La Venganza De Paoo

Paoo, se toma su estadía en Florencia como unas vacaciones, ella sabe lo que siente por su padrino Joseph, pero lo que no tiene claro es si está dispuesta a enfrentar a sus padres por ese sentimiento, ya que ella los ama mucho y no quiere terminar peleada con ellos por lo que siente por Joseph.

Paoo, trabaja a medio tiempo y sigue sus clases en línea, por las noches entrena y vuelve a su pequeña habitación de hotel, la cual paga en efectivo para no ser encontrada por Joseph; sin embargo, cada noche habla por teléfono con Andre, un grave error sin duda.

—Amiga, hoy me llamó Alonso, Joseph te busca por todos lados ¿cuándo vas a llamarlo? —Andre sabe todo lo que pasa y quiere ver a su amiga feliz, ella sabe que la felicidad de su amiga es al lado de Joseph.

—Lo llamaré el fin de Semana, tal vez y regrese, aún no decido, pero sea lo qué sea que decida hacer lo haré el fin de semana —responde Paoo recostada sobre la cama.

—Bueno, amiga, ahora cambiando de tema, mañana iré al club, ya confirme que el prometido de Laura estará allá, así que le entregaré mi antiguo celular con el número telefónico que me pediste que compraras para que hables directamente con él, además ya imprimí todas las fotos que el investigador envió y se las entregaré en un sobre junto al celular —Andre desde que llego a su país aparte de concentrarse en sus estudios, también se concentró en ayudar a su amiga con su venganza.

—Bueno, amiga, eso suena excelente, te enviaré dinero para que puedas entrar sin problemas al club —Paoo sonríe plenamente porque sus planes están saliendo como deben y eso la pone de muy buen humor.

—Bueno, amiga, tengo trabajos pendientes de la universidad hablamos mañana —las amigas se despiden y Paoo al colgar el teléfono suspira al pensar en Joseph.

—Te llamaré mañana —Paoo se colocó de pie saco su pijama y un conjunto de ropa interior de los cajones y luego tomo su celular para ordenar su cena.

Después de ordenar su cena, Paoo calculo el tiempo de llegada y aprovecho de ducharse y lavar su larga cabellera roja antes de que la cena llegara.

Cuando Paoo salió de la ducha se colocó su pijama y quito el exceso de agua en su cabello con una toalla, mientras hacía eso la puerta sonó y ella supuso que era la comida que pidió.

—Toc, Toc —Paoo busca el dinero en su bolso y luego sale de la habitación aun secando su cabello con la toalla.

—Ya voy —grita Paoo, puesto que la persona al otro lado no dejaba de tocar con insistencia.

—Podríamos tener un poco de paciencia —Paoo abre la puerta muy molesta porque pensó que era el repartidor, quien tocaba la puerta de ea forma, pero se quedó de piedra cuando vio a la persona al otro lado.

—Ya tuve demasiada paciencia —Joseph, antes de que Paoo pudiera reaccionar entro y tomo el rostro de la chica en sus manos, para posteriormente besarla con desesperación.

Paoo, no sabía qué hacer, estaba paralizada, no esperaba ver a Joseph ahí, pero después de unos segundos correspondió ese beso que le gritaba la pasión y el deseo qué Joseph siente hacia ella y la verdad ella también lo desea y mucho, todos esos días lejos de él, desde el día que la beso por primera vez ella había tenido sueños húmedos con él algo que le encantaba y provocaba que ella terminará consolando mientras pensaba en él.

—Mi chica de fuego, esta vez no teme vas a escapar —Joseph la tomó en sus brazos y la llevó hasta la cama.

Paoo por supuesto, no puso ningún tipo de resistencia, se moría por ser su mujer, cada noche lejos de él ha sido una tortura para ella, en lo único que pensaba era en estar entre sus brazos y que la hiciera sentir mucho placer y ahora se le está cumpliendo, él llegó para hacerla gritar de placer.

Joseph, con desesperación rompió la pijama de Paoo, él ya no estaba dispuesto a jugar, él quería acción y mucha, no quería estar jugando simplemente, esa chica lo enloquece y su cuerpo le grita qué lo tomé, y por supuesto él no es nadie para negarse a las peticiones de ese cuerpo tan deseable y jodidamente perfecto.

—No te dejaré ir nunca más —expresa con su voz ronca y varonil, Joseph en el oído de Paoo, pata luego recorrer cada rincón del cuerpo de esta con su boca y sus manos.

Joseph se detuvo a jugar en la zona V de su amada Paoo, y ahí jugo con su botón del placer, causando que ella se estremezca por completo, cuando Joseph aumenta los movimientos de sus dedos y su lengua en la zona del placer de Paoo esta no puede evitar gritar su nombre.

—Joseph —Paoo siente que en cualquier momento va a explotar de tanto placer que su amado Joseph está proporcionando.

—¿Dime que quieres hermosa, Dímelo y te lo daré? —José estaba demasiado excitado, su amigo ya formaba una gran carpa dentro de su pantalón, este quería salir a jugar, únicamente necesitaba el permiso de Paoo, para que Joseph lo dejara salir.

—Te quiero a ti —alcanza a decir Paoo, por qué Joseph no deja de jugar entre sus piernas.

—Se especifica, ¿qué quieres que haga? —a Joseph le encantaba verla retorcerse de placer

—Quiero que me hagas tu mujer, te quiero dentro de mí —Paoo siente que se está quemando por dentro y Joseph sonríe.

—Tus deseos son órdenes para mí —Joseph se puso de pie y se quitó la ropa quedando completamente desnudo, luego volvió a la cama, con su lengua prueba la zona del placer de Paoo haciendo que esta se estremezca al sentirlo y luego ba beso mientras se acomoda entre sus piernas.

—Eres mía y nadie más podrá ni siquiera mirarte, y tú no podrás alejarte nunca más de mi lado —Joseph comenzó a introducir a su amigo dentro de Paoo y esta tuvo que sujetarse de las cobijas, porque aparte de que el amigo de Joseph era muy grande ella nunca había estado con nadie y no pudo evitar sentir dolor.

—Relájate, yo te amo mi chica de fuego —Joseph la besa por todos lados mientras termina de introducir a su amigo y espera un rato a que Paoo se acostumbre a su invasión.

Cuando Paoo se relajó, Joseph sonrió y comenzó a incrementar sus movimientos con más fuerza y esta comenzó a gritar de placer cada vez que él incrementará la fuerza de sus movimientos hasta que ambos terminaron en la cima del más delicioso placer.

—Te amo Joseph —Paoo ya no podía quedarse callada ama a ese hombre con locura y no le importa lo que pueda pasar quiere estar a su lado y ser siempre su mujer.