Ahora Yo Seré La Villana.

Después de una charla breve con el general, la señora Kaede fue quien se encargó de guiarlos a la habitación de invitados que queda a lado de la de Saya, justo cuando ella iba saliendo lista para acudir a su entrenamiento, cuando Aya la vio no dudo en acercarse a ella observando el horroroso atuendo que llevaba, vestida como una más de esos hombres mal vivientes que vio al llegar.

- que vergüenza para la familia del príncipe que su princesa vista como una pordiosera.

Kaede no podía creer lo que estaba escuchando, una concubina faltándole al respeto a la esposa legal del príncipe.

- retira lo dicho, esta vestimenta es la misma que usan aquellos hombres que luchan por nuestra nación, para que vagas como tú puedan vivir cómodamente en la ciudad.

- Saya! Esa no es manera de responderle a la concubina Aya.

- y la manera en la que esta, se refirió a nuestros soldados, tampoco es la correcto, príncipe Yuu. Todos están escuchando sus palabras tan arrogantes ¿acaso no merece un regaño?

Observo a su alrededor y todos miraban con molestia pues escucharon claramente las palabras de la concubina.

- alteza, yo solo le hago ver a la princesa que esta mal vestida, es para evitar avergonzarlo.

- a mi no me importa si él se avergüenza, porque para mi, es un honor portar el mismo uniforme que estos hombres, que defienden mi país.

Todos observan con mejores ojos a la princesa, ya que ella parece darles el respeto que se han ganado con su arduo trabajo. Por su parte el príncipe no sabe ni como dar la cara.

- princesa, entiendo lo que dice, pero no es una manera de vestir para alguien de la realeza, menos para mi esposa.

- ¿a esto vino? ¿A insultarme? Príncipe Yuu, absténgase de ponerse en mi camino, que si vine a este lugar es para evitar su presencia y la de su prostituta.

Dicho esto y sin que el príncipe tuviera tiempo de responder, se hecho a correr, necesita calentar antes de ir a ver a los hermanos Izumi para sus lecciones; la concubina avergonzada por las miradas de todos, se apresuró a ir a la habitación que le habían asignado, de una u otra manera, tiene que vengarse de esa inútil princesa y que mejor manera que dejar que caiga en el encanto del príncipe para que después este solo la use para llegar al trono.

Ya en el patio de entrenamiento, Kazuo llego sosteniendo un par de espadas de madera.

- escuche lo que sucedió en el patio de huéspedes. Pero los sirvientes y soldados están elogiando la manera en la que te encaraste al príncipe.

- hermano Kazuo, si no me quedo callada, ellos solo seguirán con sus insultos y no puedo tolerar que los soldados sean humillados por una mujer que cree que vale más que otros. Creo que con ese puede entender mi decisión de venir aquí.

- está más que claro, pero ese principito parece que solo busca la manera de fatidiarte, pensar que era mi hermana la que originalmente se casaría con él.

- escuche que su hermana era una mujer fuerte.

- así es, tanto en fuerza física como en carácter, creo que ella ya hubiera educado un poco a ese príncipe.

- eso hubiera sido divertido de ver. Tal vez deba ser yo quien lo haga, voy a devolverle, todo el mal que me ha hecho y para eso, estoy aquí.

- ¿planeas ser fuerte para volverte una esposa golpeadora?

Se ríe ante la pregunta del joven, pero niega.

- no, voy a levantar mi estatus, lo suficiente y después, obtendré mi derecho a solicitar el divorcio, también pienso aprovechar ese estatus, para hacer caer a la concubina Aya.

- hermana Saya, con su talento, estoy seguro que lo logrará.

- gracias hermano Kazuo, y espero seguir contando con su apoyo.

El joven le entrega una de las espadas de manera y le indica que le ataque, pensando que la chica nunca a blandido una espada, pero se lleva una sorpresa al ver que sus ataques son casi perfectos, pero aun débiles. El príncipe después de un rato salió a caminar por el lugar, aunque podía notar que los soldados ahí presentes, trataban de ignorarlo lo mejor posible, el incidente anterior solo causo que los hombres se enojaran, no podían creer que un príncipe dejará que una concubina insultara el honor del ejército; no paso mucho hasta llegar donde Kazuo y Saya estaban teniendo un pequeño duelo, fue una sorpresa ver como la que considera una esposa inútil, era en realidad hábil con la espada, se mantuvo a distancia observando.

Apenas acabo, Kazuo se acerco a la princesa para despeinar a manera de felicitarla por su desempeño, pero el príncipe no pudo evitar enojarse, si todos saben que si esposa es cercana a uno de los hijos del general podrían tratarlo de cuernudo, al estar ya cerca jala del brazo a Saya para alejarse de Kazuo.

- ¿que crees que haces? ¿Acaso eres una cualquiera?

Ante esto, Kazuo estaba por replicar, pero antes de poder hablar, Saya lanzo una cachetada al rostro del príncipe y apartó su brazo del agarré.

- a ti no te debo explicaciones y tampoco permito que me faltes al respeto.

El príncipe no podía creer lo que ha pasado, acaba ser golpeado, por su esposa, él, siendo el tercer príncipe, ¿una mujer inútil le ha pegado? Cuando reaccionó, pudo ver la expresión de enojó de la princesa, con los puños cerrados, se podía decir, que estaba lista para lanzar otro golpe.