Tres amigos, tres historias diferentes. Un solo destino.
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Confesión.
Rodrigo.
Había pasado un mes, el cual se me había hecho muy largo, pues me había pasado trabajando, no solo en las cosas de la hacienda, sino también en los negocios que mi padre dejo, aparte de la hacienda, había un supermercado, un edificio de oficinas de alquiler, acciones en una empresa de artículos ferreteros, esos, entre otros negocios más pequeños.
Como dueño tenía que ocuparme de muchas cosas, de manera que me la pasé toda la semana trabajando arduamente.
— ¿Todo bien? Porque ese suspiró fue bastante pesado.
Mi abuelo se sentó a mi lado, había pasado todos estos días trabajando conmigo hombro a hombro, sin su ayuda, la verdad es que todo hubiese sido muy difícil.
— Quiero ir al pueblo, necesito hablar con Rut.
— ¿Vas a seguir con eso? Rodrigo hijo, tú ya tienes un compromiso con Tiffany, esa chica es una muy buena mujer, así que enfócate en lo que has construido y cuídalo.
— Abuelo, tú sabes que quiero mucho a Tiffany, pero el amor es otra cosa, he tomado todos estos días como un tiempo de reflexión, y he llegado a la conclusión de que siempre estuve enamorado de Rut, pero no podía verlo ni aceptarlo porque existía entré nosotros ese código amistad, pero ahora somos adultos y las cosas son diferentes.
— Honestamente, hijo, no creo que sea así, te estás engañando, pero ya sé que nunca me haces caso, así que como siempre vas a tener que aprender del error.
— Pero abuelo, ¿Por qué siempre eres tan negativo conmigo? Siempre estás cuestionando todo lo que hago, dime, según tú ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Cuál es tu sabio consejo para mí?
— Aunque lo pidas de esa manera tan sarcástica, te lo diré. Lo que tú debes hacer es hacerte responsable de todo lo que le has prometido a Tiffany, le diste palabra de matrimonio, existe un compromiso entre ustedes dos, esa chica dejó su país, su familia y todo lo que conocía por venir aquí contigo, no es justo que ahora simplemente la despaches porque piensas que estás enamorado de Rut. ¿Qué no te dijo ella que ya no siente nada por ti y que está en una relación? Yo mismo averigüé y supe que el novio de esa muchacha es el Chuli, quien también es tu amigo, así que no creo que tú te vayas a meter entre ellos solo porque crees que la quieres. Tú nunca has estado enamorado de Rut, solo es tu egoísmo que te hace creer cosas que no son.
No lo podía creer, ¿el Chuli y Rut? Sentí unos inmensos celos, el abuelo insistía que no era amor lo que sentía, ¿Entonces porque sentía tanta rabia de saberlos juntos? ¿Qué podía darle el Chuli a Rut? Él no era nadie, no tenía nada, ¿Qué le esperaba a ella con alguien así? Definitivamente, no lo iba a aceptar.
— Lo siento mucho abuelo, digas lo que digas, yo sé lo que siento, y aunque ella esté con el Chuli, yo voy a luchar por conquistarla, porque si la amo aunque tú no lo creas.
Dicho eso, me pare y entré en la casa, fui a mi habitación y tomé las llaves para salir, pero justo en la puerta apareció Tiffany, ella tenía los ojos llorosos y me veía con dolor.
— ¿Qué sucede?
— Dímelo en la cara y no seas cobarde. ¿Así que vas a buscarla porque ella es tu gran amor? ¿Y qué hay de mí? ¿Dónde quedó yo? ¿Soy tan insignificante que no merezco siquiera que me tengas algo de consideración? ¿No vale para ti nada mi amor? ¿Por qué eres tan egoísta Rodrigo?
— Tiffany, solo puedo pedirte que me perdones, nunca quise herirte y menos pensé que esto pudiera suceder, eres maravillosa y en verdad te quiero, pero esto de Rut es...
— ¡Basta! No lo digas, creo que es suficiente, yo solo espero que de verdad consigas lo que buscas, porque todas las personas no son como tú, que tiran y recogen a su conveniencia. Por lo poco que he visto de esa chica, ella es alguien con convicciones fuertes, me decepcionará muchísimo si cae en tu red.
Me enojé mucho, quise responder, pero ella se fue, simplemente me dejó allí con la palabra en la boca. Me sentía de mal humor y muy confundido ahora, la mirada de Tiffany, sus cuestionamientos, me habían logrado desestabilizar, ahora me sentía demasiado enredado. Decidí no salir, me encerré en mi habitación y destape una botella de licor, necesitaba escapar de mi realidad.
Rut.
Hacerme novia del Chuli creo que no fue tan buena idea, gracias a eso, ya no lo veo, y cuando nos encontramos, la situación es un poco incómoda, ya que él casi no me habla y pues yo no sé cómo abordar el tema, pero sé que no podemos seguir así, él ha sido mi amigo de toda la vida, y siempre hemos tenido una relación muy fluida y llena de confianza, pero ahora creo que lo eché a perder.
Chuli se la pasa trabajando, me encanta que sea tan responsable y luchador, siempre ocupado en cosas de beneficio y creciendo como persona. Es tan diferente a Rodrigo, Chuli tiene todo lo que me hubiese gustado que tuviera Rodrigo, así sería el hombre perfecto. Quisiera que Rodrigo se pareciera al Chuli en su manera de ser y pensar, sin embargo, no quisiera que el Chuli se pareciera a nadie, pues él es único y especial, y yo lo quiero tanto...
Me detuve un instante y reflexioné, ¿Por qué estaba teniendo este tipo de pensamientos? Se supone que estaba enamorada de Rodrigo, pero ahora resulta que ya no era lo mismo, de hecho, me sentía muy orgullosa de la decisión que había tomado al hacerme novia de Chuli, aunque las cosas estuvieran raras entre los dos ahora. Y lo cierto es que no quería terminar con él.
Ahora yo era maestra de preescolar en la escuela del pueblo, daba clases en las mañanas e iba a la universidad en la tarde, así que a mi casa llegaba en las noches y también pasaba el fin de semana allí, encerrada revisando mis cosas y organizando todo lo de la semana siguiente. Era sábado en la tarde y ya estaba acostumbrada a mi rutina, por eso me pareció raro escuchar la puerta y ver a Chuli allí.
— Hola, ¿y ese milagro que te acordaste de mí?
— Bueno, solo he venido a visitar a mi novia, ¿Cómo estás?
Sus palabras me sorprendieron, pero me dio mucha emoción escucharlo decirlas.
— Yo estoy muy bien y sorprendida, la verdad es que creí que habías olvidado que éramos novios, o peor aún, creí que estabas arrepentido de esto, es que ya casi no te veo y ni hablamos, por eso pensé todo eso.
— Tienes razón y de verdad me disculpó, es que no sabía cómo actuar, y me resultaba algo incómoda la situación, pero ya me hice consciente de todo y estoy aquí para corregirlo.
— ¿Eso significa que?
— Significa que tenemos que hablar, o sea, aclarar un par de cosas.
— Está bien, vamos a la sala y hablamos.
— Espera, aún no nos hemos saludado correctamente.
Él dijo eso y me sorprendió, pues eso era nuevo, pero casi me desmayo cuando se me acercó y dejó un beso en mi mejilla, luego me paso un ramo de flores con una caja de chocolates.
— Para ti con todo mi cariño. Novia mía.
Juro que mi corazón se me iba a salir, ¿Qué era esto? Me quedé inmóvil y enmudecida, mientras que él me miraba a los ojos, había un no sé qué en su mirada que me hipnotizo. Recibí las flores y los chocolates, y él seguía allí, cerquita, mirándome a los ojos, sentí que me temblaban las piernas.
— Rut, ¿De verdad quieres ser mi novia? Me refiero a que si quieres que tengamos una relación de verdad. Que si esto no es solo una pantalla para alejar a Rodrigo. Porque yo sí quiero que seas mi novia, yo te quiero de verdad, no quisiera que estuvieras con Rodrigo, porque sé que él no te quiere ni te merece, tal vez yo tampoco sea tan bueno y tampoco te merezca, pero te prometo que haré todo lo posible por ser un buen hombre para ti, para hacerte feliz, y también te prometo que jamás habrá en mi vida otra mujer que no seas tú, porque ninguna otra me importa tanto como tú.
Lo escuchaba y creía que era un sueño, jamás imaginé siquiera ver o escuchar al Chuli diciendo esas cosas, y menos a mí. No sabía que hacer o responder, esto me había tomado por sorpresa, pero me hacía feliz, me sentía muy bien al saber que él de verdad me quería.
— ¿Que dices?
Busque el valor de articular las palabras, así que aproveche la mesita que tenía cerca y puse allí las flores y los chocolates, luego me enfoque en el chico que tenía en frente.