Karina es una chica alegre que le apasiona la literatura y esta a a punto de graduarse la universidad, ademas de casarse con quien creía que era el amor de su vida.
Leonarod es un exitoso empresario quien esta comprometido con Sara Amelia desde joven por sus padres.
Dos personas totalmente desconocidas, con vidas distintas y planes diferentes que parecian no tener nada en comun, pero al parecer destino tenia otros planes para ellos.
-¿Quien es esa mujer con un vestido de novia mojada por la lluvia en medio de la nada?- Se pregunta Leonardo cautivado por su belleza
Dejandose llevar por el deseo, se entregan el uno al otro, pero ella confundida y con muchas dudas huye sin saber que los planes para su vida cambiaron... y 6 años después debe regresar a su hogar y sin esperarlo él pasado la puerta de su corazón volvio a tocar.
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Capitulo 11
—Mi amor… ¿Qué tal me veo? –Pregunta acercándose de manera lenta y sonriendo coquetamente
—Ammm ¿Cómo entraste Amelia? –No te pregunte eso mi vida… Pregunte ¿Cómo me veo?—Atacó de nuevo
—Te ves bien, como siempre… Ahora responde ¿Cómo entraste?
—Tengo mis maneras… Pero eso no importa, tarde o temprano seremos marido y mujer, asi que cuanto antes venga mejor.
—Amelia, por favor abrígate, esta es época fría y puedes pescar un resfriado. Señora Home –Digo llamando a mi nana, quien es quien cocina y cuida.
—Dígame Joven Leonardo ¿En qué le puedo ayudar? –Por;favor lleva a Amelia a una de las habitaciones de invitados y dale ropa
adecuada. Saldré a comer afuera y de ahí iré directo a la empresa.
—Espera ¿Acaso me estas evitando? –Pregunta Amelia enojada
—Piensas demasiado, no es nada de eso, es que… amo trabajar. Ten un buen día y gracias señora Home, nos vemos.
Me cambié lo más rápido que pude con ropa deportiva ya que eran las seis y Salí rumbo al gimnasio, estuve ahí una hora y luego me
dirigí a la empresa en mi asesor personal para ir a mi oficina donde tengo un área exclusiva para cambiarme y algunos trajes. Luego entra el señor Osmán con un café en sus manos.
—Joven Leonardo, aquí está su café de la mañana, por cierto hoy llego bien temprano
—Sí, logre escapar rápido
—¿Escapar? –Si, nada importante. Por cierto mañana líbrame la tarde, necesito hablar con mi madre para colocarle fin a el compromiso.
Un ruido en la puerta hace que voltee y ahí estaba ella, Karina con una ropa mucho mas ligera y comoda que la de ayer, y con la misma sonrisa.
—Señorita Spencer bienvenida- Dice el señor Osman
—Muchas gracias señor Ross—Ay nada de formalidades. Dime Osmán, ese es mi nombre
—Muy bien señor osman, es un placer- Dice estrechando su mano. Increible, en menos de dos minutos ya sobro en el lugar
—ujum—Carraspeo y ambos voltean hacia mí
—Señorita Spencer, hice algunos cambios en su oficina, el señor Osman le indicara donde
es su lugar de trabajo y en lo que se debe enfocar.
—Por supuesto, muchas gracias presidente Harper… Dice y salió nerviosa mientras yo me coloqué a revisar algunos documentos y de la nada escuché un bullicio que no de dejó concentrar... Así que me dirigí donde estaba el ruido y en el pasillo hay una empleada agarrando del cabello a otra y para mi sorpresa es Karina, una loca la tiene del cabello y Karina trata de zafarse.
No pensé en nada y me abrí paso entre las personas para llegar a ellas y sin mediar palabra agarré del cabello a la mujer que está mechoneando a Karina lo que hace que se escuche un chillido por todo el lugar.
—Ay, suéltame desgraciado—Cuida tu lengua conmigo –Digo frio y ella palidece al ver que soy yo.
—Suelta a la señorita Spencer ahora mismo— Ella a regañadientes la suelta sosteniéndose su rostro y veo que en la comisura de sus labios hay una marca de sangre y Karina no levanta su rostro, ¿Qué habrá pasado?
—Lo preguntaré una vez. ¿Qué sucedió aquí? –Digo pero hay un absoluto silencio en el lugar.
—A excepción de las dos involucradas, todos regresen a su trabajo. Ustedes dos síganme— Todos se dispersan y yo me dirijo con Karina y la otra mujer a mi oficina. Llegué a sentarme en mi oficina y ellas iban detrás de mí.
Karina no ha dicho nada y en su mirada y mandíbula marcada puedo ver que está
muy enojada… En cambio la otra mujer está enojada pero tienen un aire de fastidio y orgullo.
—Bien, al parecer ustedes se conocen pero yo no. Señorita ¿Cómo se llama? –Pregunto a la mujer al lado de Karina- Me llamo Thanía Spencer
—¿Spencer? ¿Son familia? — Desafortunadamente si señor
Se agarraron así y son familia… al parecer es peor de lo que creí.
—¿Señorita Karina que sucedió?—Presidente Harper lamento lo sucedido, soy consciente de que cree problemas el primer día de trabajo y deje que mis emociones me controlaran por un momento. No volverá a suceder
—Lo ve señor Harper, es todo culpa de mi querida prima pero es solo porque es inexperta y no comprende muchas cosas no la culpe por favor— Dice Thania con una sonrisa coqueta agachándose un poco al escritorio.
—No se preocupe señorita Thania Spencer, no la culparé, al contrario necesito habla con ella a solas. Le pido amablemente que se
retire
—¿Qué? ¡A solas con esta! ¿Por qué mejor no habla conmigo? Estoy segura de que le puedo explicar mejor las cosas— Dice de manera!insinuante y veo que Karina esta por arrancarle los ojos.
—Le sugiero que salga y valla a
la cafetería a tomar un vaso de agua bien feria señorita Thania, por favor
sierre la puerta al salir—Digo y se va ofendida. Por otro lado Karina suelta un
suspiro cuando la ve irse.
—Estamos solos… Ya puedes
decirme, ¿Que sucedió en realidad señorita Spencer?—Le pregunté a Karina pero está
sumida en sus pensamientos con su mirada vacía pero a la misma vez enojada
—¿Karina? –Pregunto y ella me ve
extrañada—Ahh, lo siento señor… Lo que sucedió es personal, así que preferiría
no tener que decirlo–Dice con poca voz y decaída.
—Comprendo, pero por favor entienda que personal o no, este es un área de trabajo. Ahora bien, no creo que usted haya empezado ¿Me equivoco?
—¿Cómo sabe que yo no lo inicié?
—Digamos que de tanto estar en el mundo de los negocios, aprendí a observar a las personas y viendo a la actitud de su prima se ve que es una persona provocativa.
—Al menos usted lo ve
—Levante su rostro señorita Spencer, un rostro así no tiene por qué estar viendo al suelo –Digo levantándome frente a ella y ella va alza su rostro, me acerqué un poco a
ella y quité el cabello que le tapaba el rostro dejando ver la marca de una mano marcada en su mejilla, la veo a los ojos y me vuelvo a encontrar con esa mirada de hace seis años, una mirada sin vida que quiere gritar y desparecer.
Ella me mira como si me quisiera
contar algo, pero vuele a bajar su mirada y da la vuelta para irse, pero al hacerlo me percato de las gotas de sangre en el piso
—Espera —La detengo tomando su brazo
—¿Qué quiere señor Harper? Ya me disculpé… No hice nada malo, solo me defendí, solo querida partirle la cara sí, querida acabarla y usted no me dejo terminar de hacerlo ¿contento? Sé que este no es un lugar para hacerlo, pero aun así lo
volvería a hacer –Me grita enojada y veo como una lagrima baja por su mejilla
—No te culpo, y tampoco voy a
despedirte, habrás tenido tus motivos, ahora ven –Digo tomando su mano, la
llevo y la siento para ir a buscar el botiquín, luego desinfecté su herida.
Ella está en completo silencio, no entiendo porque odia a su prima, pero sé que
debe haber pasado algo muy feo… Cuando le aplique alcohol se quejó, pero no
lloro, solo venía a la nada. No entiendo porque actúa así. Termine de vendarla
y hubieron unos minutos de silencio, luego ella hablo
—Lo siento señor Leonardo, no estoy en posición para hablarle así, no sé porque pero no medí mis palabras con usted, le pido mi más sincera disculpa… En-en cuanto a Thanía… Ella es mi prima, éramos muy cercanas cuando niñas, ella solía estar siempre en mi casa ya que mis tíos mantenían viajando… La quería mucho y confiaba en ella, era casi como una hermana para mí, pero el día de mi boda recibí un “regalo” de ella que me destruyó, al final termine huyendo de todo y, pues… No sé porque le cuento todo esto, le pido que no le diga a nadie, y enserio me disculpo con usted. Yo..
—Karina estaba hablando, cuando de repente su teléfono sonó, y contesto de inmediato, vi como paso de estar seria a asustada y desesperada.
—Lo siento señor, sé que es mi primer día pero debo ir de inmediato a un lugar
—Espera a dónde vas—La sigo
camino al asesor—Debo ir a la escuela de mi hijo, se lastimo y necesito ver que este bien
—¿Hijo? –Esperen, ella acabo de
decir hijo… ¿Tiene un hijo? ¿De quién? ¿Cuándo? Me perdí… En ese momento solo
pensé en ayudarla, si la dejaba conducir de seguro cometería una locura asi que tome las llaves de su auto rápidamente
—Sube, yo conduciré
—Pero señor, usted debe tener
cosas que hacer
—Que subas rápido, ¿Dónde es la
escuela?
—Es aquí. –Dice mostrándome su dirección —Muy bien, sostente, llegaremos rápido.