La nobleza de Susan Fontaine era demasiado, tanto que por las relaciones familiares y el bienestar de su padre, ella le propuso casarse a Arturo Lacronte, el Presidente de la Multinacional más importante de la Región y prometido de su hermana, la dulce niña por cariño a su padre le propuso estar casados durante un año y es que una de las razones es que Arturo Lacronte según su madre no puede enojarse con la familia Fontaine de lo contrario sus empresas desaparecerán. El padre de Susan estaba muy enfermo, un infarto lo había dejado en cama, todo por descubrir a su hija mayor envuelta con su amigo que bien podría ser su padre, incluso Gabriela Fontaine se había escapado con su amante tres días antes de su matrimonio con Arturo Lacronte, pero Susan no podía permitir que su padre sufra más, por ende ella llegó a un acuerdo con Arturo Lacronte, por supuesto la familia había ocultado del poderoso hombre la verdadera razón por la cual se convertirá en la noble esposa del Presidente.
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CAPÍTULO 15
— Te llevaré a ver a tu padre - Después de la noche de ayer, hoy Susan se había levantado temprano a hacer ejercicio, el medicamento había hecho un buen trabajo, Arturo se había encerrado en el despacho tal como ocurría antes de que ellos tuvieran intimidad.
— Está bien, te espero afuera - Susan no quería incomodar, sabe que la buena bondad de Arturo quizás sea por el amor a Gabriela después de todo Gabriela siempre ha sido considerada, pero porque no se divorcia de ella.
El ruido del vehículo la sacó de sus pensamientos, la mujer se montó en el carro que tomó dirección con dirección a la Familia Fontaine, Arturo se había ido cuando la joven entró, se encontró con su madre.
— ¡Mamá! - Susan corrió a los brazos de Gema, quien la recibió con el cariño de siempre y como una niña chiquita, Susan se había puesto a llorar.
— ¿Qué ocurre contigo cariño? - Susan se mordió los labios, pero ante la pregunta de su madre la joven había llorado aún más - Vamos al jardín - Gema se llevó a su hija con ella - Ahora si Susan dime que está ocurriendo contigo, porque lloras cuando siempre a pesar de tu nobleza me has demostrado tu fortaleza, cuando te caías y te raspas la rodilla no habías llorado, no lloraste cuando a Gabriela y a ti le iban a poner la vacuna, cuando tu hermana salió corriendo por todo el hospital.
— Mi vida cambio mamá, mi vida cambio con este matrimonio, cuando yo me lancé para la boda con Arturo para evitar que él se agarre con nuestra familia no pensé en las consecuencias que esto podía traer consigo, no pensé en mi hermana, ella desapareció y ni siquiera nos pusimos a averiguar porque desapareció, mi padre tuvo aquel infarto porque quizás él descubrió que algo malo le habían hecho, tú me habías dicho que no podíamos darnos el lujo de que Arturo se enoje con nosotros de lo contrario las empresas por la cual Papá había luchado por tantos años podría desaparecer, aquel trato cambió hace algunos días mamá.
— ¿Te has enamorado de Arturo? - Gema, tenía un brillo especial en su mirada.
— No mamá, pero hemos consumado el matrimonio, y ahora no hermana ha vuelto, ella y Arturo tienen sus encuentros, la Señora Andrea incluso dice que yo he contratado a algunas personas para que hagan desaparecer a mi hermana y usurpar su lugar, pero a todo esto es Arturo quien no me quiere dar el divorcio.
— ¿Le has hablado del divorcio? - Gema acarició el rostro de su hija.
— Divorcio que no piensa aceptar - Fue la respuesta dada por Susan.
— Entonces deja de reflexionar tanto mientras Arturo Lacronte te siga queriendo como su esposa, ni siquiera el regreso de tu hermana puede tumbar aquello, y con Andrea voy a hablar yo misma.
— No mamá, no te permito que hagas eso, no quiero que tu amistad se vea afectada por una discusión - Gema guardó silencio, había algo que la mujer ya no estaba logrando sostener, su corazón pesaba por aquello. Mientras que Susan tuvo que guardarse en sus adentros lo que su suegra le hizo, y según los hombres que contrató por su belleza no fue a terminar en el Barranco, y solamente tomaron la decisión de golpearla, luego había tomado un taxi hasta la Empresa de Arturo que era la más cercana.
— Susan, Mamá— Gabriela había llegado - Mamá, me permites hablar con mi hermana.
— Gabriela - Gema no quería que aquello ocurriera, pero Susan también quería hablar con ella.
— Voy a hablar con mi hermana mamá— Gema, al escuchar las palabras de Susan supo que no podía impedir aquella conversación, la mujer se alejó dejando a sus dos hijas frente a frente.
— Su, creo que tú y yo nos merecemos una buena conversación, de mujer a mujer - Expresó Gabriela.
— Tú eres mi hermana - Fue la respuesta dada por Susan.
— Pero estás casada con el hombre que amo - Los ojos de Gabriela se habían llenado de lágrimas - En el fondo entiendo que lo has hecho todo por papá y por la Empresa, si yo pudiera evitar que tú te sacrifiques ten por seguro que lo haría.
— Es un matrimonio arreglado nada más, a quien Arturo Ama es a ti, supongo que no fue fácil para él aceptar que la mujer que el ama lo abandonó 3 días antes de su boda, papá tuvo aquel infarto, no hubo otra salida.
— No desaparecí porque quise nunca dejaría a Arturo, pero me obligaron, me secuestraron, viví un Infierno al día siguiente de la fecha programada para la boda, me habían soltado, pero me sentí indigna de Arturo, no quise volver, luego me enteré de que te obligaron a casarte con él y después de mucho pensar regrese, he vuelto para que tú seas libre, Arturo me ha demostrado de mil maneras que me ama, incluso lo descubriste en su Oficina, pero no quiere dejarte desprotegida a ti, justamente porque yo se lo pedí.
*Así que no quiere darme el divorcio porque Gabriela no quiere hacerme sufrir* Aquel fue el pensamiento de Susan - Yo no quiero ser el problema entre ustedes, sé perfectamente que ustedes se aman— Fueron las palabras expresadas por Susan en voz alta.
— ¿Darías un paso al costado por mi Susan? - Gabriela tomó de las manos a su hermana, los ojos de ella estaban tristes.
— Por supuesto que si Gabriela, tú eres mi hermana - Susan se sentía un poco mal al pensar que ya estuvo involucrada con Arturo.
— Estoy pensando en darle una cena sorpresa, pero no quiero incomodarte, entonces no quiero hacerlo en dónde tú estás.
— Nunca vas a incomodar Gabriela, puedes hacerlo esta misma noche si quieres yo vendré aquí o iré con Daniela, tú puedes esperarlo en Villa Florida, quiero que seas feliz hermana.
— ¿Estás segura Susan? Arturo y yo nos amamos, pero si tú llegaste a consumar el matrimonio esto ya no tiene caso.
Susan, ante las palabras de su hermana, piso con fuerza el suelo para que Gabriela no descubra que Arturo ya explorado cada parte de su cuerpo.
— Entre Arturo y yo no ha pasado absolutamente nada - Susan quería gritar al mentirle a su hermana, pero su corazón no le permite hacer sentir mal a Gabriela.
- Esta noche le daré una sorpresa en Villa Florida, gracias por esto Susan esperó que encuentres un hombre que te ame tanto como Arturo me ama a mí - Gabriela le había dado un abrazo a su hermana, posteriormente se alejó.
— ¿Qué hiciste qué? - El grito de Daniela estuvo cerca de hacer temblar todo el techo de la casa.
— Iré a dormir contigo porque Arturo y Gabriela tendrán una cita en la Villa - Susan repitió palabra por palabra todo.
— Susan agradece que estás lejos de mí de lo contrario te juro que te arrancaría la cabeza, eres la única esposa que entrega en Bandeja de Plata a su marido, a otra mujer.
— Esa mujer es la que Arturo ama, han cenado en la casa de mi padre hace días, te acuerdas de que lo hemos encontrado en el restaurante, los he encontrado teniendo sexo en su oficina ayer, que quieres que haga ¿qué les sostenga la vela?