No quiero esos besos que un día dijeron te amo, no quiero esas falsas acaricias que dejaron huellas en piel, no quiero vivir en los recuerdos ni ser parte de tu pasado, no quiero promesas falsas más en vida... Yo Paulette Samaniego he decido que no quiero amar, a ningún hombre que se burle de mi.
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Sobrio.
Joel despertó en el hospital, su garganta estaba reseca y sus labios secos y agrietado, sus párpados estaban aún pesados, Marjorie su madre dormía sentada recostada a su lado, que al sentir que su hijo movía las manos ella se emocionó y llamo al médico su hijo tenía dos días dormidos y eso la preocupaba.
Marjorie---: ¿Cómo está mi hijo doctor?
Doctor---: Está estable, pero después del alta médica debería ir al psicólogo.
Señor León---: Haremos lo posible para que tenga las terapias psicológicas necesarias.
Joel---: Quiero ver a Paulette, mamá quiero ver a Paulette.
Marjorie---: Tranquilo hijo, solo tienes que estar bien para que la puedan hablar, ella es buena persona te escuchará.
Joel---: Como si ella me odia, yo maté a mi hijo a nuestro hijo, por eso quiero morir para pedirle perdón a mi bebé.
Señor Leon---: Cállate, el único psicólogo que necesitas (sacándose la correa) es este, en mis tiempos no podían hacer berrinches como lo estás haciendo tú, es mejor que te pongas los pantalones y enfrentes tu realidad, deja en paz a esa niña, ella era demaciado buena para ti, la próxima vez que te quieras matar hazlo en un lugar solitario donde nadie te interrumpa cobarde.
Marjorie---: PAUL, no le hables así a mi hijo.
Joel---: Si, papá tienes razón pide el alta, haré bien las cosas hablaré con Paulette y si ella no me perdona la dejaré en paz.
Marjorie---: Cuánto daría para que ella te perdone, pero las heridas cicatrizan y muchas veces ellas no se borran, y eso nos hace recordar que no hay que cometer los mismos errores.
Mientras tanto en la ciudad de Guayaquil, en base área naval norte, Sabrina buscaba un espacio para estar a solas con Darío Mieles, los cronogramas de turnos los habían cambiado y ellos ya no estaban juntos, y eso a ella le fastidiaba porque le quitaba la oportunidad de conquistarlo, quería pasar otra noche con él.
Sabrina---: Este sábado tenemos libre podemos ir a la discoteca, también van algunas compañeras.
Darío---: Lo siento Rojas, pero tengo algo importante que hacer este fin de semana.
Sabrina---: No conoces a nadie en esta ciudad como puedes decir que tienes algo importante, si yo pudiera ir a tu departamento talvez no fuera necesario ir a las discotecas.
Darío---:(ríe) buena estrategia pero no, ahí solo ingresará mi futura esposa.
Sabrina---: Yo pensé que después de que pasamos tu y yo ya éramos algo.
Darío---: Eso solo fue sexo, Sabrina no siento nada por ti.
Sabrina---: Ya dime su nombre.
Darío---: De quién hablas.
Sabrina---: De mujer que se ha convertido en fantasma en tu vida que no te deja ser feliz.
Darío sonrió y recordó a Paulette, ella era su amiga incondicional, su amor de adolescencia que talvez él no la supo amar dejándola sola por cumplir sus sueños y otro aprovecho esa oportunidad hace siete años.
Hugo---: Amigo, que dices nos vamos a farrear.
Sabrina---: No quiere ir, dice que tiene algo importante que hacer.
Hugo---: Vamos amigo, el domingo también tenemos libre asi podremos disfrutar y nos amanecemos bailando.
Darío---: Está bien solo hasta las doce.
Hugo---: Está bien hasta las doce, solo no olvides llevar la carroza de calabaza y las zapatillas de cristal (ríe).
Darío---: Gracioso.
Darío cerro su casillero y se recostó sobre el, recordar a Paulette, sentía desesperación por verla, el sabía dónde trabajaba y su corazón y mente lo traicionan, tampoco entendía porque se aferraba tanto a ella si sabe muy bien que ella está felizmente casada.
Darío---: En algo tiene razón Sabrina, Paulette se ha convertido en un fantasma en mi vida, Dios que hago, porque no me puedo enamorar de otra persona.
Habían pasado samanas desde que él volvió a ver a Paulette porque ni siquiera la chica que está en frente de su edificio, le interesa tanto como volver a ver a Paulette.
Así mismo como Darío estaba inquieto, Paulette no dejaba de pensar en él, recordar viejos tiempos le hacían sentir mariposa dentro de su estómago, ella quería olvidarlo, pero su corazón palpitaba tan fuerte cuando lo recuerda y su mente pregunta a cada segundo de él.
Paulette----: No bruta, ya no pienses en él, Darío tiene su familia y sus hijos debes olvidarte definitivamente de ese hombre que lo único que te trajo fue dolor, él fue el primero en burlarse de tí y te dejo con esa maldición, para no sufrir más he decidido que no quiero amar.
Cada noche que pasaba Paulette no conciliaba el sueño, sentía extensa su cama y a su vez fría como su cuerpo era delgado aunque se atravesara aún así su cama le quedaba grande, al día siguiente ella se miraba al espejo también quería ver algo en su rostro que haga que los hombres la enamoren y la dejen, pero no encontró nada, llegó al almacén, dónde se encontró con Darío que según el daba un recorrido observando ciertos electrodomésticos que según él le llamaba la atención, pero ciertos objetos estaban muy cerca de la oficina de gerencia.
Paulette----: ¡Buenos días!
Darío---: ¡Buenos días! ¿cómo estás Paulette?.
Paulette----: Bien, veo que te interesa otros electrodomésticos.
Darío---: Si, me hace falta una licuadora y una plancha.
Paulette----: Bien, que bueno para tu esposa tendrá licuadora nueva (sonrisa) permiso estás en mi puerta.
Darío---: Lo siento, espera que quiso decir con esposa.
Cuando Darío reaccionó sobre lo que le dijo Paulette, ella había cerrado la puerta, quería ingresar pero, se limito a callar él pensó que Paulette estaba confundida, si la casada era ella y no él.
Vendedora---: Señor no pude pasar, la gerente tiene una reunión vía zoom con el dueño de la empresa.
Darío---: Gracias vendre otro día.
Por la noche, Darío asistió a la discoteca, sus amigos ya estaban ahí disfrutando de la bebidas, oportunidad que Sabrina esperaba para estar otra vez con Darío, solo que está vez él no beberá más que agua..
Hugo---: Dejaste estacionada bien la carroza.
Sabrina---: Ya no te burles solo que Darío es un buen chico y le gusta llegar temprano.
Sabrina ofrecía una y otra vez licor a Darío, donde casi él ignoraba y no bebía, pero cuando lo hacía bailaba con unas de sus compañeras, él sudaba y el licor no le cogía de esa manera se mantiene sobrio hasta la hora que él decida estar ahí, Sabrina al ver que Darío se mantenía sobrio se rindió con mala ganas decidió no beber más licor Darío no habia caído en sus redes está vez como lo hizo cuando se encontraron.
Por su parte Darío mira su reloj no eran las doce de la noche eran las dos de la mañana y al salir de la discoteca, se encuentra con unas jóvenes conocidas cuyo uniforme se les hacía muy familiar, una de ella no se podía mantener de pies por lo ebria que estaba.
Dalila----: Amiga levanté, espera buscaré un taxi.
Dalila estaba desesperada no podía encontrar un taxi, y Paulette hablaba incoherencia y se reía a carcajadas ella muy poca veces bebe y está vez bebió más de lo normal.
Darío---: ¿Que ocurre?
Dalila----: Ayudame, mi amiga está muy ebria y yo estoy muy mal del estómago, yo te doy la dirección de su departamento y la ayudas a llegar tú fuiste su novio puedo confiar en ti.
Dalila le dió la dirección y se fue le urgía encontrar un baño, pero a su vez Darío se preocupó que dirá él al esposo cuando el llegue con Paulette en ese estado.