Stalker

...Lo único que nos ata a nuestra humanidad, es el tiempo, que traza una línea inclemente entre nuestro inicio y nuestro fin....

— Estamos llegando, oye, despierta — Dije a la chica en el asiento trasero.

— ¿Hmmm? Ah... Sí... — Despertó con cierta dificultad.

— Vamos a buscar algún sitio donde podamos comer.

— Dios, sí, muero de hambre.

Sonreí y aceleré, mientras entraba a la ciudad.

08:33 A.M

No voy a decir que no dormí bien, pero tampoco voy a dejar que crean que pasó todo lo que se imaginan.

Dormí con Mónica, pero creo que a ninguno de los dos la mente nos daba para nada más que sólo dormir.

La lluvia siguió cayendo durante toda la noche. Simplemente hablamos, hablamos de todo lo que podía estar pasando, pero al poco tiempo Mónica empezó a pestañear de sueño.

Simplemente se recostó en mi pecho y se fué quedando dormida. Yo me sentí verdaderamente cómodo, su presencia era reconfortante de algún modo, y la lluvia me calmaba, contrario a ella, que tenía espasmos en cada trueno.

Lentamente me fuí quedando dormido, y sin nada más, llegó el día siguiente.

— Levi... Buenos días...

Mónica se levantó de mi pecho y se frotó los ojos. Los rayos del sol entraban por la ventana y me pegaban directo en la cara.

— Hola... — Dije recobrando la consciencia.

— Hola...

Nos miramos por un momento. El sol iluminaba los ojos de Mónica, atravesando su cabello.

— ¿Dormiste bien? — Dije mientras me sentaba en la cama.

— Sí, ¿Que tal tú?

— Sí. Sorprendentemente dormí bastante bien — Dije mientras me pasaba las manos por la cara.

— ¿Buenos días, entonces?

— Buenos días.

9:07 A.M

Una vez despiertos, fuí a asearme, y luego Mónica, quien se quedó dando vueltas en la cama un rato más.

Estar con Mónica era un respiro entre la locura, pero... A mi mente volvía toda la locura por la que habíamos pasado la noche anterior, y eso no me dejaba pensar bien.

— ¿Comes de todo, Levi?

— Sí, ¿Por qué?

— Pues, te haré el desayuno — Dijo apartando la mirada.

— Ah... Pues... Gracias Mónica.

Realmente no conocía nada a Mónica, ella parecía esforzarse en establecer un vínculo entre nosotros, era una persona como yo, indefensa ante todas las cosas que le ocurrían.

Hizo pan, huevos y café, un desayuno normal, de no ser porque le colocó hielos y crema batida a su café. No me malinterpreten, sé que hay gente que toma el café frío, pero realmente no pensé que a alguien le gustara el café frío y con crema batida.

— Oye — Decía con la boca llena — No me juzgues, en serio está rico, tienes que probarlo.

— No gracias, paso esta vez — Sonreí con cierta preocupación.

— Aburrido — Me sacó la lengua.

Sonreí y comí el desayuno, estaba realmente rico, me había acostumbrado a comer en la calle más que en casa.

10:00 A.M

Luego de dejar a Reno en mi habitación, fuimos a la universidad.

En la clase nos sentamos uno al lado del otro y Mónica me escribía por mensajes.

— Averigüé por servicios de seguridad para la casa y uno de ellos dijo que iba a poder realizar hoy mismo la instalación, así que haré eso al salir de la universidad.

— Bien, me parece lo mejor, ¿también vas a colocar cámaras?

— Sí, por toda la casa y también afuera en los postes y en la entrada.

— ¿Estás segura que puedes costear todo eso?

— Sí, no te preocupes, mis padres estuvieron de acuerdo con todo.

Los padres de Mónica eran personas con mucho dinero, aunque ella parecía una chica sencilla, resultaba ser que su padre era el supervisor de una planta petrolera, y su madre una cirujano famosa, así que a pesar de que no le dedicaban mucho tiempo, sí que la complacían en todo. Es curioso pensar que la casa donde decidió vivir era tan pequeña y sencilla, pero segun me dijo, quería tener méritos propios. Creo que es algo admirable, aún así contaba con muchas ventajas que le facilitaban la vida.

— Entiendo, entonces, ¿Estarás bien?

— Sí, Levi, gracias por quedarte. Aunque eso no quiere decir que no volverás a ir, ¿Verdad?

— Ja, ja, ya veremos, Mónica.

Realmente me sentía preocupado por todo lo que estaba ocurriendo, pero capaz y era algún tipo de broma pesada, después de todo, sí había gente que se divertía haciendo ese tipo de cosas. Pensé que, con todo lo que Mónica estaba haciendo por colocar medidas de seguridad, eso sería suficiente para detener al bromista.

4:00 P.M

Salimos de la universidad y los gemelos nos extendieron una invitación.

— Así es amigos, estaremos de cumpleaños, queremos invitarlos, queremos que vayan y se diviertan con nosotros, y así aprovechamos de presentarles a algunos amigos.

— ¿¡De verdad!? ¡Gracias! ¡Claro que quiero ir! ¿Qué dices Levi? Será muy bueno ir a una fiesta luego de todo.

Parecía como si a Mónica en un instante se le hubiera olvidado todo, y no sabía si eso era bueno o malo.

— Bueno, ¿Cuándo es? — Pregunté.

— Es hoy, más tarde, luego de las 11 — Contestó Enzo.

— Vamos Leviii — Decía tirando de mi brazo — Vamos, que los gemelos están de cumpleañossss — Mónica parecía entusiasmada.

— Claro, claro, sí, estoy de acuerdo, iré.

Realmente no me parecía mal, Mónica tenía razón, había que ir dejando de lado todo este asunto, entre más atención le diéramos, peor aún sería, y definitivamente no valía la pena, no teníamos ninguna pista, hubiera sido sólo correr en círculos.

— Pues, entonces a esa hora nos vemos, amigos.

— Sí, nos vemos, seguro se llevarán bien con todos, no se preocupen por eso.

Ambos gemelos se despidieron, y Mónica hizo lo mismo. Todos volvimos a nuestras casas.

Llegué limpiando mi habitación y Reno pareció extrañar su cama, pues cuando me fuí a la universidad se acostó a dormir y al volver seguía durmiendo.

Me acerqué a acariciarlo y empezó a sonar mi teléfono.

Era Mónica, me dijo que ya el sistema de seguridad había sido instalado.

Bueno, eso era sin duda un alivio.

11:14 P.M

Estaba llegando a la casa de los gemelos, definitivamente nunca aprendí a usar maps, así que estaba algo perdido, pero luego de un rato, llegué a la entrada de una gran casa, definitivamente era ahí.

Las luces de colores se veían atravesando las ventanas y la música se escuchaba desde lejos.

Al verme, los gemelos saludaron y me pidieron que estacionara en la parte trasera, así que eso hice.

Al entrar, me recibieron con un vaso de alguna bebida extraña y mucho ruido.

— ¡Sí amigo! ¡Que bueno que pudiste venir! — Dijo Elio saludándome — Por ahí Mónica llegó hace rato también, ven, vamos, ¡te voy a presentar con unos amigos!

La casa estaba repleta de gente, Elio me presentó con mucha gente que definitivamente no recuerdo y todo el mundo estaba disfrutando el momento. Al final, terminamos jugando algún juego extraño de tragos.

Sentados al rededor de una mesa llena de shots de tequila, cada quien tenía que adivinar cosas que los demás hubieran hecho, el que hubiera hecho lo que el otro decía, tenía que tomar.

— ¡Yo nunca he usado ropa interior de mujer! — Dijo Elio viendo a todos.

Mónica y una chica que era amiga de los gemelos tomaron, y... Enzo también.

— ¿QUEEEEEEEEEE? — Se escuchó al unísono.

— ¡Oigan, no pueden juzgarme! — Empezó a defenderse Enzo — ¡Pero si le dicen una palabra a mi novia los mato!

— ¿Enzo, tienes novia? — Pregunté.

— ¡Sí amigo! De hecho debe estar por llegar — Contestó este.

— ¡Vayaaaa! ¿Quién será la desafortunada? — Repuso Mónica mientras tomaba de su cerveza.

— De hecho, creo que hablan de mí.

Una voz muy familiar habló tras de mí, y el sonido de unos tacones me hizo voltear de inmediato. Sí, sus ojos azules eran inconfundibles.

— ¿Gianni?

— ¿Levi?

— ¿¡QUEEEEEEEEEE!? — Se volvió a escuchar al unísono.

— Amigo, ¿Ya conocías a mi novia? — Preguntó Enzo extrañado.

— Oh, ahm... — Visiblemente nerviosa, Gianni evadió la pregunta — Creo que hace poco Levi estuvo en el despacho de mi jefe.

— Sí, entiendo amigo — Dijo Enzo.

— Claro, eso mismo — Dije y bebí de mi cerveza.

Gianni se acercó y besó a Enzo. El mundo sí que era pequeño. Pero lo ví como algo normal.

Lástima que cuando las cosas parecen ir normal, todo siempre se va a la mierda.