Ajaw Y Las Discípulas

Las chicas se quedaron en silencio recordando su avance en todos esos meses. Se habían esforzado mucho y cada una se sentía diferente a cuando iniciaron. Sentían la magia corriendo por sus cuerpos como nunca antes, se habían convertido en unas hechiceras poderosas. Sabían que podían hacer una historia tan grande como la de su maestro.

—Shut… shut…

Se escuchó un ruido como si alguien les quisiera hablar. Las chicas de inmediato se miraron para saber si alguna había hecho el sonido, pero se dieron cuenta que no.

—Shut… aquí… aquí estoy.

Se levantaron para acercarse a las piedras pues de ahí escucharon el sonido. 

Vieron como en el centro de la piedra más grande se hacía una fisura, muy similar a una boca humana. El vapor aún era espeso así que no la vieron claramente.

—¿Cómo les va en la actividad?

Vieron como la boca de esa piedra les hacía esa pregunta. Se sorprendieron al ver que era real.

—¿Quién eres?—Preguntó Mona acercándose un poco.

—¿No me reconocen?, Esperen…

La piedra comenzó a moverse aún más, parecía que se sacudía. Las brujas se alejaron por precaución pero a una distancia considerable para seguir viendo el fenómeno. 

Después de unos segundos la piedra deja de moverse y apareció el rostro de Ajaw sobre ella.

—¿Eres el maestro?—Preguntó Edith desconcertada.—¿Qué truco es este?

—Luego les cuento. No tengo mucho tiempo.—La voz parecía sería.—Disculpen que no pude ir presencialmente, estoy en una misión de espionaje, les diré lo que tienen que hacer y después nos reuniremos en las cuevas del otro día. ¿Está bien?

—Sí maestro.— Respondieron todas simultáneamente.

—Se acerca el momento en el que pondrán a prueba sus habilidades y todo lo aprendido.

—¿Se refiere al exámen de fin de año?—Preguntó Rachel.

—Si, algo así…

Las chicas comenzaron a ver como la piedra se deformaba, el rostro se perdía en algunos sectores, era evidente que le estaba contando mantener el hechizo y se desvaneceria.

—El día de hoy tienen que aprovechar ese reducido lugar para hacer todos los hechizos en conjunto sin dañarse entre ustedes. Es decir, aprenderán a trabajar moviéndose por el terreno atacando y defendiendo como un equipo. Cuando sea la etapa final del ritual, el guía abrirá una puerta. Deben defenderse de lo que cruce y mantenerse a salvo, el vapor aumentará así que será difícil mantener la concentración. Para ver lo que hay traten de cerrar sus ojos físicos y ver con el tercer ojo. Esa es la habilidad que les permite ver el mundo espiritual y a los espíritus, espero lo recuerden. Cuando terminen, vengan a verme en donde les dije.

El rostro de Ajaw se desvaneció. La piedra volvió a su forma normal.

Las chicas comenzaron las prácticas, poco a poco se fueron adaptando al espacio y al vapor. Lanzaron los hechiceros que creyeron convenientes.

Después de eso, el vapor aumentó como Ajaw lo previo y el guía les avisó que la puerta estaba abierta.

De la parte alta de la construcción, vieron como una puerta se abrió. Era aún más oscura que la oscuridad natural del lugar, así que pudieron distinguirla.

Observaron por varios segundos esperando lo que entraría. No bajaron la guardia.

De pronto, vieron como una sombra muy pequeña se colaba por ahí, se movía como un lagarto pero no era tan grande, de hecho era tan pequeño y rápido que fue la mayor dificultad para encontrarlo.

Las chicas se juntaron para reducir el espacio y se juntaron en círculo para así mirar por todos lados.

La criatura apareció, Angy lanzó un hechizo para paralizarla pero no le dió, era muy ágil.

Edith invocó un hechizo de luz para facilitar la visión, pero el rango era reducido al de una vela.

Por varios segundos siguieron expectantes hasta que la criatura brincó directamente al rostro de Angy. Afortunadamente para ella, nunca la tocó pues su hermana reaccionó muy rápido y la paralizó en el aire.

—Estuvo cerca.—Dijo suspirando.—Vamos a lanzarla de regreso por el portal antes que otra cosa pase.

Las chicas estuvieron de acuerdo y se distribuyeron el trabajo. Mona lanzó a la criatura mientras que las demás cerraron el portal rápidamente.

El vapor comenzó a reducir, se empezó a sentir algo de frío. Así que las chicas decidieron dar por terminada la clase, e ir a donde su maestro las había citado.