A M A N E C E R

Después de la intervención quirúrgica, Francis tuvo un período de espera para la Quimioterapia de 21 días, hasta que fue la primera Quimio, llegó ese día acompañada de Paul, la pusieron en un sillón tipo reposet, el medicamento entró por un catéter que le colocaron en el cuello y cuando comenzó a pasar la Quimio, sintió caliente dentro de su cuerpo y luego mucho sueño y se quedó dormida, cuando despertó ya estaba en su habitación y vio a Paul leyendo, hola amor, dijo su esposo, dormiste prácticamente todo el día.

Me he vuelto muy dormilona, cielo.

Es bueno, tienes que guardar reposo absoluto.

Crees que la Quimio haga el milagro?.

Claro que si, y no va a ser ningún milagro, te vas a recuperar de esta, ya lo verás.

Quiero creerte amor, pero nos tenemos que preparar para lo que venga, yo ya lo estoy haciendo.

Mi vida hermosa, para lo que tienes que prepararte es que cuando terminen las quimios, te van a dar de alta y nos vamos a ir a casa a continuar con nuestra vida, y vamos a ver a nuestra hija covertirse en toda una mujer.

Que bueno que no pierdes el optimismo Paul.

Francis quiero decirte que tú no estás muerta, mientras tú y yo estemos frente a frente hablando, quiere decir que estás viva y mientras haya vida, siempre va a ver esperanza y quiero que te aferres a esa esperanza, yo ya lo hice, hazlo tú también por favor.

Ok. Cielo, así lo haremos.

A partir del 3.er día posterior a la aplicación de la Quimio, comenzó la reacción en el organismo de Francis, perdió el apetito, tuvo muchas náuseas y dolor por todo el cuerpo, el cabello comenzó a caer, y unas ganas irreprimibles de dormir todo el tiempo. También hubo fiebre y Francis sentía que no lo iba a lograr, pero el solo pensar en Paul y Paula la hacía reaccionar y solo pensaba en seguir adelante y continuar luchando. No tenía tiempo para otra cosa, no importaba lo que se tuviera que sufrir, al final todo habría valido la pena.

Y así pasaron todas las quimios que se le tenían que aplicar, el antígeno bajó a niveles normales y fue dada de alta.

Cuando llegó a casa, Paula la estaba esperando en compañía de la trabajadora social y habían hecho un pequeño pastel, Francis lo partió, pero no lo probó, pidió a Paul que la llevara a su habitación, se sentía muy cansada y débil, Paul le puso la pijama y Francis se quedó dormida, Paul apagó la luz y salió de la habitación dejando la puerta entreabierta y bajó a acompañar a su hija a comer pastel.

Habló la abuela, papá. Dijo que llegará mañana para apoyarte con mamá y conmigo.

Cualquier apoyo en estas circunstancias, siempre es bienvenida.

Si Papá, mamá está muy delgada, ojalá que ya pronto pueda comer de todo.

Eso espero mi amor, ya está en su etapa de recuperación.

Tengo mucho miedo Papá.

Yo también cielo, pero espero que no haya una recaída.

No papá, eso ni pensarlo, mamá se va a poner bien, ya lo verás.

Diario estoy orando por eso.

Eso es bueno, hija, nunca dejes de orar, por muy dura que sea la situación.

Seis meses después, el antígeno se volvió a disparar, Francis volvió al hospital y el Oncólogo dijo que ya no había nada que hacer, solo esperar el final y mitigar el dolor de Francis hasta donde fuera posible.

Tres semanas después Paul llegó a su visita diaria y el Dr. Thomas le pidió que lo acompañara y le dijo que Francis ya había perdido la conciencia y que ya era cosa de horas. Lo que puede hacer es ir por su hija y que se despida, lo mismo usted Paul, créame que lo siento mucho, pero ya no se podía hacer nada.

Cuando llegó con Paula, fueron directamente a la habitación de Francis y Paula solo dijo:

Si es la voluntad de Dios y si así vas a dejar de sufrir, entonces es tu hora de partir, papá y yo vamos a estar bien. Nunca nos vamos a acostumbrar a tu ausencia, pero de una u otra forma vas a seguir con nosotros, ya mamita hermosa, márchate, te amo y siempre te amaré, gracias por haberme dado la vida.

Tomó la mano de su Madre y la besó, luego la puso en su frente, el pecho y en uno y otro hombro y agradeció la bendición de su mamá y salió, Sonia la recibió y entonces estalló en llanto.

Paul se quedó, besó la mano de su esposa, se la puso en la frente y le dio las gracias por tanto amor que le dio, por dejarle a Paula, por haber sido la maravillosa Madre que siempre fue. Hasta pronto mi amor, ya márchate, Paula y yo vamos a estar bien, ya descansa.

Francis se marchó tranquila y en Paz, en compañía de Paul.

El funeral fue sencillo y su cuerpo fue cremado, Paula pidió que la urna con las cenizas de su mamá estuvieran en su habitación y ahí las tuvo por algún tiempo. Paul compró una cripta y ahí depositaron la urna.

Ahí Francis encontró la Paz.