Ecos Del Pasado

El viento ululaba con fuerza, y la tormenta que había amenazado durante todo el día finalmente comenzó a descargar su furia sobre la mansión. Las gotas de lluvia golpeaban las ventanas como pequeñas balas, y el sonido del trueno retumbaba en la distancia, haciéndose eco en los antiguos pasillos.

Emilia había regresado a su habitación después de la revelación en la biblioteca, pero la inquietud no la dejaba en paz. Sus pensamientos giraban en torno a Alessandra Moretti, a la traición que había sufrido, y a la conexión que sentía con esa mujer que nunca había conocido. Sabía que no podría descansar hasta hablar con Dante sobre lo que había descubierto.

Decidida, se levantó de la cama y salió al pasillo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Caminó rápidamente hacia el estudio de Dante, donde esperaba encontrarlo, y tocó la puerta con firmeza.

"Dante, soy yo, Emilia," dijo, su voz apenas audible por encima del ruido de la tormenta.

Hubo un silencio momentáneo antes de que la puerta se abriera. Dante la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. "Emilia, ¿qué haces aquí? Deberías estar descansando."

"No podía," respondió ella, entrando en la habitación antes de que él pudiera detenerla. "Necesito hablar contigo."

Dante cerró la puerta detrás de ella y la observó con atención. "¿Qué es lo que te preocupa?"

Emilia se volvió hacia él, sus ojos llenos de determinación. "Isabella me mostró el retrato de tu abuela, Alessandra. Me contó lo que le pasó."

Dante frunció el ceño, pero no parecía sorprendido. "Sabía que llegaría el momento en que te enterarías. Alessandra fue una figura importante en mi vida, aunque nunca la conocí personalmente. Su historia es un recordatorio constante de los peligros que acechan en las sombras."

"¿Es por eso que me trajiste aquí?" preguntó Emilia, con la voz cargada de emoción. "¿Para protegerme de esas sombras?"

Dante se quedó en silencio por un momento, su mirada fija en la ventana, donde los relámpagos iluminaban la noche. Finalmente, asintió lentamente. "En parte, sí. Pero también porque quiero que entiendas que no estamos solos en esto. Lo que enfrentamos ahora no es algo nuevo; es parte de un ciclo que ha plagado a mi familia durante generaciones."

Emilia sintió un escalofrío recorrer su espalda. "Dante, no quiero que nuestro destino sea el mismo que el de Alessandra. No quiero que el dolor y la traición sean lo que definan nuestra historia."

Dante se acercó a ella, tomando sus manos entre las suyas. "Eso depende de nosotros, Emilia. No estamos condenados a repetir los errores del pasado, pero debemos ser conscientes de ellos. Alessandra sufrió porque confiaba en las personas equivocadas. Debemos ser más inteligentes, más cautelosos."

Emilia asintió, pero había algo más que la preocupaba. "¿Y quiénes son esas personas equivocadas en nuestro caso? ¿A quién debemos temer?"

Dante apretó los labios, como si luchara por encontrar las palabras correctas. "Hay fuerzas en esta casa, en mi familia, que no ven con buenos ojos lo que estamos intentando hacer. Hay quienes preferirían que todo siguiera como siempre, que los matrimonios arreglados y las alianzas de conveniencia continuaran siendo la norma."

"¿Isabella es una de esas personas?" preguntó Emilia, sintiendo una punzada de duda en su pecho.

Dante negó con la cabeza rápidamente. "No, Isabella es leal. Pero hay otros... Mi tío Lorenzo, por ejemplo. Siempre ha tenido sus propias ambiciones, y no le gusta la idea de que su influencia sobre la familia pueda verse disminuida."

Emilia sintió una oleada de miedo. "¿Crees que Lorenzo podría traicionarnos, como lo hicieron con Alessandra?"

Dante la miró fijamente, sus ojos oscuros y serios. "No lo sé, Emilia. Pero no podemos descartar nada. Debemos estar atentos, y debemos confiar el uno en el otro. Si alguna vez sientes que algo no está bien, quiero que me lo digas de inmediato."

Emilia asintió nuevamente, su corazón latiendo con fuerza. "Lo haré, Dante. Prometo que lo haré."

Un trueno sacudió la mansión, haciendo que las luces parpadearan momentáneamente. Dante la miró con intensidad antes de acercarse más y envolverla en un abrazo protector. Emilia sintió que su presencia la reconfortaba, como un ancla en medio de la tormenta que azotaba no solo la mansión, sino también sus vidas.

"Vamos a superar esto, Emilia," susurró Dante en su oído. "No permitiré que la historia se repita."

Emilia cerró los ojos, aferrándose a él con todas sus fuerzas. Sabía que las palabras de Dante eran sinceras, pero también sabía que el camino por delante sería peligroso y lleno de incertidumbre. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, sintió que no estaba sola en esta lucha, y que juntos, podrían enfrentarse a cualquier cosa que el destino les arrojara.

La tormenta continuaba rugiendo afuera, pero dentro de la habitación, rodeada por los brazos de Dante, Emilia sintió una calma que no había experimentado en mucho tiempo. Sabía que la batalla estaba lejos de terminar, pero en ese momento, con Dante a su lado, sintió que podían enfrentar cualquier cosa, incluso las sombras más oscuras de su pasado.