Historia secundaria de "El CEO odia a los Omegas".
Jacob y Edric se conocen en la boda de sus mejores amigos, donde empieza su historia juntos, llena de juegos, pasión y deseo.
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La frustración del deseo
POV Edric
Después de aquel desayuno, algo en Jacob cambió, lo sentí en su mirada, en la forma en que evitaba encontrarse conmigo. Al principio, no pensé mucho en ello, asumí que necesitaba un poco de espacio, que tal vez estaba abrumado por lo que había pasado entre nosotros, pero conforme pasaban los días, me di cuenta de que la distancia no era temporal.
Mis llamadas quedaron sin respuesta, mis mensajes sin leer. Intenté buscarlo en su trabajo, pero era como si se esfumara antes de que yo llegara. Era frustrante, como si pudiera predecir cada uno de mis movimientos y siempre lograra esquivarme. La situación empezó a agotar mi paciencia y a encender mi ira.
Me preguntaba por qué me estaba evitando o qué había hecho mal. Estaba molesto, sí, pero más que nada, estaba confundido. Habíamos compartido algo especial, algo que creí que ambos disfrutamos, pero no entendía por qué ese repentino cambio.
Una tarde después de mi enésimo intento fallido de hablar con Jacob, me desplomé en el sofá de mi habitación de hotel. Miré el techo tratando de entender lo que había salido mal. Recordé el desayuno, cómo nos habíamos despertado juntos, cómo lo había abrazado con ternura. Todo parecía estar bien hasta que le dije que éramos amigos con derechos, en ese momento, había notado una sombra pasar por sus ojos, pero no pensé que fuera tan grave.
Mis pensamientos eran un torbellino de emociones. No podía creer que Jacob me estuviera evitando tan deliberadamente. Cada intento de contacto fallido me hacía sentir más impotente y frustrado.
La verdad era que lo extrañaba, extrañaba su risa, su ingenio, la forma en que me miraba cuando pensaba que no estaba mirando. Había algo en él que me hacía querer estar cerca, que me hacía desear más, pero ahora, parecía que ese deseo no era suficiente.
El tiempo pasaba y la situación no mejoraba. Cada día que Jacob me evitaba, mi frustración crecía. Empecé a preguntarme si había algo más, algo que no estaba viendo, pero sin una conversación, sin una oportunidad para hablar, no podía saberlo.
Me sentía impotente, como si estuviera atrapado en una pesadilla de la que no podía despertar. Quería entenderlo, quería arreglarlo, pero Jacob no me daba la oportunidad, y esa falta de cierre me estaba volviendo loco.
Así que ahí me la pasaba, sentado en mi habitación de hotel, mirando el teléfono, esperando una señal, cualquier señal de Jacob, pero en el fondo sabía que la única manera de avanzar era confrontarlo, encontrar la manera de romper ese ciclo de silencio y distancia, solo entonces podría entender por qué me estaba evitando, y tal vez, encontrar la manera de arreglar las cosas entre nosotros.
A pesar de que encontré algo de determinación en seguir adelante, las noches se volvieron más solitarias. Mis encuentros sexuales casuales con otros omegas y betas ya no tenían el mismo sabor. Por más que intentaba convencerme de que solo necesitaba a Jacob como compañero sexual y amigo, no podía ignorar el vacío que dejaba su ausencia en mi vida.
Cada vez que me encontraba con alguien nuevo, esperaba que pudiera llenar el espacio que Jacob dejó en mi corazón, pero ninguno lograba hacerlo. Mis intentos por desvincularme emocionalmente de Jacob solo me llevaban a desearlo más. Quería que él estuviera ahí, compartiendo la cama conmigo, riendo juntos, disfrutando de la intimidad que una vez compartimos.
Intenté convencerme de que mis sentimientos por Jacob no eran más complejos que eso, que solo lo veía como un amigo con derechos y nada más, pero cada vez que pensaba en él, en sus ojos, en su sonrisa contagiosa, sabía que estaba mintiéndome a mí mismo.
A medida que los días pasaban, me di cuenta de que no podía seguir fingiendo que Jacob no significaba nada para mí. Lo extrañaba más de lo que estaba dispuesto a admitir, y aunque intentaba mantener ocupado con otros, siempre volvía a él en mis pensamientos.
Después de reflexionar sobre mi situación con Jacob, me di cuenta de algo crucial, desde que lo conocí, nunca sentí la necesidad de buscar a alguien más. Ningún otro omega o beta había capturado mi atención de la manera en que Jacob lo hizo.
Decidí dejar de evadir el problema y enfrentarlo de frente, así que una tarde, después de mucho pensarlo, me encontré esperando fuera del edificio donde estaba su apartamento. Sabía que podía parecer desesperado, pero estaba dispuesto a correr el riesgo si eso significaba tener la oportunidad de hablar con Jacob.
Esperé pacientemente, observando a las personas que pasaban, con la esperanza de que Jacob apareciera pronto. Cada minuto que pasaba aumentaba mi ansiedad, pero estaba decidido.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, vi a Jacob llegar a su edificio.
Ojalá y se ponga las pilas Jacob ❤️🔥☺️