Ella es Sofía, quien después de morir en una época antigua, terminó en un mundo diferente al suyo.
Paso de ser la capitana del ejército imperial, a ser una mujer engañada por su esposo, en un mundo diferente
Su objetivo es vengarse y ser libre de ese matrimonio.
En busca de un aliado, termina metida en un romance prohibido
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secuestro
Tras recibir en persona la llamada del primo de su esposo, Fernanda estaba toda roja como un tomate maduro.
Rebeca quien estaba a su lado se quedó mirando su cara sin entender lo que estaba pasando.
—¿Qué cara es esa mujer? Respira, parece ser que has perdido el aliento— dice ella y la mujer se pone aún más roja.
Los recuerdos del mega revolcón que le dieron estaban en su mente, como también en su piel.
Su entrepierna duele, pero es un dolor delicioso.
Ella trató de desviar el tema hablando de trabajo, pero Rebeca le preguntó cómo le fue hablando con Draco Scott y la mujer volvió a ponerse roja.
—No pasó tanto— dice ella mientras se abanica la cara y la traviesa Rebeca con un poco de sospecha, corre hasta su amiga y le revisa el cuello, solo para reírse a carcajadas.
—Claro, Drácula llegó a media noche y te hizo esas marcas— se ríe Rebeca y Fernanda aunque estaba avergonzada de cómo su amiga se burlaba de ella, le manda un golpe bajo.
—Al menos no estaba sin habla en la mañana, tú también estabas sospechosa cuando nos encontramos — dice ella y Rebeca deja de reírse y se pone roja también. Es claro que aquí estaba pasando algo.
Su rojo aspecto fue suficiente, para que Fernanda de un rápido movimiento le revise el cuello también, y vaya que estaba lleno de marcas. Drácula se multiplicó en dos esa noche.
La pobre asistente dejó de respirar por un segundo, y tras tomar aliento, tomó una de las manos de su amiga y se fue al sofá más cercano de la oficina, y comenzó a relatar la situación.
*Esta es la perspectiva de Rebeca, será narrado como si ella está hablando con su amiga*
Cuando te fuiste a esa habitación a hablar con el señor Scott, yo entré a dónde me dijo el asistente Felipe.
Cómo estaba borracha como una loca, me quité toda la ropa y me metí a la bañera a dar un baño de agua tibia.
Por mala suerte, dejé la puerta del baño abierta, y como estaba entretenida, no escuché cuando alguien entró a la habitación.
Ese alguien entró al baño y cuando yo sentí su presencia, me levanté como un resorte y salí desnuda del agua.
Para mala fortuna mía, el asistente del señor Draco estaba ahí mirando.
Su cara se puso roja cuando me vio desnuda, y el alcohol en esos momentos hizo más efecto que nunca y sin poderlo evitar, yo fui hasta ese joven y guapo asistente y le bese, él al principio no correspondió el beso, pero unos minutos después lo hizo.
Amiga, no sé qué le pasó al asistente, parece que un alma del más allá se le entró, una lujuriosa y muy atrevida.
Aquel hombre el cual a mí parecer era tranquilo, resultó ser un calenturiento de lo peor.
Allí en el baño me hizo todo lo que quería.
Después de eso, me llevó hasta la cama, y allí me tomó como un pervertido. Yo quería salir huyendo, pero ya estaba metida en semejante lío.
Aquel asistente se ve serio, pero en realidad no es más un demonio del Inframundo, uno lujurioso y sexy.
Cuando la mañana llegó, yo no podía hablar, no por mi propio deseo, sino porque también estuve entretenida con su cuerpo, el cual era fuerte y suave.
Después de todo, si ya caí en las garras del mal, no iba a hacer nada. Te juro que casi quedó paralítica y sin garganta, el hombre estaba bien equipado.
Fin de la narración.
Tras la explicación de Rebeca, Fernanda decide darle algunos detalles a su amiga y ambas estaban riéndose de sí mismas por lo que está pasando.
Ambas se quedaron un rato más hablando.
Después, firmaron algunos documentos importantes de ese día, y se fueron de las oficinas de la empresa principal Ayala.
Se fueron en el auto de Rebeca.
Pero, no bien habían salido de la empresa, cuando una furgoneta negra las venias siguiendo.
Fernanda fue la que se dio cuenta.
—Parece que no vienen siguiendo, desde hace rato la misma furgoneta no sigue y eso es algo extraño— dice Fernanda y Rebeca miró por el espejo que tenía al frente, y en efecto, venían siguiendo su auto.
Ella en la primera oportunidad se desvía por un camino distinto al que suele andar, y la furgoneta las siguió.
En esos momentos Rebeca entró en pánico, y Fernanda trató de darle consuelo.
—Es posible que solo me quieran a mí, debes mantener la calma— le dice ella con calma y la mujer comenzó a llorar. Sus manos temblaban.
—Lo dices así nada más, eres mala— se queja ella y Fernanda le iba a responder, pero una camioneta negra se le atravesó y Rebeca tuvo que frenar, porque casi chocan.
Acto seguido, unos hombres encapuchados salen de aquella camioneta y los de la furgoneta también llegaron y salieron con la misma descripción.
Tal parece que andaban justos.
Todos sacaron sus armas y eso asustó a Rebeca, Fernanda como sabe que tiene magia, no está tan preocupada, no del todo, pero si está preocupada por su amiga.
Dos hombres se acercan al auto de Rebeca, cada uno en una ventana diferente de la parte delantera del coche y rompen el cristal.
Eso sí asustó un poco a Fernanda, los vidrios por poco y le hacen daño en la cara, si ella no es más rápida y abraza a Rebeca.
Aquellos dos hombres abrieron las dos puertas y sacaron a las chicas del auto, y luego la llevaron casi arrastrada.
Rebeca estaba gritando y Fernanda también, para que los hombres se confíen de que ella es una damisela en peligro y no bajen la guardia.
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Otro mañana
Hay Rebeca no aguántaste dos pedidos y un te quiero para dejarte seducir por el asistente de Draco y ese Ricardo está dispuesto a todo por ella así que si siguen por ese camino habrá Ricarditos y Rebequitas corriendo por todos lados jajaja 😱🫣😝🤣🤣🤣🤣