**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
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Capítulo 6 Una noche de tragos
Sandra Vannecelli
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-Me limpio las lágrimas, me dirijo al baño y me mojo la cara para disimular que he estado llorando. Debo contener mis emociones frente a mi familia. Al bajar las escaleras, veo a Caeli conversando con Adeline, pero siento que alguien me toma de la mano. Al voltear, me encuentro con Thyler. Intento zafarme de su agarre y le digo- No vuelvas a tocarme, Thyler.
-En un tono suave, me dice- Mi pequeña esmeralda, hablemos. Permíteme explicarte lo que sucedió.
-Ante esto, adopto una expresión de descontento y, con un tono irritable, le respondo- No tengo nada que discutir contigo, primo.
-Me alejo de él y, al acercarme a mi hermana y primas, comenzamos a conversar sobre temas familiares. Pasado un tiempo, Renzo se aproxima, toma mi mano y me lleva hacia la cocina. Me observa y me pregunta- ¿Te ocurre algo, pitufina?.
-Yo le respondo- No me pasa nada, Renzo. Es mejor que volvamos a la sala.
-Él me contesta-¿Siempre saldrás con tus amigas por la noche?”
-En voz baja y sin ánimo, le respondo- No, Renzo, se canceló.
-Él me toma la mejilla con suavidad; al sentir su tacto, que es delicado, me dice- Sandra, realmente no me gusta verte así, y mucho menos en tu cumpleaños. A las 9 pasaré por ti para ir a una discoteca. No espero una negativa como respuesta, ya que eres más hermosa cuando sonríes.
-Le respondo- No tengo ánimo.
-Me interrumpe- ¿De verdad crees que eso va a cambiar lo que tienes así? Te animo a que demuestres que no te afecta.
-Me quedo reflexionando sobre lo que me dijo. Es mi cumpleaños y no debería empeorar mi día debido a lo que hizo Thyler. Él no vale la pena. Ya me demostró que no me quiere y que es cobarde. Yo seguiré con mi vida. Le digo- Está bien, pasa a buscarme a las 9.
-Él me dio un beso en la mejilla y salimos de la cocina. Con el paso del tiempo, mi familia ya se había ido. Me encontraba en mi habitación, contemplando qué ponerme, aunque en realidad no quería salir, aunque ya que había hecho planes con Renzo y además vendrían Caeli y Gian. Revisé mi ropa, pero no encontraba nada que me agradara hasta que escuché que tocaban la puerta. Dije que podía entrar y Caeli, con una bolsa negra en la mano, entró. La acomodó sobre la cama, abrió la cremallera y sacó un hermoso vestido negro con azul.
Es realmente hermoso, me dice- Con este vestido te verás espectacular. Yo me encargaré de maquillarte para realzar aún más tu belleza, y también he traído tu identificación falsa para que puedas entrar. -Deja las cosas sobre la cama y me pregunta- Dime, ¿qué es lo que te tiene tan triste? Sabes que puedes contar conmigo. Cuéntame, tal vez pueda ayudarte.
-Yo solo puedo observarla; para qué decirle que podría beneficiarme de la situación si eso solo dañaría la relación que ellos tienen. Por eso, le devuelvo una gran sonrisa.le digo- No tengo nada, hermana, solamente estoy muy sensible emocionalmente. Me preocupa el hecho de que no tengo maquillaje, ya sabes que no suelo usarlo.
-Ella movió la cabeza en señal de desaprobación y me dijo- No te preocupes, yo llevaré el mío. Mientras tanto, ve preparándote, porque en un rato vendrán los chicos a buscarnos.
-Ella salió de la habitación y comencé a arreglarme. Luego, ella entró y empezó a maquillarme. Después de varios minutos, terminó. Al mirarme en el espejo, noté que me veía muy diferente y, sinceramente, me sentía hermosa.
- Ella me abraza y me dice- Eres hermosa, hermana. Hoy todos los chicos se quedarán maravillados por ti.
- Solo puedo sonreír. Observando que revisa su reloj, sale corriendo. Tomo mi teléfono y veo varias llamadas y mensajes de Thyler; decido guardarlo en mi cartera. Salgo de la habitación y, al llegar a la recámara, veo que Caeli ya está terminando de vestirse. luce espectacular con ese vestido rojo.
Ambas bajamos, y Gian y Renzo nos están esperando. Gian toma mi mano, me ayuda a bajar el último escalón y me dice- Sandra, te ves realmente hermosa.
-Con cierta pena, le respondo- Gracias.
-Gian me observa y dice- Vaya, prima, hoy lucen encantadora. Seguramente dejarás a más de un chico sin aliento.
-Renzo, sin soltar mi mano, interrumpe con una voz irritante- Es cierto que estás hermosa, ¿verdad, Gian?
-Gian sonríe y, al igual que Caeli, comenzamos a caminar hacia la salida. Después de unos 30 minutos en mi auto, llegamos a la discoteca y nos dirigimos a la sala VIP, donde nos ofrecieron un trago a base de vodka. Todos empezamos a beber. Caeli comenzó a bailar con Gian, mientras yo me quedé sentada al lado de Renzo, quien sostenía su vaso de licor. Él dejó su bebida a un lado y me sirvió un poco a mí. Al probarlo, sentí un leve escozor en la garganta, lo que provocó que tosera. Renzo se rió y me comentó- Bebe despacio, te embriagarás rápido.
-Sin reflexionar previamente, le comenté- No sería una mala idea.