Soy Sandra Mehias mi familia era una de las mas poderosas del país, pero debido a un mal negocio hecho por mi padre quedamos sin nada, mi esposo Fabriccio Berlusconi un poderoso empresario dueño de empresas Berlusconi.
Nuestro matrimonio siempre estuvo cargado de amor, aunque en ocasiones teníamos problemas como en cualquier matrimonio habíamos logrado formar un hogar estable para nuestros hijos: Maria Alejandra de 16 años e Iker de 14 años, ambos la luz de mi vida.
Pero un día todo cambió el cuento de hadas que había creado desapareció y mi matrimonio de 20 años fue marcado por una tragedia. Acompáñame a descubrir secretos ocultos y traiciones que marcaron el fin y el inicio de mi vida
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Capítulo XVI Pago anónimo
Me fui a la cama pensando en el maravilloso día que habíamos pasado el día de hoy, recordar los gestos amables de Marcelo llenaban mi corazón de calidez, una calidez que hacia mucho tiempo no sentía y es que ahora me doy cuenta de que las señales siempre estuvieron ahí, esas señales que te indican que en tu matrimonio las cosas no van bien, si bien era cierto que Francesco siempre llegaba a nuestros aniversarios y se portaba amable; en su rostro no se notaba la felicidad era como si estuviera obligado a estar ahí, pero al ver el rostro iluminado de Marcelo por sentirse agusto estando conmigo me hizo ver la realidad de las cosas. Fui tan tonta, desperdicie toda mi vida al lado de alguien que nunca me quiso. Ahora lo que no me termina de cuadrar es el ¿por qué? ¿que llevo a Francesco a casarse conmigo?, porque por dinero no fue, yo era una muchacha sin recursos financieros y sin nada económico que aportar a esta relación.
Me quede dormida con esas preguntas rondando mi cabeza y creo que nunca tendría la respuesta. A la mañana siguiente fui despertada por la alarma de mi despertador. Un suspiro se escapo de mi al pensar que hoy volvería a ver a Marcelo, pero las dudas se apoderaron de mi: ¿y que tal si la magia del fin de semana se rompía el día de hoy? Existe la posibilidad de que mi jefe solo haya sido amable conmigo por complacer a su hijo, pero en la oficina ya no estaría Andres.
Sacudí esos pensamientos de mi cabeza levantándome para iniciar mi jornada del día. Debido a que no tenía como pagar servidumbre me tocaba a mi preparar el desayuno, así que después de asearme fui a la cocina encontrándome con la sorpresa de que mis hijos ya se encontraban ahí preparándolo. "¿Qué hacen los niños?", pregunté sorprendida.
"Estamos ayudándote con el desayuno, así que ve a alistarte para que vayas al trabajo". Mis hijos estaban listos con sus uniformes, la mesa estaba servida y la cocina arreglada ver eso me alegro el corazón, estaba haciendo un buen trabajo con mis muchachos y eso me llenaba el alma.
Antes de ir a la empresa pasé por el colegio a cancelar la deuda que tenía, estaba algo confundida, ya que mis hijos continuaron yendo y la directora no me había llamado para cancelar. Así que preferí ir ese día para dejar todo arreglado.
Deje a mis hijos para que fueran a sus clases mientras que yo me dirigí a la administración del plantel para ponerme al día. "Buenos días, disculpe vengo a cancelar el mes de colegiatura", salude con amabilidad.
"Buenos días, me indica el nombre del representante". Dijo la encargada con profesionalismo.
Indique mis datos y nombres de mis hijos, me quede esperando a que me dieran el total de la deuda pensando que aún me faltaba pagar los honorarios del abogado y algunas cosas que hacían falta en la casa. 'Definitivamente, tendré que vender esa casa', pensé con nostalgia y es que a pesar de todo en ese lugar crecieron mis hijos.
"Disculpe señora Mehias, pero la colegiatura de sus hijos fue cancelada en su totalidad hasta el final del año", explicó la muchacha de la administración.
"Debe haber un error, pues yo no he cancelado nada. Apenas hoy vengo a saldar el mes en curso". Dije confundida.
"Ya revisé dos veces, señora". insistió la muchacha.
Debía haber un error, porque estaba segura de que ni Beatrix ni su esposo pagarían esta deuda, solo me quedaba Amanda quien había dicho que ella se encargaría de los gastos de mis hijos, pero yo fui clara al decirle que yo resolvería mis problemas. Sin embargo, le hice una llamada para estar segura. "Es muy temprano para que estés llamando, ya te pareces a mi hermano". Respondió Amanda a penas se conectó la llamada.
"Siento interrumpir tus sueños, pero necesito que me aclares una duda. ¿Tú pagaste el colegio de mis hijos?". Pregunté agobiada.
"No, amiga. Pensé ir esta semana a realizar la cancelación de dos meses, pero no he podido ir". Respondió Amanda bostezando. "Por qué preguntas eso?.
"Alguien pagó la deuda en su totalidad hasta finalizar el año y no se quien fue, así que acudí a ti para preguntarte".
"A lo mejor tienes un pretendiente secreto". Comento Amanda riendo. Fue entonces que caí en cuenta que la semana pasada me encontré con Marcelo en el colegio.
Colgué la llamada después de despedirme de Amanda, volví a la taquilla y le pregunté a la joven que estaba atendiendo que cuando se había hecho el pago. Ella muy amablemente me indico la fecha y coincidía con el día en el que me encontré con mi jefe. La muchacha no supo darme razones de quien fue el que pago, ya que lo habían hecho anónimamente. No me iba a quedar con la duda, así que fui a hablar con la directora y ella me dijo que no tenía conocimiento de quien había hecho el pago que todo fue anónimo.
Sin nada más que hacer en el colegio tome mi auto y conduje hasta la empresa, no sabía que hacer, no podía preguntarle directamente a Marcelo sobre esto.
Llegue justo a tiempo a mi lugar de trabajo, aunque mi jefe ya había llegado, respire profundo para entrar a dar los buenos días.
"Buenos días, señor", salude amablemente.
"Buenos días, Sandra. Pensé que ya habíamos superado la etapa de la formalidad". Comento mientras leía unos documentos que tenía en sus manos.
"Solo soy respetuosa, estamos en el trabajo y usted es mi jefe". Respondí sinceramente.
"Te entiendo, pero quedamos en que nos íbamos a conocer y siento que tratándonos con tanta formalidad no llegaremos a ningún lado".
"Tengo que acostumbrarme, ya que usted es mi jefe. Digo porque eres mi jefe".
"Está bien, ahora tenemos mucho trabajo. Por favor trae los bocetos que te pedí con las modificaciones que le agregaste".
Fui a mi escritorio a buscar lo que Marcelo había solicitado, después nos instalamos a trabajar todo el día. La verdad no supe como abordar el tema del pago del colegio así que preferí concentrarme solo en mi trabajo.
Ella tiene q andarse con cuidado, porq una resbalada y lamalvada exsuegra le quita los niños