seguridad.

Mmm veo que alguien pasó una muy buena noche y excelente mañana dice Natacha feliz al ver de sonreír de esa manera a su amiga Hace años que no te veía tan alegre, exactamente desde que te casaste con ese… dejó las palabras en el aire porque “ese” no era digno ni de ser nombrado por ellas.

Estoy feliz, Vladimir es alguien increíble y me ha hecho sentir la joya más preciosa y delicada del mundo contestó la joven dichosa.

Me alegra tanto que te sientas de esa manera, es muy bueno que por fin un hombre te hiciera sentir de esa manera. Pero no lo olvides… dijo Natacha frunciendo el ceño.

Lo sé…ya nunca volveré a olvidarlo. Primero me amo yo dijo con un suspiro y luego a un hombre finalizó con una sonrisa que no lograba simular su tristeza.

Natacha la abrazó sintiendo culpa por hacerle recordar a su amiga sus tontas decisiones.

Lo siento Iri, yo… comenzó a decir con un hilo de voz y las lágrimas contenidas.

Tranquila, eso ya no duele, no de esa manera. Lo que me afecta es haber sido tan tonta y pensar que quizá…tan solo quizá, si yo renunciaba a mí misma él me amaría dijo sin salir del cariñoso abrazo que recibía de su hermana, porque eso era una hermana de la vida que había llegado a ella para hacer sus días más cálidos y coloridos a pesar de todo.

Ahora quiero saber todo lo relacionado a ese Adonis que te estas comiendo dijo juguetona Natacha dejando a Irina muda y toda colorada por la vergüenza.

¡Natacha! soltó en un grito, a ella no le gustaba hablar de esas cosas ya que sentía mucha pena, y su pequeña carita era un fiel reflejo de cómo se sentía.

Ambas amigas se quedaron cotorreando en la oficina mientras que el Adonis antes mencionado se rascaba la oreja con insistencia. “Qué raro”, se dijo a si mismo mientras su picazón no hacía más que crecer.

Hijo, tienes esa oreja muy roja, ya deja de rascarte dijo una mujer alta y esbelta, que a pesar de la edad conservaba una belleza realmente cautivante.

Madre fue la simple y fría respuesta del hombre que la miraba con cara de póker.

Hay hermanito no cambias más… ese era Dimitri quien reía al ver la cara de fastidio de Vladimir.

Seguirme en silencio volvió a decir Vladimir trayendo consigo a todo el continente antártico y haciendo que bajara estrepitosamente la temperatura que hasta ese momento había sido cálida.

Samara Vólkova era el gran amor de Maxim Vólkov, quién fue en vida el fiel reflejo de su hijo mayor. Un hombre cruel, frío y despiadado que solo mostraba amor a su familia, principalmente a su reina y esposa.

Esa es la gran razón por lo que la madre de Vladimir no sentía temor sobre su hijo, sabía que en cuanto encontrara el amor no lo dejaría escapar y se aferraría a él con uñas y dientes. Así eran los Vólkov, así también era Dimitri que aunque fuera un poco más risueño y coqueto no era un hombre de juegos y solo había salido con una que otra mujer en toda su vida.

Madre, los dejaré en el hotel y me iré a casa dijo como si hablara del clima mañana hablaremos sobre la razón real de su visita y veré cuando pueden conocer a mi futura esposa terminó por decir dejando a todos con la boca abierta.

¿Cómo es que su demonio de hijo sabía todo? Era increíble que siempre estuviera un paso sobre ellos. Pero tanto Samara como Dimitri entendían que Vladimir debía de cerrar y aclarar ciertos temas con Irina y ellos están ahí dispuestos a ayudar y apoyar en todo lo que sea necesario.

Me parece perfecto, cuánto antes mejor Samara asintió con tranquilidad no puedo esperar para comenzar a preparar la boda agregó haciendo que Vladimir sonriera, aunque solo lo hizo por dentro ya que por fuera permanecía impasible.

El restaurante del Hotel estaba abarrotado de mujeres que se habían reunido allí para festejar el cumpleaños de una de las damas más prominentes de esa sociedad, si no era nada más ni nada menos que Mercedes Black, la gran Dama Black. Junto a ella se encontraban sus dos hijas y su amada nuera. Se sentían las reinas y al parecer lo eran ya que todas las damas les rendían pleitesía ya que Louis Black era, hasta el momento, el magnate más importante de la región.

Las mujeres sonreían felices ante las adulaciones de todas las presentes. Sus bocas de hiena no se habían cerrado en toda la velada principalmente la de Sylvie que estaba encantada con toda la atención que recibía, claro que ella se la merecía después de todo era la futura dama Black y pronto sería ella la reina de la alta socialité.

Vladimir, creo que sería bueno que cenaras con nosotros dio Samara con la ilusión en los ojos. Ella quería tener a sus dos hijos siempre consigo pero su gran demonio era indomable e inaccesible.

MMM fue la respuesta que recibió mientras caminaba junto a ellos hacia una de las mesas libre y un tanto retirada de la bulliciosa celebración.

Los dos hombre caminaban como flotando por medio del gran y lujos Restaurante. Las miradas ávidas de belleza de las féminas del lugar se posaron de inmediato sobre ellos. Eran guapos, imponentes, firmes en su andar y extremadamente inalcanzables. Se podía apreciar a simple vista que esos hombres no se dejaban cazar por cualquiera ya que ni siquiera les habían regalado una mirada con sus hermosos ojos grises a todas las admiradoras que había en el sitio.

Dos jóvenes en particular posaron sus ojos en los hermanos, nada más ni nada menos que Noelia y Maricela las hermanas menores de Louis. Ellas los miraron intensamente, tan intensamente que en un momento ambos hombres voltearon al mismo tiempo y posaron fugazmente sus miradas en ellas. Solo fue un segundo en el que las miradas se chocaron pero ese segundo dejó distintas sensaciones en las cuatro personas.

Los dos hombres sintieron un escalofrío recorrer su cuerpo y una molestia crecer en su interior. Esa primera impresión para ellos fue asqueante.

Las dos mujeres sintieron un enamoramiento absoluto y una revelación las invadió. Esos eran los hombres que querían para ellas. Se notaba el refinamiento que solo el poder y el dinero da y esas dos cosas eran la ecuación perfecta para ellas y todo lo que querían en sus vidas. Poder y dinero sumado a dos hombres destacables por su elegancia y belleza. Con ellos a su lado serían la envidia de Ciudad Luz y hasta más respetadas y adoradas que su cuñada.

Hola madre. ¡Feliz cumpleaños! dijo Louis muy risueño dejando un beso en la frente de su madre y otro en los labios de una distraída Sylvie que seguía embobada por la aparición de esos dos especímenes masculinos.

Hola mi amor dijo esta colgándose del cuello de Louis, tenía la necesidad imperiosa de ser vista y envidiada por todas en el lugar. Después de todos esos hombres solo eran una aparición y ella tenía como prometido al mejor partido de todos.

Hermano ¿Conoces a esos dos hombres que entraron hace unos momentos? Noelia sabía que su hermano tenía muchos negocios en el exterior quizá conocía a su futuro marido, pensó.

Son los hermanos Vólkov, hoy tuve una reunión con el mayor de ellos Vladimir. Es un tanto arrogante y presumido contestó desinteresado, sin conocer las intenciones detrás de la pregunta.

Hijo, creo que esos hombres son los indicados para ser esposos de tus hermanas, son destacados y prominentes. Creo que deberías ofrecer un acuerdo de matrimonio ya Mercedes estaba saboreando los réditos que obtendrían con una unión con la familia Vólkov. Claro que los conocía, quién no lo haría, estaban entre los hombres más ricos y poderosos del mundo. Louis era solo un pequeño tiburón al lado de Vladimir que era el megalodón más grande e importante de todo el océano.

Louis la miró un poco inseguro pero asintió. Su madre tenía razón, ellos eran solteros y quizá un matrimonio sería la mejor forma de cerrar esos acuerdos y crear nuevos y beneficiosos tratos con los Vólkov, después de todo el mundo les pertenecía a los ricos y poderosos y una sociedad los haría aún más ricos y poderosos a todos.