El amor no siempre es un cuento de adas.
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Rosa
Vamos a la cama mami, dijo Tamara levantando a su madre, Me acerque para ayudarla.
Cuida a mi niña, me dijo su madre.
Si lo haré señora, se lo juro.
Tamara la acostó en la cama, yo espere en el pasillo.
Cuando Tamara salió de la recámara me abrazo.
Gracias por estar aquí, gracias por encontrar la verdad.
Amor yo no hice nada, fue Lina quien dejó todo entre mis papeles, creo que sabía que algo malo le iba a pasar, pero no entiendo si ya sospechaba por qué no pidió protección, yo le hubiera ayudado.
Solo Lina sabe que pasó.
Tamara me acaricio el rostro.
Te amo Nicolas, decía acercando sus labios a los míos.
La bese y la abrazaba con fuerza
Quédate si, no quiero estar sola con mi mamá.
Si amor, yo me quedaré.
Ella me llevo a su habitación.
Este es mi cuarto, puedes quedarte aquí mientras hago la comida.
Prefiero ayudarte, dije mirando su habitación.
Era tan rosa, ella tenía fotos con muchas personas de su universidad, se ve que era una chica popular, tenía muchos amigos. En su cama tenía un borrego, sus sábanas eran de flores rosas.
¿Que piensas?, dijo avergonzada.
Me acerque a ella y la abrace.
Que eres una princesa, dije acariciando su mejilla.
Si era una princesa, mi familia siempre me daba todo lo que yo pedía, por qué era la menor. Pero todo eso cambio cuando Lina murió, me volví invisible, horrible, dijo con tristeza.
Pues para mí no eres invisible y mucho menos horrible, eres la princesa que siempre quise en mi vida, dije sonriendo.
Ella sonrió y la bese.
Me abrazo con fuerza y yo acariciaba su cabello.
Te voy a proteger mi princesa, te prometo que no dejaré que nadie te haga daño.
Serás mi príncipe, dijo sonriendo.
Seré el caballero que cuide de ti mi amor.
Volvimos a besarnos.
De pronto el timbre, sonó.
Ella me miró nerviosa.
Tranquila, yo estoy aquí.
Es que mi papá trae llaves, dijo nerviosa.
Si quieres yo abro la puerta.
No sé, mejor no abrimos.
Volvió a sonar el timbre y ella me abrazo.
Volvió a sonar de nuevo y después dejo de sonar.
Ella me miró asustada.
Por qué mejor no bajamos a preparar la comida, tu madre va a despertar con hambre. Su mamá había tomado un sedante por eso no había escuchado el timbre.
Bajamos, ella preparaba la comida y me decía que hacer.
Cuando terminamos ella lavaba los trastos, no nos dimos cuenta de la hora y escuchamos como la puerta se abría, ella me miró asustada
es mi papá, escondete.
¿Por qué?
Por qué aún no hablo con el, sobre nosotros y si te veo aquí puede que se enoje y no me escuche, por favor.
Muy bien estaré en tu cuarto.
Si corre.
Subí rápido las escaleras y me quedé escondido en su habitación.
No Escuchaba nada, miraba su habitación y miraba su maquillaje, olía su perfume, miraba las fotos que tenía posando en una silla, se miraba tan hermosa. Ella podría ser una gran modelo, dije susurrando.
Me acosté en su cama, Perdoname amiga se que odiarias que estuviera pensando en tu hermana un poco caliente, pero ella es tan hermosa. Y sus besos me encantan.
Tamara entro a la habitación y cerró la puerta.
La miré y se subió encima de mi con una sonrisa.
Nena tus papás, están afuera, dije nervioso.
Ella me beso y sonreía.
Mi papá quiere agradecerte por estar aquí con nosotras, me dijo que cuando llegaba se encontró a Gustavo que le dijo que estuvo tocando pero que nadie le abrió la puerta mi papá le dijo que salimos de compras, que mientras hablaba con el la policía llegó y lo detuvieron, ahorita le está contando a mi mamá en su habitación.
Yo no podía creerlo.
No es increíble, por fin va pagar todo, decía encima de mi.
Acaricie su rostro.
Te vez hermosa cuando sonríes.
Tu me haces feliz, dijo besándome.
Yo comencé acariciar sus piernas, es que sus besos me encendían, ella me besaba con deseo.
Besaba mi cuello.
Tamara basta, dije nervioso.
Ella suspiro y se bajó.
No soy así, pero es que estoy tan feliz y tus besos me ponen algo ... Se quedó callada soplando su rostro con sus manos.
Me levanté y acomode a mi amigo, lo mejor será que me marche. No creo que a tu papá le guste que esté aquí a solas contigo.
Salí de su habitación y cuando bajaba las escaleras su padre me llamo.
Disculpe joven puede esperar.
Me gire y lo mire nervioso.
Disculpe señor yo no quería molestar, ya me voy.
El me extendió la mano.
Le di la mano.
Ya mi esposa me contó todo lo que hizo, muchas gracias.
Solo hice lo correcto.
Tamara estaba parada mirándome avergonzada.
Voy a hablar con mi abogado, para saber si por fin ese hombre está tras las rejas.
Si claro, muchas gracias.
De nada, señor
Dime Jorge.
Claro Jorge, buenas noches.
Tamara bajo rápido y me acompaño a la puerta.
Ella me miró sonrojada.
La abrace.
Ahora que todo esto termine voy a comerte a besos, le dije en su oído. Te deseo también.
Ella me miró asombrada.
Nos besamos con deseo.
Me despedí de ella y me subí al auto.
Llamé a mi abogado, me dijo que iba a investigar.
En el camino no dejaba de pensar en Tamara, sentir sus labios en mi cuello me estaba haciendo perder la cabeza quería hacerle el amor, pero ella no es como las otras mujeres, ella es de las que hace el amor, no tiene solo sexo.
La amo, de eso no tenía duda, quería a esa mujer en mi vida, mientras ella cocinaba, hablaba sobre sus sueños y yo escuchaba cada palabra miraba su rostro, no podía creer que alguien como ella me amara, ella es tan especial, no era como las otras mujeres que siempre me preguntan si se miran bien, que siempre están maquilladas y se visten todo el tiempo elegantes.
Pero Tamara todo el tiempo solo usa labial rosa y mirarla con esos shorts cortos ajustados y un blusón se me hacían la ropa más sexi.