Un hombre que es muy poderoso y dueño de todo un imperio tendrá que lidiar con una mujer que al principio le parecía la espía o enemiga sin saber que pronto se enamoraría de ella.
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Capítulo:3 Tejiendo Intrigas
La mansión Calderón estaba en pleno bullicio. Los sirvientes se movían de un lado a otro, preparando todo para una cena importante que Alejandro había organizado con sus principales aliados. En la cocina, los chefs trabajaban frenéticamente, mientras los guardias patrullaban los terrenos, atentos a cualquier señal de peligro.
Isabella, desde su nueva posición en la organización, observaba con atención cada detalle. Había logrado ganarse la confianza de Alejandro, pero sabía que el verdadero desafío estaba por venir. Necesitaba mantener su fachada impecable mientras tejía sus intrigas en las sombras.
Esa tarde, Alejandro la convocó a su despacho. La habitación, decorada con muebles de madera oscura y obras de arte caras, irradiaba poder y opulencia. Alejandro estaba de pie junto a la ventana, mirando pensativo el jardín.
"Isabella," dijo sin volverse, "esta noche será crucial. Necesito que estés a mi lado y que observes a todos con atención. Cualquier señal de deslealtad, cualquier gesto sospechoso, quiero que lo informes de inmediato."
Isabella asintió, su rostro mostrando una mezcla de determinación y sumisión. "Claro, señor Calderón. No le defraudaré."
Alejandro se volvió para mirarla, sus ojos grises penetrantes. "Lo sé. Has demostrado ser valiosa, pero recuerda que en este juego no hay lugar para errores."
Esa noche, los invitados comenzaron a llegar uno tras otro. Capos de diferentes partes de la ciudad, todos reunidos bajo un mismo techo, compartiendo una tregua temporal en honor a Alejandro. La tensión en el aire era palpable, cada conversación cargada de significados ocultos y promesas veladas.
Isabella, vestida con un elegante vestido negro, se movía entre los invitados, observando y escuchando. Sabía que muchos la veían con sospecha, una recién llegada a la que aún no conocían del todo. Pero también sabía que su belleza y su inteligencia eran sus mejores armas.
Durante la cena, Alejandro se levantó para hacer un brindis. "Esta noche celebramos nuestra unidad y fortaleza. Sabemos que en estos tiempos difíciles, la lealtad y la confianza son esenciales. Quiero agradecerles a todos por su apoyo continuo y recordarles que juntos somos invencibles."
Los invitados levantaron sus copas, aunque Isabella no pudo evitar notar la frialdad en algunos rostros. Sabía que muchos de ellos estaban esperando el momento adecuado para hacer su jugada.
Después de la cena, los invitados se dispersaron en pequeños grupos, conversando en susurros. Isabella se dirigió a la biblioteca, donde encontró a Mateo hablando en voz baja con un hombre que no reconocía. Se acercó discretamente, intentando captar su conversación.
"...la situación es delicada. Alejandro está vigilando a todos, pero no podemos esperar más," decía el desconocido.
Mateo asintió. "Lo sé, pero necesitamos ser cuidadosos. Un movimiento en falso y todo se derrumbará."
Isabella sintió un escalofrío. Sabía que había más en juego de lo que aparentaba. Decidió retirarse antes de ser descubierta y volvió a la sala principal, donde Alejandro la esperaba.
"¿Qué has descubierto?" preguntó en voz baja.
"Hay tensiones, como esperaba. Pero también algo más. Mateo estaba hablando con alguien que no reconocí. Parecía preocupado," informó Isabella.
Alejandro frunció el ceño, su mente trabajando rápidamente. "Mateo siempre ha sido leal, pero no podemos permitirnos ninguna distracción. Mantén tus ojos abiertos."
La noche avanzó lentamente, y los invitados comenzaron a despedirse uno tras otro. Isabella, exhausta pero alerta, observaba cómo la mansión se iba vaciando. Alejandro la llamó una vez más a su despacho.
"Has hecho un buen trabajo, Isabella. Pero necesito que sigas investigando. Hay demasiadas incógnitas y no podemos permitirnos sorpresas," dijo Alejandro, su voz firme.
Isabella asintió. "Haré lo que sea necesario."
Alejandro la miró fijamente, su expresión impenetrable. "Recuerda, Isabella. En este mundo, la confianza se gana con sangre y sudor. No olvides cuál es tu lugar."
Esa noche, mientras Isabella se preparaba para dormir, sus pensamientos estaban llenos de intrigas y sospechas. Sabía que cada paso que daba la acercaba más a su venganza, pero también la llevaba más profundo en un mundo de peligros y traiciones.
Pero ella estaba lista. Había jurado destruir a Alejandro Calderón y nada la detendría, ni siquiera las sombras del pasado que amenazaban con consumirla.