En esta nueva vida, dejaré una huella.
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Favor
Cuando me encontré con el resto de las muchachas, todas estaban con una cara de cansancio y resaca.
- Aurora, ¿estás bien? Te fue muy mal con el duque.
- Si estoy castigada, pero no me corrió. Aunque estoy amenazada y con compromiso de portarme bien. Es como arresto domiciliario.
- ¿Viste a Rose?
- No, recién salí de la oficina del duque, comeré algo, e iré a buscar al joven Cris. ¿Pero por qué esas caras?
- No es bueno que te metas en problemas.
- Entiendo, [eso es como decirme que me meta, rayos, moriré por chismosa] Rose, recién, me preguntaban... ¿Qué le pasó a tu rostro? ¿Quién fue?
- No es nada, por favor, déjalo así.
- Rose, nadie puede levantarte la mano y dejarte la cara así.
- Fue mi culpa, estoy en la mansión para enseñar etiqueta, no para emborracharme.
- ¿Qué? ¡Red flag! Eres una excelente maestra, bella, amorosa, distinguida, elegante, tú no cambias por disfrutar una noche con tus amigas.
- ¿red que? Aurora, no somos tan valientes como tú. Eres la única que le responde al duque y no tiembla ante él o agacha su mirada, no tienes miedo de hablarle a tus padres y tus hermanos te aman. No todas tenemos esa suerte.
- Esto lo resolveremos juntas.
- No es necesario, para mí sabiendo que todas ustedes están preocupadas y que me aprecian es suficiente. Ahora iré a buscar unos libros a la biblioteca, no me esperen para la cena.
- Marta, dime quien la golpeó.
- Fue su hermano, él es guardia y vio como otros soldados las miraban bailar y por lo ebria que estaba.
- Entiendo hasta cierto punto su enojo, pero nada, nada, justifica la violencia.
- Aurora recuerda que si te metes en problemas estarás fuera de la mansión.
- Lo sé. Pero me conoces hace solo unos meses y sabes que no me quedaré tranquila.
Me devolví hacia la mansión del duque.
- Por favor le puede decir al señor que necesito que me reciba, será rápido.
- ...
- Dice el duque que puede pasar.
...
¿Qué necesita Lady Aurora? No fui claro hace un rato.
- Si lo fue señor. Pero necesito un favor.
- ¿Un favor? No creo que está en la mejor posición para pedir favores.
[Ahora debo apelar a su ego y a su inteligencia, veamos cuanto he aprendido de Franz]
- Señor, si bien hemos tenido algunas diferencias, lo considero un hombre justo e integro, un protector de los débiles y un ejemplo para las nuevas generaciones [muy bien parece que está resultando] Por eso necesito su ayuda y humildemente necesito su consejo.
[creo que esta mujer está aprendiendo]
Hable, que quiere.
- Una amiga, fue golpeada en el rostro por su hermano, ambos son trabajadores del ducado y no sé cómo ayudarla.
- ...
- Considero que es injusto señor.
- Bueno, Lady Aurora, eso es una disputa familiar, no podemos interceder.
- Pero puede hablar con sus hombres para que no se vuelva a repetir. Usted es un ejemplo para ellos, lo que usted les enseñe eso harán, sus acciones son el reflejo de este ducado [directo en tu ego y en el orgullo].
- Veré que puedo hacer.
- Pero, señor si usted lo regaña directamente él puede tomar represalias y eso sería peor para ella.
- Descuide, su amiga no tendrá problemas, pero debe saber que... me deberá un favor y se lo cobraré algún día.
- ¿Deberle un favor?
- Así es.
- Está bien señor, si usted soluciona todo y mi amiga no vuelve a ser golpeada, ni ninguna mujer de la mansión, yo le doy mi palabra que cumpliré con lo que sea [dinero imposible, él es muy rico... algo sexual, jamás, él es muy recatado y me odia...]
[Te tengo en mis manos mujer]
muy bien. ¿Algo más?
- No señor nada más. Muchas gracias, que tenga lindo día.
...
[Muy bien ya sé manejarla/o] pensaron al mismo tiempo el duque y la enfermera en entrenamiento.
...
Tres días después, el mayordomo llamó a todos los empleados al salón.
- Buenas tardes a todos, los he llamado para entregar dos noticias.
Primero, cualquier agresión física o verbal entre funcionarios de la mansión será considerada una agresión directa al duque, ya que todos somos el reflejo directo del ducado.
Segundo, por la boda del joven Cristian y la señorita Marta, recibirán un bono adicional en su sueldo al final del mes, además que se podrá usar el segundo patio para la recepción.
Todas las personas que trabajamos en el ducado nos alegramos por las noticias, pero en mi mente sentía que había firmado un tratado con el mismísimo demonio.
[¡ay Aurora en que te metiste!]