Trust Me 2

Los días siguientes al compromiso de Jacob y Sam estuvieron llenos de emoción y planificación. Habían decidido que querían una boda íntima y significativa, donde pudieran celebrar su amor rodeados de sus familiares y amigos más cercanos. Mientras tanto, la vida cotidiana continuaba, pero ahora con una sensación renovada de alegría y anticipación.

Jacob y Sam pasaron muchas tardes y fines de semana buscando lugares para la ceremonia y la recepción. Querían algo que reflejara su estilo y personalidad, pero también que fuera acogedor y especial para sus invitados.

Finalmente, encontraron un jardín botánico que les robó el corazón. Era un lugar pintoresco, con amplios jardines, caminos serpenteantes y una pequeña capilla rodeada de flores coloridas. El lugar ofrecía la combinación perfecta de belleza natural y privacidad, justo lo que habían imaginado.

Una vez que reservaron el lugar, comenzaron a organizar todos los detalles. Sam se encargó de las invitaciones, diseñándolas con un estilo elegante y personalizado. Jacob ayudó con la selección del menú y la música, asegurándose de que cada aspecto de la boda fuera cuidadosamente planeado y ejecutado.

Entre reuniones con proveedores, Jacob y Sam también encontraron tiempo para relajarse juntos. Salían a cenar, paseaban por el parque, o simplemente se quedaban en casa viendo películas, disfrutando de la tranquilidad de su relación y la emoción por lo que el futuro les deparaba.

Una tarde soleada, decidieron tomarse un descanso de los preparativos y fueron a caminar por el mismo parque donde habían compartido momentos de paz y fortaleza. Mientras caminaban de la mano, Jacob reflexionó sobre todo lo que habían pasado juntos.

—¿Puedes creer que pronto estaremos casados? —dijo Jacob, mirando a Sam con una sonrisa.

Sam apretó la mano de Jacob con cariño.

—A veces parece un sueño. Pero estoy emocionado por empezar esta nueva etapa juntos.

Jacob asintió, sintiéndose lleno de gratitud y amor por Sam.

—Eres increíble, sabes. Siempre has estado ahí para mí, en los buenos y en los malos momentos. No podría haber pedido un mejor compañero de vida.

Sam lo miró con ternura.

—Y tú, Jacob, has sido mi roca. Has superado tantas cosas y siempre has salido más fuerte. Estoy tan orgulloso de ti y de todo lo que hemos logrado juntos.

Los dos se detuvieron bajo un árbol frondoso y se abrazaron, disfrutando del calor del sol y la cercanía el uno del otro.

—No importa lo que nos depare el futuro —dijo Jacob en voz baja—. Sé que con tu amor y apoyo, podemos superar cualquier desafío.

Sam sonrió y besó suavemente la frente de Jacob.

—Así es como me siento yo también, Jacob. Estamos juntos en esto, para siempre.

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Jacob miró el anillo en su dedo y sonrió. Sabía que el camino hacia el matrimonio sería emocionante y desafiante, pero también sabía que con Sam a su lado, todo sería posible.

Cerró los ojos, sintiendo una profunda paz en su corazón. El amor que compartían era la fuerza que los unía, y juntos, estaban listos para enfrentar el futuro con valentía y alegría.