La esposa humana del vampiro
¿Qué harías si, después de una vida plena, reencarnas como la esposa de un vampiro? Y no cualquier vampiro, sino uno poderoso, con dos hijos y una mansión que mantener, ¡justo como en la última novela que leíste! Nuestra protagonista, una anciana del mundo moderno, se encuentra en este hilarante y peculiar aprieto.
Ahora, con su espíritu vivaz de octogenaria atrapado en el cuerpo de una joven esposa, deberá navegar las excentricidades de su nuevo hogar inmortal. Entre hijos colmilludos, sirvientes peculiares y un esposo misterioso, descubrirá que la vida eterna puede ser sorprendentemente divertida y, quizás, incluso le ofrezca una segunda oportunidad para el amor y la aventura. Prepárate para un romance fresco, lleno de risas y con la dosis justa de acción en un mundo donde lo sobrenatural se encuentra con lo inesperado.
NovelToon tiene autorización de Gena Jim para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo:16
LAURA:
La mujer se acerca a mí con la clara intención de devolverme el golpe, pero un cuerpo se pone delante de mí y agarra la mano con fuerzas.
—¿Con qué derecho te atreves a ofender a mi esposa?
La voz baja y fría de Víctor hace que se forme un pesado silencio en el lugar, mientras el señor Luberg mira todo con ojos abiertos.
—Señor Cortés, su esposa...
—¡Silencio! La familia Luberg no tiene el estatus suficiente como para que le faltes el respeto a mi esposa... Disculpate con ella.
El vampiro suelta su brazo con brusquedad y el odio de la mujer se puede sentir a kilómetros.
—Nunca me rebajaría a eso.
Dice ella con soberbia y una risa seca sale de los labios de Víctor.
—Señor Luberg, no me culpes cuando sus negocios caigan.
El hombre mayor se espanta y mira a la mujer fijamente.
—Disculpate con la señora Cortés.
—Cariño, la que debe disculparse es ella por ofender a nuestra dulce flor...
—No lo volveré a repetir, tienes dos segundos para hacerlo.
Dice con autoridad y la mujer me mira con los ojos inyectados de odio.
—Le pido disculpas señora Cortés por ofenderla.
La miro por breves segundos sin decir nada y dirijo mi vista al vampiro.
—Mi vida, esa disculpa no fue sincera, no la acepto.
Me cruzo de brazos indignada y solo observo como Víctor mira a la mujer de manera severa.
—Lamento ofenderla señora Cortés, le prometo que esto no volverá a ocurrir.
Ella hace una reverencia y yo hago una mueca con los labios.
—Sé que no fue sincera, Pero la voy a aceptar ¿Nos vamos? Este ambiente no me gusta para nada.
El vampiro mira al señor.
—Me disculpo por los inconvenientes que causó mi hija, mañana le enviaré una compensación por los daños causados.
Él le hace señas a los gemelos y estos no siguen sin decir nada.
Miro como Adrián nos sigue a una distancia prudente y en silencio llegamos hasta la habitación de los niños.
Cuándo ingresamos ellos se quedan de pies con la mirada en el suelo.
—Albert, Mía... ¿Qué les he dicho de comportarse?
Habla con voz dura.
—Lo lamento papá, pero no me arrepiento de haberle pagado.
Dice Mía sin levantar la mirada mientras Albert permanece en silencio.
Víctor suspira y mira hacia el techo.
—Estarán castigados cuándo lleguemos a la mansión, me han decepcionado los dos.
Dice y sin decir más se retira.
Ambos niños permanecen inmóviles y yo me acerco a Mía y levanto su carita triste.
—Solo te haré una pregunta... ¿Te dejaste pegar?
Ella niega varias veces y yo sonrío.
—Bien, nunca te dejes pegar de ningún niño, pero siempre evita lo mayor posible pelear, eso dañará tu reputación y le traerá problemas a tu papá ¿Entendido?
—Le pegué porque ella estaba hablando mal de ti.
Murmura y la verdad me sorprendo.
—¿Me defendiste?
Ella hace un tierno puchero y asiente.
—¡Hay que linda! ¿Puedo darte un abrazo?
Ella mira a su hermano y este asiente sutilmente.
—Está bien.
Dice en un tono bajo y yo me arrodillo rodeándola con mis brazos su pequeño cuerpo.
—Gracias por defenderme.
Le susurro y luego me separo de ella para irme.
—Debo volver, descansen y pórtense bien ¿De acuerdo?
—Sí.
Dicen ambos y yo me retiro dejando que las niñeras se hagan cargo.
Al salir a los pasillos observo a Víctor hablando con Adrián.
Al verme este se despide y se retira a no sé dónde.
—Debemos volver, nos hemos ausentado por un buen rato.
Asiento y a los pocos minutos estamos en medio de todas las personas que nada más sirven para mirar y criticar.
—Buenas noches señores Cortés.
Se acerca un hombre mayor con una sonrisa y ambos le hacemos una corta reverencia.
—Buenas noches.
Respondemos ambos y el hombre vuelve a sonreír amable.
—Señor Cortes ¿Le importaría regalarme unos minutos en privado?
Víctor me mira y yo asiento.
—Ve, yo estaré bien.
Él duda un poco, pero asiente.
—Volveré pronto, no te alejes.
Dice dejando un dulce beso en mi frente que me hace sonreír como boba.
—Está bien.
Respondo y él se marcha junto al señor.
Al estar sola miro a todos lados y en una esquina miro a Noelia que me saluda con una sonrisa y decido ir hacia ella.
—¿Me has estado ignorando a propósito?
Un cuerpo se interpone a mi cometido y arrugo el ceño mirando al hombre que me mira con arrogancia y enojo... Richard Harrison.
—No sé dé que me habla lord Harrison, pero si me disculpa yo...
Intento moverme, pero su brazo me sostiene con fuerza discretamente.
—No juegues conmigo Laura, ese comportamiento tuyo no me está guardando.
Molesta me quito de su agarre y lo miro con desagrado, la verdad no entiendo cómo a la verdadera de este cuerpo le puede gustar semejante hombre común cuándo tiene un bombón a su lado.
Iba a hablar, pero una voz me detiene.
—Señora Cortés, que alegría volver a verla.
Me giro y observo a Akir con una sonrisa.
—Lord Akir, el gusto es mío.
Le digo y él asiente mirándome fijamente para luego volver a sonreír.
—Lamento hacerte esto “barón” pero me llevo a la esposa de mi amigo, a simple vista se nota lo incómoda que está a tu lado.
Dice remarcando en barón y el idiota frunce el ceño disimulando el enojo, pero Akir no le permite decir más y me lleva con él.
—Te he salvado dos veces, ya sabes debes devolverme el favor con tu amiga.
Me dice sin dejar de sonreír y en ese instante se acerca Noelia con ojos brillantes.
Autora sólo recuerda que la culpa y el arrepentimiento nos van a acompañar siempre pero has seguido tú camino y continuas de pie. Eres una sobreviviente enorgullecete de ti.
Un abrazo y bendiciones!