NovelToon NovelToon
Millonario Ceo Prometido Bajo Contrato

Millonario Ceo Prometido Bajo Contrato

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Amor a primera vista / Romance de oficina / Secretos de la alta sociedad / Amor en la madurez / Completas
Popularitas:4.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Venney Mary

una historia llena de Romance, amor a primera vista con mucha complicidad emocional

NovelToon tiene autorización de Venney Mary para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Celos.

CAPÍTULO DIECISÉIS:CELOS

Emiliano Ferrer.

Desde aquí puedo observar cómo mi principessa mueve su cuerpo al ritmo de la música. No puedo dejar de mirarla; los movimientos de su cadera me invitan a ir a tomarla entre mis brazos. Estoy embelesado y no me canso de detallar cada parte de ella y esa manera tan sensual y sexy al moverse.

Siento algo que me golpea y me saca de mi trance. Miro a Marcos riéndose.

—¿Qué te pasa, idiota? ¿Por qué me pegas? —le digo.

—Tengo rato hablándote y no me escuchas. Estás como pendejo, se nota que estás enamorado, pero no sabía cuánto. Llevas rato mirándola, estás botando la baba.

Ignoro lo que me dice y le pregunto:

—¡Qué me decías!

—Nada, olvídalo. Mejor brindemos porque estamos aquí ahora, esto no pasa todos los días.

Chocamos las copas y bebemos del vino.

—¿La amiga de tu novia es soltera, casada, tiene novio, amante, confidente?

Marcos me hace un interrogatorio, y eso pasa cuando le interesa algo o alguien.

—Y ese repentino interés, ¿no me digas que te gusta?

Lo veo mirar hacia la pista y clava su mirada en la pelinegra. Mi rubia está a su lado y se ve que lo están disfrutando.

—¡Habla! Sabes que no puedes ocultarme nada, te conozco desde hace años.

—Es hermosa, no te lo puedo negar, solo es curiosidad, nada más.

Él regresa a mirarme y yo le entrecierro los ojos fingiendo que no le creo.

—¿Qué? ¿No me crees? Sabes que no tengo interés por ninguna mujer hasta ahora, todavía quiero disfrutar de mi soltería.

—Digamos que te creo a medias. Además, veo cómo la miras y puedo decir que te causó algo de interés, que no sé cómo llamarlo todavía.

Él encoge los hombros. Los dos miramos a la pista y veo que un hombre se le acerca.

—¿Y quién es ese idiota que se le acerca a mi principessa? —digo.

—No sé, pero también le llegó otro a la amiga. Interrumpieron su baile. Yo, que tú, vas hasta allá, no vaya a robarte a tu princesa.

Estoy celoso, y lo que me dice Marcos me pone molesto. Nunca me había sentido así. Me levanto de inmediato, dejo la copa en la mesa. Veo a Marcos también levantarse.

—Voy contigo al rescate, quien necesite de mi ayuda —lo dice de forma graciosa.

—Idiota, no estoy para tus bromas. ¡Vamos! —le digo.

Salgo disparado a buscar a mi principessa, con la ira de que solo alguien se le acerque. Algo me dice que no la deje sola nuevamente.

Marcos me sigue. Llego abajo, voy apartando y chocando con quienes están en mi camino. No me importa nada. No sé por dónde dejé a Marcos, lo que sí sé es que llego a la pista y no veo al hombre por ningún lado. Veo a mi princesa bailando y su amiga a su lado. Ella se da la vuelta y yo llego a mi hermosa por detrás, tomándola de la cadera. Sentirla me da alivio; los celos, la rabia e ira que traía se esfuman.

De alguna manera se da cuenta de que soy yo. No quita mis manos, la pega a mi cuerpo, inicio mis movimientos guiándola al ritmo de la música. Ella mueve su cadera chocando sus nalgas en mi pene. En menos de un segundo hace que este se forme en una erección. No sé si siente mi dureza, lo que sí sé es que no para de chocar su nalga contra mí.

Le digo que vine a rescatarla del idiota, que moría de los celos, que al parecer esta vez no necesitó de mi rescate.

Se gira y nos encontramos con la mirada. La veo reír. Dios, cuánto amo esa sonrisa. Coloca sus manos alrededor de mi cuello, seguimos pegados y bailando. Esta vez chocamos pelvis con pelvis. Sigo duro como un roble. Me da un beso que correspondo gustoso.

Me gusta lo que me dice, que soy su héroe y que también me va a defender de cualquier mujer que se me acerque. Lo que no me esperaba que dijera de mi "espalda oculta", del camino. Lo entendí a la perfección lo que quiso decir, y me gusta que defienda lo suyo, porque soy de ella y de nadie más, como también es mía, toda mía.

Soltamos una carcajada. La música terminó y salimos de nuestra burbuja de amor. Me doy cuenta de que Marcos estaba bailando con Mónica; también me había olvidado de que venía tras de mí.

Salimos de la pista todos. Llevo de la mano a Antonella hasta salir de la multitud. Vamos a la mesa donde estábamos antes.

Llegamos acalorados, nos abanicamos con las manos, tomamos nuestras copas para refrescarnos.

—El lugar está estupendo, la música es excelente y la compañía aún más. Espero regresar muy pronto.

—Lo mismo digo. Vamos a planearlo. ¿Qué dicen, Marcos y Mónica?

—Me parece una maravillosa idea.

—Ya sabe dónde y cómo localizarme —dice Marcos.

—Voy al baño, amor, ya regreso.

—Vamos, Mónica, acompáñame.

ANTONELLA SALVATORE

Mónica y yo nos dirigimos al baño. Necesito refrescarme, lavar mi rostro. Pasamos la multitud, el lugar está abarrotado de personas.

—Fue una sorpresa para mí ver a tu novio detrás de ti. No sé por qué, creí que no sabía bailar o no le gustaba bailar. Tardó en bajar.

—Ya ves que no, sí sabe bailar y muy bien. Emiliano se puso celoso al ver al hombre que se aproximó en la pista. No sé qué hubiese pasado si lo encontrase ahí.

—¡¿Celoso?! ¿Tú crees que lo golpearía? —pregunta Mónica.

—No sé, él es tranquilo, pero uno nunca sabe. Además, nunca lo he visto molesto.

Llegamos al baño. Pasé directo a vaciar mi vejiga. ¡Qué sensación tan rica se siente libre! Salgo, lavo mis manos y humedezco mi rostro, luego seco.

Mónica llega a mi lado, hace el mismo procedimiento y le pregunto:

—¿Qué te parece Marcos? ¿Te cae bien? —Miro a ver qué me dice.

—Sí, no está nada mal —lo dice así, sin más.

—¿Eso es todo lo que dices?

—Bueno, el tipo está como le da la regalada gana: buenísimo, sexy, simpático, papacito, todo un Adonis. Así como me lo recomendó el doctor. Pero me estoy portando bien —sonríe.

—Mientras tú bailabas con tu amor, él llegó y me invitó a bailar. El condenado huele rico y se mueve bien. "Cómo será en la cama", se pregunta mentalmente mientras se muerde los labios.

—Suelto una carcajada—. Menos mal que no está nada mal.

—¡Vamos, que nos esperan!

Llegamos donde están ellos, me siento al lado de él, agarro mi copa.

—¿Aburridos? ¿Quieren ir a bailar o nos quedamos un rato más aquí?

—Aquí se vino a disfrutar, vamos a bailar. ¿Quiere venir, preciosura? —le dice a Mónica, extendiéndole la mano.

Mónica, con una sonrisa pícara, le toma la mano.

—Claro, hasta que el cuerpo aguante —dice y se aleja de nosotros.

—¿Antonella, y tú, mi caballero, qué quiere hacer? —le pregunto.

—Por ahora, estaré aquí contigo.

Toma mi rostro con su mano y me besa lentamente, dejándome llevar por la suavidad de sus labios, moviendo la cabeza de un lado a otro, sin bajar ni acelerar el ritmo, disfrutando cada toque. Quiero sentir su lengua chocar con la mía. Sin pensarlo dos veces, la introduje, invadiendo cada espacio dentro de ella, tocando su lengua. Él chupa de la mía, misma acción hago con la de él.

Mi cuerpo está sintiendo el efecto del beso, siento mi clítoris palpitar, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, suelto un gemido en su boca, mismo que atrapa al besarnos. Mi respiración se acelera, junto a mi corazón. Las mariposas que revolotean en mi estómago hacen efecto, causando que mi cuerpo tiemble de deseo, erizándome la piel.

Soltamos nuestros labios, seguimos muy pegados, respirando nuestro aliento agitado por la falta de aire.

—Yo podría estar así toda la noche, sin soltarte, si me lo permitieras, hermosa. Cada día me convenzo más de que me vuelves loco. Amo tus besos, amo lo que me haces sentir, principessa. No me considero un hombre egoísta y posesivo, pero contigo tengo la necesidad de ser todo lo contrario: egoísta, poseerte solo para mí, que nadie se te acerque en lo más mínimo.

No sé qué decir ante su declaración. Se aleja de mi rostro, toma mi cuerpo hacia él, sentándome a horcajadas entre sus piernas, lleva mi cuerpo chocando mis senos con su pecho, rozando mi intimidad con su bulto imponente. Se me escapa un jadeo al sentir su roce. Vuelvo a colocar mis manos alrededor de su cuello, acariciando su cabello sedoso. Mi rostro junto al suyo, rozo nuestros labios. Lo deseo, quiero sentirlo, quiero que me ame, que hagamos el amor, pero eso no se lo voy a pedir.

—No quiero que te detengas, il mio cuore (mi corazón), no te lo voy a impedir, porque también lo deseo, no me sueltes.

Iniciamos otra guerra de besos.

1
Mary Mary
no he cortado absolutamente nada .. la app elige subir o no la historia.
Mary Mary
si lo estás... pero llevo más de 15 días enferma y la autora se enferma.
Mary Mary
a ver... no he cortado nada... estoy actualizando..
Eduardo Carballo
que mentiroso como la van a cortar que falta de respeto de la autora
Dilia Esther Sarabia Beleño
Que pasó aquí se supone que la historia estaba completa .
Mary Mary: no entiendo... el capítulo 28 y yo la he subido. hasta el 30. puede ser la app
total 1 replies
Yelitza Maza Crespo
que paso k mal escritora
Maru
Jummmmm 🤔 cascos ligeros Mónica
Maru
🤨Es cuestionable son millonarios ( como suele suceder) y van a unos lugares de mala muerte donde entra cualquiera. Otra cosa van con sus respectivas parejas y bailan solas
Mary Mary
/Angry/
Mary Mary: me 🥰 encantó
total 3 replies
Mary Mary
🥰
Mary Mary
amo /Drool//Angry//Angry/
Mary Mary
lindo soñador.
Faaabb
Ya la agregué
Mary Mary: graciasssss
total 1 replies
Black Jack
Excelente, es muy bueno.
Mary Mary: Gracias 😀
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play